El inc¨®modo embajador de Colombia ante la OEA pone a prueba a Duque

El nombramiento de un pol¨¦mico pol¨ªtico ultraconservador como nuevo embajador de Colombia ante la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) amenaza con convertirse en una piedra en el zapato para el naciente gobierno de Iv¨¢n Duque. El anuncio del encargo diplom¨¢tico al exprocurador Alejandro Ord¨®?ez ha desatado la creciente protesta de diversos sectores que le piden al mandatario reconsiderar su decisi¨®n.

Como el encargado de sancionar disciplinariamente a los funcionarios del pa¨ªs, Ord¨®?ez sembr¨® vientos, y ahora recoge tempestades. Desde el momento en que Duque gan¨® una larga campa?a marcada por la polarizaci¨®n, se anticipaba un cargo para el exprocurador, famoso por su visi¨®n cat¨®lica del Estado. A fin de cuentas, particip¨® en las primarias de la derecha que lo enfrentaron con el ahora mandatario y la vicepresidenta Marta Luc¨ªa Ram¨ªrez. La expectativa era enorme. Activistas de todo cu?o que se declaran vigilantes frente al nuevo Gobierno tem¨ªan que ocupara una posici¨®n desde la que pudiera poner en riesgo el Estado laico. Aunque un puesto diplom¨¢tico se antojaba como una salida decorosa, el de embajador extraordinario y plenipotenciario en la OEA no es un cargo cualquiera.

Duque convirti¨® el tema de Venezuela en uno de los pilares de su campa?a presidencial y ha prometido utilizar todos los mecanismos diplom¨¢ticos a su alcance para ayudar a solucionar la crisis del otro lado de una porosa frontera de 2.200 kil¨®metros. En plena crisis migratoria por el ¨¦xodo venezolano, su Gobierno apunta a la OEA como uno de los principales escenarios para articular la respuesta regional al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro.

¡°Si en realidad al Gobierno le importa frenar los grav¨ªsimos abusos en Venezuela o Nicaragua, por ejemplo, deber¨ªa enviar a la OEA a alguien que defienda y proteja al sistema interamericano. Ese no es Ord¨®?ez¡±, ha manifestado en una de las cr¨ªticas m¨¢s de fondo Catalina Botero, la decana de Derecho de la Universidad de Los Andes y exrelatora especial de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ord¨®?ez, un lefebvrista que se declara representante de la ¡°Colombia creyente¡±, gan¨® relevancia como procurador (2009-2016) por su defensa a ultranza del concepto tradicional de familia y sus posturas contra el aborto, la eutanasia o los derechos de la comunidad LGBT, as¨ª como su f¨¦rrea oposici¨®n al acuerdo de paz con la exguerrilla de las FARC.

Su nombre es problem¨¢tico por varios motivos. Para empezar, carga el lastre de que su segunda elecci¨®n fue declarada nula por irregularidades en el nombramiento de funcionarios. Adem¨¢s, ha tenido posiciones abiertamente agresivas contra la Corte Interamericana de Derechos Humanos, parte del sistema interamericano. Ha dicho que sus miembros son parte de ¡°la izquierda internacional en busca de recursos para financiarse¡±, o que el sistema interamericano busca convertir a Colombia en otra Venezuela. Esa ret¨®rica incendiaria se remonta a los tiempos en que, como procurador, destituy¨® e inhabilit¨® por 15 a?os al exalcalde de Bogot¨¢ Gustavo Petro, que consigui¨® medidas cautelares de la CIDH a su favor. Adem¨¢s, esa decisi¨®n provoc¨® un caso contra el Estado colombiano que actualmente est¨¢ en la CorteIDH, recuerda Botero, lo que lo convierte en el ¨²nico embajador con un inter¨¦s directo en un caso contencioso en la OEA.

Con Ord¨®?ez en Washington, el Estado colombiano pierde legitimidad, la OEA se debilita y el sistema interamericano de derechos humanos se ve amenazado, asegura una petici¨®n impulsada por activistas y acad¨¦micos para desautorizar el nombramiento que ha obtenido el respaldo de cerca de 200.000 personas en la plataforma Change.org. Entre las principales razones, argumentan que Ord¨®?ez utiliz¨® su poder como procurador para atacar los derechos humanos de las minor¨ªas y las v¨ªctimas del conflicto, recuerdan que su reelecci¨®n fue anulada por haberse logrado a trav¨¦s de pr¨¢cticas clientelistas y que ha desconocido la jurisdicci¨®n de la CIDH y otros organismos internacionales de derechos humanos.

El presidente Duque, que ha cultivado un perfil conciliador y prometi¨® superar el ambiente de confrontaci¨®n ideol¨®gica desde su propio discurso en la toma de posesi¨®n, no se ha manifestado sobre la controversia desatada por su hombre en la OEA.