El ¡®Adversario¡¯, a las puertas de la libertad
Jean-Claude Romand, el hombre que asesin¨® a su familia despu¨¦s de llevar una doble vida durante 18 a?os, y que inspir¨® pel¨ªculas y una novela, pide la salida de prisi¨®n
El Adversario ¡ªautor de unos de los cr¨ªmenes m¨¢s dram¨¢ticos en la cr¨®nica de sucesos francesa de las ¨²ltimas d¨¦cadas; falso m¨¦dico que mat¨® a su familia m¨¢s cercana; el sat¨¢n de la Biblia, como le llam¨® el escritor Emmanuel Carr¨¨re¡ª quiere recobrar la libertad.
¡°Nunca he sido tan libre, nunca la vida fue tan bella. Soy un asesino, tengo la imagen m¨¢s baja que pueda existir en la sociedad, pero esto es m¨¢s f¨¢cil de soportar que los veinte a?os de mentira de antes¡±, dec¨ªa Jean-Claude Romand en los a?os noventa, ya en prisi¨®n despu¨¦s de matar, en enero de 1993, a su esposa, a sus dos hijos y a sus padres, un suceso que inspirar¨ªa pel¨ªculas, documentales y la celebrada cr¨®nica de Carr¨¨re precisamente titulada El Adversario, publicada en el a?o 2000.
Ha pasado el tiempo, y Romand, que ahora tiene 64 a?os, y lleva un cuarto de siglo en prisi¨®n, pide la libertad condicional, seg¨²n ha informado la cadena de radio France Bleu. Fuentes citadas por France Bleu aseguran que los ex¨¢menes psiqui¨¢tricos han establecido que la liberaci¨®n del detenido no plantea problemas. Si lohs jueces aceptan la demanda, podr¨ªa salir a finales del septiembre. Condenado en 1996 a cadena perpetua, ten¨ªa derecho a pedir la libertad condicional desde 2015. El proyecto de reinserci¨®n ¡°est¨¢ avanzado¡±, seg¨²n la citada emisora, que a?ade que incluso ha entrado en contacto con las personas que le dar¨¢n trabajo.
El horror y la morbosa fascinaci¨®n que despert¨®, y sigue despertando, el caso se explica por el perfil del criminal. No s¨®lo fue un asesino que tirote¨® a sus hijos y a sus padres, y mat¨® de un golpe a su esposa. No s¨®lo fue un estafador que arruin¨® a buena parte de su c¨ªrculo familiar prometi¨¦ndoles que invertir¨ªa su dinero en Suiza. Fue, adem¨¢s, un mentiroso a gran escala, un hombre que durante 18 a?os simul¨® vivir una vida que no exist¨ªa.
Romand hizo creer a todo mundo, incluidos sus amigos y su familia, que era un m¨¦dico e investigador eminente en la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Tras la fachada no hab¨ªa nada. Por la ma?ana se sub¨ªa a su autom¨®vil y pasaba las jornadas vagando por autopistas, paseando por el bosque o leyendo revistas y sesteando en el aparcamiento de la OMS. ¡ªPadre cari?oso, esposo ejemplar y amigo de sus amigos, regresaba a casa al final de la jornada laboral a la vida provinciana y acomodada de Pr¨¦vessin, un pueblo franc¨¦s junto a la frontera suiza, cerca de Ginebra.
¡°Una mentira, normalmente, sirve para tapar una verdad, algo quiz¨¢ vergonzoso, pero real. La suya no tapaba nada. Bajo el falso doctor Romand no hab¨ªa un verdadero Jean-Claude Romand¡±, escribi¨® Carr¨¨re en El Adversario. La mentira empez¨® cuando Romand, estudiante de medicina, no se present¨® a los ex¨¢menes de segundo de carrera, hecho que mantuvo en secreto. A partir de entonces, todo se encaden¨®. No dej¨® de enga?ar. Era seductor, inteligente, manipulador. Financiaba el tren de vida con los ahorros que sus suegros, sus padres y algunos amigos le entregaban para invertir en Suiza. Cuando sinti¨® que el enga?o se desmoronaba, que la esposa pod¨ªa sospechar o que su amante le reclamaba las inversiones, pas¨® al acto.
Romand y Carr¨¨re se comunicaron por carta durante a?os y se vieron en un ocasi¨®n. En respuesta a preguntas de EL PA?S sobre su relaci¨®n con Romand y sus archivos del proceso, que ¨¦l guarda, Carr¨¨re respondi¨® ayer: "No deseo expresarme sobre este tema¡±
Romand encontr¨® en Carr¨¨re quien le escribiese. Era uno de los criminales m¨¢s abyectos de la historia reciente, pero finalmente tambi¨¦n un antih¨¦roe de novela. Un personaje real en una vida de ficci¨®n. ¡°Creemos que estamos delante de un hombre, pero de hecho ya no es un hombre, ya hace tiempo que no es un hombre. Es como un agujero negro¡±, le dice un viejo dibujante de prensa al escritor durante el juicio a Romand. Si sale en libertad, ?que har¨¢? ?qui¨¦n ser¨¢?
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