El desv¨ªo de fondos a grupos yihadistas levanta sospechas sobre la cooperaci¨®n en Siria

Sobre la provincia de Idlib, el ¨²ltimo?basti¨®n de los insurgentes sirios, se concentran esta semana los ojos de pol¨ªticos, ej¨¦rcitos y ahora tambi¨¦n de las ONG internacionales. Algunas de estas organizaciones, de las que dependen los civiles, plantean paralizar varios proyectos humanitarios ante el temor de que la ayuda termine en manos de los yihadistas, que controlan el 60% de la regi¨®n. Reino Unido y Estados Unidos han tenido que cortar recientemente los fondos a proyectos por las sospechas de que podr¨ªan acabar en manos de fieles a Al Qaeda.

¡°Ser¨ªa extremadamente na¨ªf pensar que trabajamos en operaciones transfronterizas y en gesti¨®n remota sin que se produzca un desv¨ªo de la ayuda alimentaria en el camino a los destinatarios. El problema es lograr controlar los porcentajes¡±, valora en Beirut un antiguo empleado europeo que estuvo a cargo de la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria hacia Siria desde Ankara, la capital turca. Seg¨²n el cooperante, la ayuda europea se entrega a los consejos locales dependientes del Gobierno interino de la oposici¨®n siria afincado en Turqu¨ªa.

¡°Es materialmente imposible dar garant¨ªas al 100% de que parte de la ayuda, por peque?a que sea, no acabe confiscada por grupos armados¡±, coincide un consultor norteamericano que asesora a las ONG occidentales sobre seguridad en Idlib. ¡°Pero dada la extrema necesidad se prioriza mantener los proyectos de ayuda alimentaria¡±, prosigue desde Beirut. Las denuncias de desv¨ªo de la ayuda internacional han sido una constante durante la guerra y, en particular, en las zonas fronterizas y en las localidades cercadas.

Tras librar luchas intestinas con otras facciones insurrectas de corte islamista, el grupo armado Hayat Tahrir al Sham controla el 60% de Idlib con unos 10.000 efectivos. Son un paraguas de facciones yihadistas lideradas por el Frente al Nusra, rama local de Al Qaeda que Washington incluy¨® en su lista de grupos terroristas. Son precisamente sus milicianos los que desde el verano de 2017 han quedado a cargo de las mordidas en el paso terrestre de Bab el Hawa, principal puerta de entrada desde Turqu¨ªa para la ayuda internacional destinada a la provincia de Idlib. Esta ¨²nica frontera exterior de la comarca est¨¢ sellada a cal y canto al tr¨¢nsito de civiles por los guardas fronterizos turcos. Desde el inicio del mes, al menos 30.000 civiles han sido desplazados de sus hogares en Idlib.

Dos semanas atr¨¢s, la cooperaci¨®n brit¨¢nica anunci¨® el cierre de varios proyectos que financiaba en las regiones bajo control insurrecto, entre ellos la Polic¨ªa Libre Siria (PLS), un cuerpo que tiene como objetivo garantizar la seguridad en las calles. Seg¨²n fuentes gubernamentales citadas por el diario The Independent, el cese no afecta a la ayuda de emergencia y se debe ¡°al deterioro de la seguridad en el terreno¡±. Sin embargo, niega que haya relaci¨®n alguna con la investigaci¨®n publicada el a?o pasado por la cadena de televisi¨®n BBC en la que acus¨® a la PLS de estar bajo el control de la rama local de Al Qaeda, tras haber recibido m¨¢s de 168 millones de euros en 2017.

En julio le toc¨® el turno a la cooperaci¨®n estadounidense al admitir que hab¨ªa alimentado a milicianos sirios de Hayat Tahrir al Sham. Esta es la conclusi¨®n a la que lleg¨® la oficina del inspector general de la Agencia Internacional para la Cooperaci¨®n de Estados Unidos en dos informes publicados en marzo y julio. Por primera vez en los siete a?os de contienda, Washington se ha visto obligado a suspender una financiaci¨®n de 44,6 millones de d¨®lares (38,5 millones de euros) en concepto de ayuda humanitaria en Idlib. Parte de los paquetes de alimentos habr¨ªan acabado en el est¨®mago de combatientes afines a Al Qaeda.

La agencia de noticias IRIN fue la primera en hacerse eco de la congelaci¨®n de fondos que afecta a la organizaci¨®n Catholic Relief Services (CRS). ¡°CRS ha lanzado una investigaci¨®n interna y externa para revisar el desv¨ªo fraudulento de productos alimenticios para la paz en Siria¡±, asegura la organizaci¨®n cat¨®lica en un comunicado. El informe recoge que los empleados de la ONG fueron ¡°coaccionados por los armados para incluir los nombres de combatientes como beneficiarios del programa de asistencia alimentaria en la comarca de Idlib¡±.

Excluidos del complejo debate, para los vecinos de Idlib la ayuda humanitaria es simplemente de una insuficiencia cr¨®nica. En conversaciones de Whatsapp y desde Idlib ciudad, el joven activista Abu Alaa admite que parte de la ayuda cae en los bolsillos de los armados, y, aun as¨ª, los civiles son cada d¨ªa m¨¢s dependientes de la ayuda internacional ¡°hasta para comprar agua potable¡±.