El ¡®lujo¡¯ de llegar a sobrevivir en Miami
Las restricciones migratorias del gobierno de Trump y el coste del viaje dificultan la emigraci¨®n de venezolanos a EE UU, donde decenas de miles piden asilo
EE UU fue hasta hace unos a?os un lugar de vacaciones para los venezolanos. Hoy es un destino de supervivencia. ¡°Todav¨ªa en 2012 nos pasamos aqu¨ª tres semanas¡±, recuerda Maigregori Mora, un inform¨¢tico de 45 a?os que lleg¨® este a?o con su familia. ¡°Estuvimos en los Estudios Universal, en un parque acu¨¢tico, vimos un partido de los Yankees en Tampa e hicimos muchas compras. Gastamos entre cuatro unos 5.000 d¨®lares. Y esta vez me vine, para empezar una nueva vida, con 3.000 d¨®lares y la ropa que tra¨ªa encima¡±. Ahora conduce en Uber y Lyft.
Las estanter¨ªas de la ONG Venezuelan Awareness de Miami, que tiene un centro de entrega de productos b¨¢sicos a venezolanos reci¨¦n llegados, estaban el viernes repletas. En cada estante, una etiqueta. Colchones de aire. Toallas de los pies. Saleros. Gorras reci¨¦n nacidos. Teteros. Abrelatas. ¡°Si se entera mi padre de que estoy recibiendo donaciones, creo que le da una vaina (ataque)¡±, dec¨ªa Mar¨ªa Alejandra Olmos, una abogada de 39 a?os que emigr¨® en junio a EE UU.
¡°Cada vez llegan m¨¢s desesperados¡±, contaba la directora de la ONG, Patricia Andrade. ¡°Cuando abr¨ª esto en 2016 ninguno de los que ven¨ªa quer¨ªa ropa. Hoy te piden de todo. Hace unos d¨ªas vino un padre con una ni?a de diez a?os que hab¨ªa llegado de Venezuela sin zapatos, solo con las sandalias que tra¨ªa puestas. Hay familias que piden hasta comida, y desde hace un a?o estamos viendo que algunos ni?os llegan con signos claros de desnutrici¨®n¡±.
La abogada Olmos se hab¨ªa resistido a irse de su pa¨ªs, pero este a?o dijo basta. Su madre falleci¨® de c¨¢ncer. Vio a sus t¨ªas perder ¡°15 o 20 kilos en unos meses¡±. Ella, su marido y su hijo de 11 a?os ten¨ªan vigentes sendas visas de turismo, pero ten¨ªan que pedir otra para su beb¨¦ de un a?o. Temieron que no se la diesen y que a la vez les revocasen las suyas, como est¨¢ sucediendo a menudo. Pero ¡°se hizo el milagro¡± y les entregaron el permiso para la peque?a. Seg¨²n Olmos, esa ma?ana en el consulado no hab¨ªan aprobado ni una sola visa de turista, y cuando los de la cola la vieron irse sonriendo la miraban ¡°como a una extraterrestre¡±.
Reaccionando al aluvi¨®n de venezolanos que llegan de viaje y se quedan pidiendo asilo pol¨ªtico, EE UU ha restringido la entrega de visas tur¨ªsticas en origen. La ONG Amnist¨ªa Internacional denunciaba en abril que ¡°en Venezuela, muchas personas solicitan d¨ªa tras d¨ªa la visa (para EE UU) y se les deniega sin explicaci¨®n alguna¡± y a?ad¨ªa que fuentes cercanas a la embajada reconoc¨ªan que desde el verano de 2017 se hab¨ªa rechazado m¨¢s de un 80% de las solicitudes.
EE UU es despu¨¦s de Colombia el segundo pa¨ªs con m¨¢s inmigrantes venezolanos (366.000, seg¨²n datos de 2016 de la Oficina del censo), pero las restricciones migratorias de Washington bajo la presidencia de Donald Trump y la exacerbaci¨®n de la pobreza en Venezuela han hecho ¡°ralentizarse¡± la emigraci¨®n a EE UU, explic¨® por tel¨¦fono el soci¨®logo especialista en migraci¨®n Tom¨¢s P¨¢ez, de la Universidad Central de Venezuela. ¡°Adem¨¢s de las dificultades legales para ir all¨¢, el simple costo de un pasaje de avi¨®n para el venezolano com¨²n se ha vuelto inaccesible, un art¨ªculo de absoluto lujo. As¨ª que EE UU sigue siendo un pa¨ªs de destino pero en menor medida, porque la avalancha se mueve hacia donde puede y se est¨¢ yendo a pie o en bus a Sudam¨¦rica¡±.
¡°A Miami no llegan los venezolanos m¨¢s pobres¡±, dijo la directora de la ONG. ¡°La mayor¨ªa de los que vienen a nuestro centro son profesionales: gente con un negocio, ingenieros, administradores, m¨¦dicos. Y de todos modos llegan sin nada y se tienen que poner a trabajar sin papeles de lo que sea¡±. La abogada Olmos contaba que su marido se desdobla a diario entre un empleo de aparcacoches y otro lavando platos en un restaurante. Y Jeissy Petit, 38 a?os, que aterriz¨® el 17 de agosto con sus tres hijos menores, esperaba que su marido, ¡°con el favor de Dios¡±, encontrase empleo cuanto antes. ¡°En Venezuela vendimos la casa y dos camionetas. Con todo eso nos dio para comprar los cinco billetes de avi¨®n y traer 6.000 d¨®lares para mantenernos al principio¡± dec¨ªa.
Todos ellos hab¨ªan llegado con visa de turista y afirmaban que su plan para regularizarse era pedir refugio por causas humanitarias. Los venezolanos ocupan el primer lugar en peticiones de asilo en EE UU. En el primer trimestre de 2018 lo solicitaron 7.610, y el ritmo es solo un poco m¨¢s bajo que en 2017, cuando lo pidieron 29.250. El aumento ha sido galopante desde 2013, a?o de la muerte de Hugo Ch¨¢vez, cuando hubo 786 peticiones. Congresistas por Florida de los partidos Dem¨®crata y Republicano han reclamado al Gobierno que se otorgue a los venezolanos indocumentados un Estatus de Protecci¨®n Temporal que les d¨¦ permiso de residencia y trabajo mientras la crisis no amaina en su pa¨ªs, pero parece improbable que la Administraci¨®n Trump acceda, pues ha retirado ese escudo a otras comunidades en apuros como la salvadore?a o la hondure?a.
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