Las mujeres pobres de Brasil se convierten en la principal barrera de contenci¨®n contra Bolsonaro
Solo el 14% de las electoras m¨¢s humildes apoyan al ultraderechista, frente al 28% de media entre todos los brasile?os llamados a las urnas. La indecisi¨®n, en cambio, sigue siendo la nota predominante
Faltan menos de dos semanas para la primera vuelta de las elecciones generales m¨¢s turbulentas de Brasil en a?os, pero Lucil¨¦ia Morales Leite, vecina de uno de los barrios m¨¢s pobres de S?o Paulo, todav¨ªa no ha decido a qui¨¦n votar¨¢ para presidente. El motivo es simple: ¡°El pa¨ªs est¨¢ muy complicado¡±. Sin embargo, sabe a qui¨¦n no apoyar¨¢ nunca: "A Jair Bolsonaro. No me gusta lo que dice. Insulta a las mujeres y no respeta al ser humano", opina sobre el diputado y cabeza de cartel de la ultraderecha que representa el Partido Social Liberal (PSL). Aunque el crecimiento de Bolsonaro se ha estancado en los ¨²ltimos d¨ªas, sigue liderando los sondeos para la primera vuelta electoral. "Si sale elegido, ser¨¢ como el de Estados Unidos...", dice Morales Leite en referencia impl¨ªcita a Trump. "No s¨¦ qu¨¦ es aquel hombre, pero parece un dictador. Tal vez Brasil necesite a una persona as¨ª, pero no s¨¦ si ser¨ªa bueno para la gente".
Lucil¨¦ia es una mujer negra y corpulenta que naci¨® en Maranh?o (norte de Brasil) y que se march¨® a vivir hace casi dos d¨¦cadas a la mayor ciudad del pa¨ªs ¡ªy de toda Am¨¦rica Latina¡ª, S?o Paulo. Ten¨ªa solo 21 a?os y un ¨²nico objetivo: trabajar para mejorar su vida. Hoy, con 39, vive en el barrio perif¨¦rico Jardim ?ngela, donde la esperanza de vida es de solo 55,7 a?os, casi 24 menos que en el acomodado Jardim Paulista ¡ªsolo 20 kil¨®metros al noreste¡ª, y el sueldo medio mensual es de 1.890 reales (unos 460 d¨®lares). Mujeres como ella son un s¨ªmbolo del segmento que m¨¢s puede plantarle cara a Bolsonaro en la primera vuelta electoral, el pr¨®ximo 7 de octubre. Sin el apoyo de mujeres que cobran menos de dos salarios m¨ªnimos (954 reales, 233 d¨®lares) y representan el 28% del electorado, la victoria de cualquier candidato se antoja improbable. Son, en definitiva, la primera l¨ªnea de resistencia frente a la ultraderecha.
El candidato ultraderechista marcha en cabeza con el 28% de intenci¨®n de voto, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas de Ibope, publicada el lunes, y Datafolha, publicada el pasado jueves. Entre los hombres, el porcentaje de apoyo sube hasta el 36%, frente al 21% de las mujeres, seg¨²n Datafolha. Tambi¨¦n son ellas las que m¨¢s lo rechazan: el 49% dicen que no votar¨ªa por Bolsonaro en ning¨²n caso, un repudio que se ha plasmado en Internet bajo una ¨²nica consigna: #elen?o (#¨¦lno). El apoyo de las mujeres al ex capit¨¢n del Ej¨¦rcito, sin embargo, avanza poco a poco y est¨¢ m¨¢s concentrado entre las que tienen provienen de una familia de mayor renta familiar: llega al 32% entre las que cobran m¨¢s de cinco salarios m¨ªnimos y solo al 14% entre las m¨¢s pobres.
Para Lucil¨¦ia, auxiliar de servicios generales en un hospital, votar al Partido de los Trabajadores (PT) era una constante y si el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, hoy preso, pudiera presentarse, sin duda lo apoyar¨ªa. "Ayud¨® mucho a las clases m¨¢s bajas, principalmente en el nordeste [del pa¨ªs]. El banco ayud¨® mucho a mis padres para adquirir su tierra; durante la ¨¦poca de Lula pudieron acceder a cr¨¦ditos", argumenta. Sin embargo, no le gust¨® el Gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff ¡ªsucesora de Lula¡ª ni la gesti¨®n de Fernando Haddad, aupado a candidato a la presidencia del PT por el propio expresidente, al frente de la alcald¨ªa de S?o Paulo. Lo m¨¢s probable, afirma, es que acabe optando por el candidato Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB, centroderecha). ¡°Quiero ver el pr¨®ximo debate en la televisi¨®n antes de decidirme. Creo que un buen candidato tiene que pensar en el pr¨®jimo como en s¨ª mismo. Y Alckmin lo hace, creo en ¨¦l. Es un buen candidato¡±. El exgobernador del Estado de S?o Paulo ¡ªpor mucho el m¨¢s poblado del pa¨ªs¡ª, en cambio, no termina de despegar en los sondeos, en los que Haddad es la principal alternativa a Bolsonaro: alcanza un 22% de intenci¨®n de voto, seg¨²n el Ibope.
Los votos nulos o indecisos, como el de Lucil¨¦ia, suman el 17% en el ¨²ltimo sondeo de Datafolha, pero entre las mujeres con renta de hasta dos salarios m¨ªnimos suben hasta el 25%. ¡°Una parte de los electores se deciden en el ¨²ltimo momento. De ellos, casi el 70% son mujeres de baja renta, mujeres que no dominan la informaci¨®n electoral, pero que conocen bien el mercado y el supermercado. Conocen los precios, deciden. Su inflaci¨®n es m¨¢s precisa que la oficial¡±, explica la soci¨®loga F¨¢tima Pacheco Jord?o a EL PA?S. ¡°Est¨¢n muy aferradas al d¨ªa a d¨ªa, y cuando se habla de salud, no piensan en hospitales ni en camas. Piensan en problemas espec¨ªficos, en el m¨¦dico del ambulatorio, en su salud y, sobre todo, en la de sus hijos¡±.
¡°Todav¨ªa no he parado a pensar a qui¨¦n voy a votar. A veces decido en el ¨²ltimo momento, por impulso¡±, explica Juliana Fraga Melo, de 34 a?os y vecina de Lucil¨¦ia. Pero tambi¨¦n est¨¢ segura de que no votar¨¢ a Bolsonaro. ¡°No me gusta lo que dice, sobre todo en el caso de las mujeres¡±, resume. Su principal preocupaci¨®n son los salarios precarios: ella misma cobra poco m¨¢s de un salario m¨ªnimo como cocinera en una residencia de pesonas mayores. Tambi¨¦n se queja de que, en los ¨²ltimos a?os, la vida se ha vuelto m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Comprar medicamentos, comer... Todo est¨¢ m¨¢s caro. Un tetrabrik de leche lleg¨® a valer cinco reales (1,22 d¨®lares). Ahora ya ha bajado, pero ?c¨®mo se las apa?an las madres que tienen hijos peque?os?¡±, se cuestiona. No es para menos. La econom¨ªa brasile?a, la mayor de Am¨¦rica Latina, no termina de levantar cabeza tras el batacazo del ¨²ltimo lustro: entre los ¨²ltimos comicios presidenciales, en 2014, y estos, la renta per c¨¢pita se ha desplomado un 7,5%. Una cifra aciaga para una econom¨ªa que hace no tantos a?os parec¨ªa no tener techo y tiraba del carro de los pa¨ªses emergentes.
A unos cinco kil¨®metros de Jardim ?ngela, en Capela do Socorro ¡ªel distrito de?S?o Paulo con mayor porcentaje de poblaci¨®n por debajo de los dos salarios m¨ªnimos¡ª, Jovina Costa, de 46 a?os, atiende a los ni?os que van a su cantina, frente a una escuela p¨²blica. "Ahora que han puesto una cantina dentro de la escuela, est¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Tengo que hacer trabajillos los fines de semana limpiando casas", explica. Su marido, profesional de la construcci¨®n, lleva tiempo sin ser contratado para ninguna obra. "Todo esto nos complica la vida; hemos tenido que apretarnos el cintur¨®n para pagar la hipoteca".
La incidencia de las noticias falsas
Jovina, nacida en el Estado de Minas Gerais (noreste de S?o Paulo), cuenta que vot¨® a Lula cuando ten¨ªa 16 a?os, el umbral m¨ªnimo de edad para el sufragio en Brasil. Corr¨ªa 1989, se celebraban las primeras elecciones democr¨¢ticas y era tambi¨¦n la primera vez que el entonces sindicalista se presentaba. Ahora votar¨¢ nulo en la primera vuelta porque, ¡°desgraciadamente¡±, ya no conf¨ªa en nadie. Asegura, eso s¨ª, que votar¨¢ en la segunda vuelta. ¡°No votar¨ªa a Bolsonaro. Creo que es muy ego¨ªsta y prejuicioso. Es deshumano. Ahora mismo estaba viendo un v¨ªdeo en que est¨¢ en el hospital insultando a una enfermera. ?Es absurdo!¡±, cuenta. Esos insultos, en realidad, no existen. Se trata de una de las miles de fake news que se han viralizado en los ¨²ltimos d¨ªas por WhatsApp y que han alimentado la polarizaci¨®n pol¨ªtica en un pa¨ªs ya de por s¨ª polarizado. Jovina no parece dudar del contenido.
Bolsonaro sabe del rechazo que despierta entre las mujeres. Sigue hospitalizado tras haber sido acuchillado el 6 de septiembre y ni ¨¦l ni sus partidarios parecen hacer caso a los datos. El candidato se limit¨® el pasado 19 de septiembre a subir en las redes sociales un v¨ªdeo en el que dec¨ªa que adoraba a su mujer y su hija.?Pero a Maria el ultradirechista no la convence. ¡°Vi en el peri¨®dico que las mujeres no van a votarle¡±, cuenta esta empleada del hogar, que demuestra informarse tambi¨¦n a trav¨¦s de medios convencionales. ¡°Pero todav¨ªa no he pensado sobre mi voto, chico, mi vida es un no parar¡±. Esposa de un metal¨²rgico, ha sido gracias a este ¡°no parar¡± que su hija mayor, de 29 a?os, logr¨® graduarse en Publicidad y Matem¨¢tica Financiera, mientras su hijo peque?o, de 22 a?os, arranca su segunda carrera, la de Periodismo. Han podido vislumbrar una vida distinta de la de sus padres. ¡°Me preocupa la violencia. Si algo pasa con mis hijos, muero con ellos¡±.
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