Keita logra la reelecci¨®n en Mal¨ª
Un 67,17% de los votantes apoyan al presidente, en unos comicios marcados por la elevada abstenci¨®n
Con un 67,17% de los votos, Ibrahim Boubacar Keita (IBK) ha sido reelegido presidente de Mal¨ª para un nuevo mandato de cinco a?os tras imponerse en la segunda vuelta de los comicios presidenciales a su rival y jefe de filas de la oposici¨®n, Souma?la Ciss¨¦, quien ha alcanzado un 32,8% de apoyos. Este desenlace, anunciado por el Gobierno este jueves a trav¨¦s de la televisi¨®n p¨²blica ORTM, es pr¨¢cticamente id¨¦ntico al de las elecciones de 2013. La tasa de participaci¨®n ha sido baja, incluso inferior a la primera vuelta, y se sit¨²a en el 34,54%.
La proclamaci¨®n de resultados se produce en un contexto de especial tensi¨®n postelectoral con las fuerzas del orden y el Ej¨¦rcito patrullando de manera visible las calles de Bamako y vigilando muy de cerca a los principales l¨ªderes de la oposici¨®n. Ciss¨¦ ya hab¨ªa anunciado que rechazar¨ªa estos resultados al considerarlos el resultado de ¡°la dictadura del fraude¡± y hab¨ªa instado a los malienses a ¡°rebelarse¡± contra esta nueva victoria de IBK. Sin embargo, la misi¨®n de observaci¨®n de la Uni¨®n Europea y otras no encontraron indicios de fraude, aunque s¨ª numerosas irregularidades.
Y es que estas elecciones han estado salpicadas de dificultades. En el norte y centro del pa¨ªs cientos de colegios electorales (800 en la primera vuelta y 490 en la segunda) no pudieron abrir sus puertas debido a la inseguridad y la violencia protagonizada por distintos grupos terroristas y rebeldes que desde hace a?os se han hecho fuertes en Mal¨ª sin que la intervenci¨®n militar francesa o de Naciones Unidas haya podido con ellos. El peor incidente se vivi¨® el pasado domingo cerca de Niafunk¨¦ (Tombuct¨²) donde el presidente de un colegio fue asesinado por hombres armados.
Adem¨¢s, el censo electoral ha estado rodeado de dudas por la supuesta aparici¨®n de un mill¨®n y medio de votantes m¨¢s de los previstos, la distribuci¨®n de los nuevos carn¨¦s de voto biom¨¦tricos no ha sido fluida y ha impedido que miles de personas ejercieran su derecho y el voto por delegaci¨®n ha amparado un posible fraude. Todas estas circunstancias ya fueron objeto de recurso por parte de la oposici¨®n ante el Tribunal Constitucional, pero este fall¨® en contra y permiti¨® que las elecciones siguieran su curso.
En las pr¨®ximas horas se esperan protestas en las que se conocer¨¢ la verdadera dimensi¨®n de la capacidad movilizadora de la oposici¨®n, frente a la que IBK ya ha advertido que no permitir¨¢ que las calles de Bamako se incendien como ocurriera en Gab¨®n o Burundi. El hast¨ªo de buena parte de la poblaci¨®n ante una clase pol¨ªtica salpicada de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, que no se renueva y que no ha sido capaz de resolver sus problemas cotidianos (paro, educaci¨®n, sanidad, pobreza), algo que sin duda es clave para entender ese 34% de participaci¨®n, pesar¨¢ sobre los acontecimientos de las pr¨®ximas horas.
En todo caso, salvo que el Constitucional diga lo contrario ante el m¨¢s que previsible recurso de la oposici¨®n, IBK deber¨¢ tomar posesi¨®n el pr¨®ximo 4 de septiembre con un claro desaf¨ªo sobre la mesa, la reactivaci¨®n de los Acuerdos de Paz de Argel, firmados en 2015 y que hasta el momento han tenido una limitad¨ªsima aplicaci¨®n por los constantes quebrantamientos tanto por parte de los grupos armados como del propio Ej¨¦rcito. La extensi¨®n de la violencia hacia el centro y pa¨ªses lim¨ªtrofes y el creciente odio entre comunidades, como atestigua la matanza de peuls en la regi¨®n de Mopti en los ¨²ltimos meses, es una de sus tareas m¨¢s urgentes.
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