Carrera contrarreloj para cruzar la pr¨®xima frontera antes de que pidan el pasaporte
Miles de venezolanos aceleran su paso por Ecuador hacia Per¨² en un intento de cruzar la frontera antes de que este s¨¢bado entrara en vigor la exigencia del documento
Lo ¨²nico importante en esta carrera es llegar al otro lado. Como sea. A pie, en bus o en autostop. Mirar atr¨¢s no es una opci¨®n. La escasez en Venezuela inscribi¨® en una contrarreloj de una semana a quienes buscan un nuevo comienzo fuera de casa. Ecuador impuso el pasado fin de semana la exigencia de pasaporte a los venezolanos para entrar en su territorio. Per¨² sigue sus pasos y ha impuesto el documento a partir de este s¨¢bado. Como pretend¨ªan llegar al otro lado, a Per¨², antes de que el nuevo requisito entrara en vigor, las prisas han acompa?ado a los venezolanos durante los 844 kil¨®metros de carretera, fr¨ªo, hambre, sed, cansancio, hartazgo y desesperaci¨®n para atravesar el territorio ecuatoriano de norte a sur.
La justicia ecuatoriana dej¨® en suspenso durante 45 d¨ªas la exigencia de pasaporte en respuesta a un recurso presentado por la Defensor¨ªa del Pueblo. Por ahora no es necesario en Ecuador, pero s¨ª en Per¨².
Cientos de venezolanos se lanzaron esta semana a la desesperada, tras cuatro d¨ªas atascados en la frontera con Colombia, a trav¨¦s de rutas irregulares y sin documentaci¨®n en regla. ¡°Ya no estaban aceptando la carta andina de migraci¨®n. Estaba asustado. Pens¨¦ que me iban a deportar y me met¨ª por unos caminos verdes. Camin¨¦ unos tres kil¨®metros solo, de noche. Estaba asustado. Si no llegaba, todo lo dejaba en manos de Dios¡±, cuenta Nanrroy Y¨¦pez, un joven muy flaco y alto, de 24 a?os. Tiene el cuerpo lleno de tatuajes porque dice que le encantan. De no ser por la crisis de Venezuela, habr¨ªa sido tatuador o dise?ador gr¨¢fico. Pero sus planes se quedaron en su pa¨ªs con su padre. El mi¨¦rcoles ten¨ªa un billete de bus para ir desde Guayaquil, al sur de Ecuador, hasta la frontera con Per¨².
Es uno de los m¨¢s de 4.000 venezolanos que est¨¢n entrando y saliendo cada d¨ªa de Ecuador. En lo que va de a?o, han llegado al pa¨ªs casi medio mill¨®n y se han quedado unos 72.000. Por eso, se endurecieron los requisitos en Migraci¨®n y se declararon en emergencia tres provincias para atender cualquier complicaci¨®n. Desde la exigencia del pasaporte, apenas se acercan a las ventanillas de migraci¨®n en Rumichaca, en la frontera norte, 20 o 30 personas al d¨ªa. Los venezolanos siguen cruzando por pasos irregulares. Adem¨¢s, Ecuador ha dispuesto 30 autobuses para agilizar el transporte de quienes avanzan hasta el sur del pa¨ªs y para evitar cualquier complicaci¨®n en el trayecto.
A Mireylis S¨¢nchez, de 25 a?os, la estafaron al cruzar desde Colombia, pese a que viajaba con un beb¨¦ de nueve meses y una ni?a de ocho a?os. ¡°Mi esposo me hab¨ªa enviado 200 d¨®lares por correo, pero no pod¨ªa sacarlos sin pasaporte. Una mujer me ayud¨® y tambi¨¦n me compr¨® los boletos de bus. Le pagu¨¦, pero nunca me puso en la lista de pasajeros¡±, se lamenta. Su marido, Alexander Rodr¨ªguez, vendedor informal de comida, regres¨® desde Lima para buscarla e ir todos juntos el resto del trayecto. Ten¨ªan pasajes para Per¨² tres d¨ªas antes del cierre de frontera.
Tener pasaporte no le sirvi¨® de nada a Dileyni Mirelles, de 25 a?os. Viajaba con dos de sus tres hijos, pero Migraci¨®n no le acept¨® las partidas de nacimiento porque estaban deterioradas. Aun as¨ª, la cocinera se arriesg¨® a avanzar como irregular. Esperaba llegar el jueves por la ma?ana a Per¨² para evitar encontrarse con el mismo problema.
La estaci¨®n de autobuses de Guayaquil es casi paso obligado para quienes atraviesan Ecuador de punta a punta. Cada d¨ªa llegan entre 800 y 1.000 venezolanos. El 90% vuelve a irse en autob¨²s. Como Enyerveth Barreto, de 20 a?os. Tiene el ticket en la mano, los ojos llorosos y el comprobante de al menos seis maletas. Le acompa?a Hely Vilchez, de 45 a?os, que deja siete hijos en Venezuela a la espera de remesas.
Para atender a los viajeros de paso, el terminal terrestre ha cedido una sala en la que opera Cruz Roja. Desde el 9 de agosto, han pasado ya 1.300 personas, a raz¨®n de 100 diarias. ¡°Pens¨¢bamos que, tras la exigencia de pasaporte, bajar¨ªa el n¨²mero. Pero no. Hay muchos pasos irregulares¡±, reconoce Segundo Echanique, coordinador de Salud y Desarrollo Comunitario de la Cruz Roja.
La ¨²nica condici¨®n para poder acudir a ese punto de ayuda es tener un billete de autob¨²s ya comprado para salir del pa¨ªs. Si un venezolano tiene que esperar varias horas, es reconducido a un refugio temporal, dispuesto por la organizaci¨®n Hogar de Cristo, donde puede dormir, comer o ducharse. ¡°Nuestra colaboraci¨®n es la de facilitar la cooperaci¨®n de otras instituciones, pero tambi¨¦n brindar informaci¨®n e incluso coordinar con las empresas de autob¨²s para que regalen pasajes a quienes no tienen dinero¡±, comenta Eduardo Salgado, gerente general de la Fundaci¨®n Terminal Terrestre.
En la sala de espera, un nutrido grupo con abundante equipaje est¨¢ pendiente del bus de las 23.00. Josvian Campos, de 28 a?os, Ra¨²l Castro, de 20, ?lvaro Centeno, de 18, Mariano P¨¦rez, de 25, y Eucario Villalobos, de 36, parecen, a simple vista, varios amigos o familia en mudanza. Pero se conocieron hace cuatro d¨ªas y se separaron horas despu¨¦s al llegar a Per¨².
Recordar el sinn¨²mero de penurias que se viven en Venezuela les ayuda a compartir el trayecto que les conduce a un futuro que nunca hab¨ªan previsto. Josvian trabajaba en Recursos Humanos antes de la crisis, Ra¨²l era panadero, ?lvaro, profesor de ingl¨¦s, Mariano, ingeniero mec¨¢nico y Eucario, productor de eventos. ¡°Y ahora, a lo que salga, ?no?¡±, les pregunta una mujer que les acompa?a. Ella no quiere identificarse porque viaja constantemente saliendo y entrando de Venezuela. Es de una agencia que organiza los viajes y va con los migrantes todo el periplo por 200 d¨®lares. ¡°Todos vienen con pasaporte. No habr¨¢ problema¡±, asegura. Uno de los j¨®venes ironiza sobre lo dif¨ªcil que resulta tener ese documento: ¡°En mi pa¨ªs, no hay material para pasaportes, pero s¨ª para el carn¨¦ de la patria o del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela)¡±. Y saca de su cartera uno rojo, nuevo y brillante con el perfil de Hugo Ch¨¢vez dibujado.
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