Trump permite a los Estados preservar el carb¨®n como fuente energ¨¦tica
La EPA propone una rebaja los requisitos medioambientales y da marcha atr¨¢s a una de las grandes iniciativas ecol¨®gicas de Obama
El recorte en las emisiones impuesto en Estados Unidos a las centrales t¨¦rmicas que usan el carb¨®n como fuente de energ¨ªa era un gran pilar en la agenda de Barack Obama para luchar contra el cambio clim¨¢tico. Su sucesor, Donald Trump, le da ahora un vuelco con la intenci¨®n de frenar esa disminuci¨®n. La Agencia de Protecci¨®n del Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en ingl¨¦s) propone que los Estados dispongan de m¨¢s autoridad al definir las fuentes del mix energ¨¦tico y preserva as¨ª el carb¨®n prolongando la vida de estas plantas.
La acci¨®n no es sorpresa. La defensa de los empleos en la industria del carb¨®n fue uno de los caballos de batalla durante la campa?a que le llev¨® a la Casa Blanca y llega un a?o despu¨¦s de abandonar el Pacto de Par¨ªs. El republicano participar¨¢ este martes en un mitin en Virginia Occidental, uno de las regiones productoras de carb¨®n, donde volver¨¢ a defender su estrategia para ayudar a las comunidades afectadas por la competencia del gas natural y las renovables. La letra peque?a de la propuesta admite, sin embargo, que el cambio podr¨¢ provocar 1.400 muertes prematuras adicionales al a?o por la contaminaci¨®n.
Andrew Wheeler, el administrador en funciones de la EPA, que fue lobista de la industria del carb¨®n, firm¨® este lunes la propuesta por la que se desmontan las restricciones medioambientales que se imponen a las plantas de generaci¨®n el¨¦ctrica y deja en manos de las autoridades regionales c¨®mo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora la iniciativa debe someterse a un periodo de consulta p¨²blica, que se espera conflictivo.
Wheeler, que present¨® los detalles este martes, afirma que el plan de Obama era ¡°eliminar por completo¡± el carb¨®n con reglas injustas e imposibles de cumplir para la industria. Entre las medidas que contempla la bautizada como Affordable Clean Energy en sus m¨¢s de 200 p¨¢ginas, se recomienda que las viejas plantas se modernicen con nuevas tecnolog¨ªas para producir energ¨ªa utilizando menos combustible y se pondr¨¢n incentivos a su disposici¨®n para preservarlas.
Trump ya firm¨® hace un a?o un decreto declarando "el fin de la guerra al carb¨®n", en su empe?o por barrer las regulaciones sobre cambio clim¨¢tico adoptadas con Obama. Se activaba de esa manera una revisi¨®n del Plan de Energ¨ªa Limpia, que requer¨ªa que para el 2030 los estados del pa¨ªs redujesen en un 32% las emisiones de di¨®xido de carbono de las centrales de generaci¨®n con respecto a los niveles de 2005.
Desplome de la demanda
El carb¨®n fue la principal combustible de las el¨¦ctricas en EE UU durante el ¨²ltimo siglo. Hace solo diez a?os representaba la mitad de la generaci¨®n de electricidad. Pero la demanda por esta fuente de energ¨ªa f¨®sil empez¨® a caer cuando las nuevas t¨¦cnicas de extracci¨®n permitieron destapar yacimientos adicionales de gas natural. Ahora no llega a un tercio y el carb¨®n debe buscar mercado en el exterior.
El sector del carb¨®n da empleo a 53.000 personas en todos los Estados Unidos, la mitad desde el ¨²ltimo m¨¢ximo. El cierre de plantas de generaci¨®n a base de este combustible se aceler¨® durante la pasada d¨¦cada, hasta el punto de que el 40% dej¨® de operar o tiene planes de hacerlo. El decreto, por tanto, supuso ya un primer alivio desde el punto de vista regulador para los productores y los grandes consumidores.
Pero est¨¢ por ver que el cambio que plantea ahora la EPA para debilitar la iniciativa dem¨®crata sea suficiente para cambiar la trayectoria a la baja del mercado del carb¨®n. El gas natural es m¨¢s barato y las el¨¦ctricas tienen en marcha planes de inversi¨®n para diversificar las fuentes de energ¨ªa de las que se nutren. La propuesta, de acuerdo con la National Mining Association, permitir¨¢ estabilizarlo.
Disputa legal
Las propias proyecciones de la agencia anticipan que el consumo de carb¨®n seguir¨¢ disminuyendo con esta propuesta, aunque lo har¨¢ a un ritmo m¨¢s moderado que el que sufri¨® durante los ¨²ltimos a?os. No es solo que el gas natural sea m¨¢s barato. Los costes operativos tambi¨¦n est¨¢n disminuyendo en el caso de las granjas e¨®licas y solares, lo que a su vez reduce el precio de la electricidad para los hogares.
Los grupos activistas en el ¨¢mbito de la protecci¨®n medioambiental anticipan, en todo caso, que disputar¨¢n la propuesta ante los tribunales. La legislaci¨®n adoptada por Obama se enfrenta tambi¨¦n a un litigio similar por el que los estados m¨¢s conservadores y las empresas consumidoras cuestionan su legalidad. El Tribunal Supremo, de hecho, bloque¨® temporalmente su aplicaci¨®n hasta que los Estados se pusieran de acuerdo.
El Gobierno federal establece que una vez adoptada las propuestas, las autoridades estatales dispondr¨¢n de un plazo de tres a?os para establecer sus propios est¨¢ndares de regulaci¨®n del uso del carb¨®n, que deber¨¢n ser aprobado a su vez por la EPA. "Se acabaron las obligaciones burocr¨¢ticas", proclam¨® Wheeler en referencia a la "flexibilidad" que se les da a los Estados para imponer sus propias normas.
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