Por qu¨¦ es El Cairo la ciudad m¨¢s contaminada del mundo
Un r¨¢nking publicado por la revista 'Forbes' a partir de datos de poluci¨®n ambiental, ac¨²stica y lum¨ªnica sit¨²a a la capital egipcia en la cima de la lista
La colina de la Muqattam ofrece una vista privilegiada de El Cairo, una megal¨®polis de unos 20 millones de almas. Tambi¨¦n podr¨ªa ser un lugar ideal para presenciar la puesta de sol. No obstante, la mayor¨ªa de d¨ªas, una densa cortina de poluci¨®n cubre la capital egipcia, convirtiendo el Sol en un vulgar disco de color mortecino. Pero no es la ¨²nica en maltratar los pulmones de sus habitantes. Otras grandes urbes, sobre todo del mundo en v¨ªas de desarrollo, padecen el mismo problema. Un grupo de investigadores de la consultora Eco Experts ha elaborado un listado mundial para poder compararlas combinando los datos de contaminaci¨®n ambiental, sonora y lum¨ªnica. El resultado no es precisamente halagador para los orgullosos cairotas.
Seg¨²n el informe, publicado por la revista Forbes, El Cairo es la ciudad m¨¢s contaminada del mundo, seguida de Nueva Delhi, Pek¨ªn, Mosc¨², Estambul, Guangzhou, Shangh¨¢i, Buenos Aires y Par¨ªs. La ¡°victoria¡± de la capital egipcia se cimenta sobre el hecho de que se sit¨²a entre las tres ciudades con mayor poluci¨®n en los tres ¨ªndices incluidos en el estudio, el ambiental, ac¨²stico y lum¨ªnico. En el extremo opuesto, se hallan Z¨²rich, Oslo y M¨²nich, por este orden, las ciudades m¨¢s limpias de las 48 analizadas.
Para la medici¨®n de la calidad del aire, los expertos se basaron en los registros de PM10 y la PM2,5, recogidos por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), y que miden, respectivamente, cu¨¢ntas part¨ªculas de materia de 10 y 2,5 micr¨®metros de di¨¢metro se hallan en el aire. Seg¨²n el informe, la cantidada de PM10 que respiran los cairotas es 14 veces superior a los l¨ªmites recomendados por la OMS, mientras que para la PM2,5, la cifra asciende a 11 veces. Un grave riesgo para la salud de los sufridos habitantes de la capital egipcia. De hecho, para hacer m¨¢s comprensible y gr¨¢fica la gravedad de la situaci¨®n a la ciudadan¨ªa, la OMS ha afirmado en alguno de sus informes que pasar 24 horas en El Cairo equivale a fumarse un paquete de 20 cigarrillos.
Los ¨ªndices de contaminaci¨®n lum¨ªnica y ac¨²stica no son comparativamente mejores, pero sus efectos son probablemente menos nocivos para la salud. Bas¨¢ndose en datos del propio Gobierno egipcio, el informe de Eco Experts apunta que el ruido en las calles de El Cairo oscila alrededor de los 85 decibelios, y lo compara con el de una f¨¢brica. En cuanto al tercer indicador, la luz artificial de la megal¨®polis egipcia es 85 veces superior a la natural del cielo, una cifra solo superada por Mosc¨² y Chicago.
Siempre celoso de su imagen en el exterior y el impacto que pueda tener sobre el turismo, el Gobierno egipcio se apresur¨® a desmentir las conclusiones del estudio. "No es cierto que El Cairo sea la ciudad m¨¢s contaminada de el mundo. El informe se basa en una metodolog¨ªa y en unos datos falsos", sostiene el portavoz del Ministerio de Medio Ambiente egipcio, Abdel Gawad Abukab. "Para empezar, la propia OMS se?ala que se deben tener en cuenta seis indicadores para medir la calidad del aire, y no solo dos. Y hay que monitorearlos durante un periodo largo de tiempo, y no de forma puntual. De hecho, otros estudios internacionales sit¨²an a El Cairo m¨¢s abajo en la lista de capitales contaminadas", agrega el portavoz.
La verdad es que poco importa si El Cairo es la m¨¢s contaminada del mundo, la segunda o la tercera. Lo que cuenta es que la poluci¨®n supera con creces los l¨ªmites aconsejados, algo que perciben algunos de sus visitantes nada m¨¢s aterrizar en la ciudad en forma de picores en ojos, nariz o pulmones. Un estudio cient¨ªfico publicado en la revista Environmental Science & Technlogy Letters cuantific¨® el da?o a la salud p¨²blica de los cairotas en una p¨¦rdida de 1,85 a?os en la esperanza de vida.
El Gobierno egipcio ha hecho algunos esfuerzos por reconducir la situaci¨®n, por ejemplo, supervisando con un mayor celo la prohibici¨®n de la quema de las hojas de arroz una vez terminada la cosecha. Pero, a tenor de los datos, estas medidas parecen insuficientes. Ser¨ªa bueno abrir un debate en la opini¨®n p¨²blica al respecto, sino fuera porque el r¨¦gimen de Al Sisi es al¨¦rgico a cualquier tipo de discusi¨®n libre sobre sus actos.
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