Macron relanza sus reformas tras un verano accidentado
El presidente franc¨¦s lidia con la incertidumbre econ¨®mica y tropiezos pol¨ªticos como el ' caso Benalla'
Emmanuel Macron resiste. El presidente franc¨¦s inicia su segundo curso pol¨ªtico en el Palacio del El¨ªseo tras un verano agitado. El llamado caso Benalla ¡ªla revelaci¨®n de que su jefe de seguridad, Alexander Benalla, agredi¨® a manifestantes en las protestas del pasado 1 de mayo¡ª ha dado alas a la oposici¨®n y ha sembrado dudas sobre un estilo de mando demasiado centralizado ¡ªmon¨¢rquico incluso¡ª para muchos franceses. A los tropiezos pol¨ªticos se a?aden las incertidumbres econ¨®micas. De las pensiones a la Constituci¨®n y a lucha contra la pobreza, Macron quiere mantener el ritmo de las reformas.
La desventaja de Macron es la de todos los presidentes de la Rep¨²blica a estas alturas de su mandato. El estado de gracia se ha esfumado. Todo lo que parec¨ªa nuevo hace unos meses ¡ªel ¨ªmpetu del nuevo gobernante, su dinamismo y sus ganas de sacudir Francia¡ª ahora empieza a parecer antiguo, ya visto. Los resultados no llegan y los votantes se impacientan.
La ventaja es que sigue disponiendo de una mayor¨ªa c¨®moda en la Asamblea Nacional, un rodillo parlamentario que limita las posibilidades de bloquear la mayor¨ªa de sus iniciativas. Y que tiene enfrente una oposici¨®n d¨¦bil y dividida entre cuatro grupos ¡ªla izquierda alternativa, los socialistas, la derecha tradicional y la extrema derecha¡ª que dif¨ªcilmente se pondr¨¢n de acuerdo entre ellos.
Macron re¨²ne este mi¨¦rcoles a su equipo de Gobierno en el primer consejo de ministro de la rentr¨¦e, el nuevo curso. Tres semanas de pausa en la Costa Azul le habr¨¢ servido para hacer balance de un primer curso que inesperadamente termin¨® con el caso Benalla, revelado por el diario Le Monde.
El caso en s¨ª ¡ªun hombre de confianza del presidente que dedicaba su tiempo libre a ir a la caza del manifestante con las fuerzas policiales¡ª es significativo por lo que expuso sobre las pr¨¢cticas del poder republicano en Francia: la manga ancha con los colaboradores, la capacidad del jefe de Estado para protegerlos, la dificultad del escrutinio p¨²blico y los beneficios de los que disfrutan. Tambi¨¦n porque ofreci¨® a la oposici¨®n una v¨ªa de ataque que puede ser fruct¨ªfera, a la hora, por ejemplo, de ralentizar iniciativas que estaban pendientes para este oto?o como la reforma de la Constituci¨®n.
El problema de la oposici¨®n ¡ªy el beneficio para el presidente¡ª fue la sobrerreacci¨®n. En julio, cuando se desvelaron las pr¨¢cticas de Benalla, algunos comentaristas llegaron a hablar de caso de Estado, casi un Watergate, y en la Asamblea Nacional se presentaron dos mociones de censura. Ambas fracasaron.?
No fue una tormenta en un vaso de agua, pero tampoco est¨¢n claros los efectos del caso en la rentr¨¦e. La agenda viene cargada, e hipotecada, m¨¢s que por Benalla, por la revisi¨®n a la baja de las perspectivas de crecimiento del producto interior bruto.
En 2017 fue del 2,2%. En 2018, seg¨²n los c¨¢lculos del Gobierno, ser¨¢ del 2% y, en el peor escenario, del 1,8%, un c¨¢lculo ¡°imposible¡±, seg¨²n ha declarado el economista Patrick Artus, del banco Natixis, al diario Lib¨¦ration. Al aumento de los precios del petr¨®leo, sostiene Artus, se suman las medidas proteccionistas de Estados Unidos y la ralentizaci¨®n del crecimiento chino. ¡°Todo esto deber¨ªa ser una carga para la econom¨ªa mundial, incluida la francesa¡±, dice.
Un menor crecimiento es una dificultad a?adida para cuadrar las cuentas y cumplir los objetivos de reducci¨®n del d¨¦ficit. Y este contexto supone una nueva complicaci¨®n a la hora de poner en pr¨¢ctica el anunciado giro social y a las medidas que fomenten el aumento del poder adquisitivo.
La cuadratura macroniana del c¨ªrculo tiene una lectura pol¨ªtica. Se trata, para el presidente, de mantener las reformas que complacen a la derecha ¡ªy sirven para fomentar la discordia en la oposici¨®n conservadora¡ª sin perder de vista el flanco progresista. A fin de cuentas, Macron proviene de la ¨®rbita socialdem¨®crata y millones de sus votantes lo fueron antes del Partido Socialista. Algunos se inquietan por unas pol¨ªticas econ¨®micas que consideran demasiado liberales.
Desde que lleg¨® al El¨ªseo, el presidente de 40 a?os ha logrado imponer sus reformas m¨¢s comprometidas ¡ªla del mercado laboral y la de la SNCF, la compa?¨ªa de ferrocarriles p¨²blicos¡ª, desafiando a la temida calle francesa. En el programa para el segundo curso, la reforma de las pensiones, que debe armonizar las decenas de planes p¨²blicos y privados distintos, es la m¨¢s complicada.
El peligro es que el efecto de las reformas ¡ªen creaci¨®n de empleo y en aumento del poder adquisitivo¡ª sigan sin notarse. Esto es lo que al final medir¨¢ el ¨¦xito o fracaso de su presidencia.
Con una popularidad baja, del 32% seg¨²n un sondeo reciente, pero no catastr¨®fica, afronta otro peligro, que podr¨ªa llamarse el s¨ªndrome del El¨ªseo: el aislamiento, la desconexi¨®n con el franc¨¦s de a pie, la arrogancia del monarca o, a la inversa, la tendencia de los franceses a cortarle la cabeza al monarca. Las elecciones europeas de 2019 ser¨¢n el primer examen en las urnas desde que gan¨® las presidenciales de mayo de 2017. El curso que ahora empieza es electoral.
En la UE, la hora del realismo
Emmanuel Macron inici¨® su primer curso pol¨ªtico hace un a?o presentado en varios discursos su ambicioso plan para reformar la Uni¨®n Europea. Estos meses han sido un ba?o de realismo. Macron ha descubierto en este tiempo que la Alemania de Angela Merkel no le apoyar¨ªa en todas sus propuestas. Ha visto como el frente de pa¨ªses gobernados por nacionalistas y populistas sumaba a un socio clave, Italia. De refundar la UE, el objetivo ha pasado a defensivo, ante el auge de los partidos nacionalistas y populistas y la llegada al poder de este campo en un socio clave como Italia. El presidente franc¨¦s quiere convertir las elecciones europeas de 2019 en un choque entre la visi¨®n europe¨ªsta y la eur¨®foba. De relanzar el proyecto y a moneda ¨²nica, la prioridad ha pasado a ser para Macron frenar el ascenso nacional-populista, y as¨ª se explica, en parte, su pol¨ªtica migratoria restrictiva, destinada a quitar argumentos a los ultras sobre el supuesto laxismo de los europe¨ªstas. El liberal Macron, que era el centro del tablero europeo cuando lleg¨® el poder, corre ahora el riesgo de encontrarse aislado, con una Alemania dubitativa ante sus iniciativas, y con la Espa?a y el Portugal socialistas como aliados m¨¢s fiables.
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