Duque presenta ante el mundo su pol¨ªtica antidrogas
Tras el nuevo r¨¦cord de narcocultivos, el presidente colombiano se alinea con las tesis de Trump y sella en Naciones Unidas su giro al prohibicionismo
Colombia tiene el ¡°deber moral¡± de luchar contra el tr¨¢fico de drogas il¨ªcitas y ¡°la adicci¨®n que est¨¢ destruyendo las almas de tantos j¨®venes¡±. Esa es la visi¨®n de Iv¨¢n Duque, que aprovech¨® este mi¨¦rcoles su primer discurso como presidente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para esbozar el giro en la estrategia antinarc¨®ticos del por mucho primer productor mundial de coca¨ªna. ¡°Si queremos que en Colombia brille la paz, es necesario que derrotemos el narcotr¨¢fico¡±, manifest¨® en su primera comparecencia de envergadura ante la comunidad internacional, en la que tambi¨¦n se refiri¨® a la crisis de Venezuela y a la implementaci¨®n de los acuerdos que su antecesor, Juan Manuel Santos, sell¨® con la exguerrilla de las FARC.
¡°Hace pocas semanas recibimos una situaci¨®n alarmante¡±, admiti¨® Duque, apenas siete semanas despu¨¦s de tomar posesi¨®n, sobre los cultivos il¨ªcitos. ¡°La tendencia incremental de los ¨²ltimos cinco a?os no puede continuar: estas siembras se han convertido en el combustible y el aliciente para que surjan peligrosos grupos armados organizados¡±.
El ¨²ltimo informe del sistema de monitoreo de cultivos il¨ªcitos de la ONU (Simci) confirma que, como sol¨ªa decir la oposici¨®n uribista en tiempos de Santos, Colombia est¨¢ "nadando en coca". A pesar de sus enormes esfuerzos, el pa¨ªs sudamericano no ha conseguido revertir ese aumento constante. En 2017, el volumen total de narcocultivos creci¨® de 146.000 a 171.000 hect¨¢reas, la cifra m¨¢s alta desde que se tienen registros. La producci¨®n potencial de coca¨ªna tambi¨¦n super¨® la cota de a?os anteriores, hasta rozar las 1.400 toneladas. Esa tendencia alcista, es una constante desde 2013 -cuando hab¨ªa solo 48.000 hect¨¢reas dedicadas a este tipo de cultivos, mucho m¨¢s rentables que los tradicionales para los agricultores-, ha llevado a Estados Unidos a expresar en alto su preocupaci¨®n. Y al presidente Donald Trump, en su l¨ªnea, a amenazar con descertificar a Bogot¨¢, un estrecho aliado, si no muestra resultados. Esto supondr¨ªa degradar al pa¨ªs sudamericano en la clasificaci¨®n de pa¨ªses que elabora Washington en funci¨®n de su ¨¦xito en el combate a las drogas, un precedente nada halag¨¹e?o para Bogot¨¢.
Sin embargo, el mandatario estadounidense no ha ahorrado en elogios para su hom¨®logo colombiano durante su estancia en Nueva York. ¡°Una de las razones por las que me siento tan complacido de ver la victoria de Duque es por su lucha contra el narcotr¨¢fico. Si le va bien, fabuloso. Si no le va bien, ser¨¢ un presidente m¨¢s de Colombia¡±, dijo en la v¨ªspera, tras un encuentro bilateral. Trump visitar¨¢ Colombia en diciembre.
¡°Es cierto que debemos hacer m¨¢s en materia de prevenci¨®n y atenci¨®n a los adictos desde un enfoque de salud p¨²blica¡±, concedi¨® Duque, partidario de la mano dura, en un discurso que puso ¨¦nfasis en la legalidad y en la importancia del imperio de la ley. ¡°Pero no es menos cierto que el narcotr¨¢fico en Colombia es un depredador del medioambiente, un destructor de instituciones, un corruptor social (¡) Luchar contra este fen¨®meno y al mismo tiempo promover una sociedad que rechace las drogas por sus efectos devastadores en la salud y la sociedad, es nuestro deber moral¡±.
De Santos a Duque
Duque aspira a enfrentar la narcobonanza con un plan que incluye, adem¨¢s del fortalecimiento de la interdicci¨®n a¨¦rea, mar¨ªtima y terrestre, una ofensiva militar contra las disidencias de las FARC que se apartaron de la negociaci¨®n de paz y otras bandas criminales que han copado los espacios abandonados por la antigua guerrilla, hoy desarmada y transformada en partido pol¨ªtico. Su Gobierno tambi¨¦n contempla el regreso de las controvertidas fumigaciones con glifosato, un herbicida potencialmente cancer¨ªgeno. Aunque Estados Unidos promueve su uso, Colombia hab¨ªa abandonado las aspersiones a¨¦reas en 2015 por un fallo de la Corte Constitucional que apelaba al principio de precauci¨®n y recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). En julio se realiz¨® el primer plan piloto de aspersi¨®n a¨¦rea con drones.
El nuevo Ejecutivo colombiano favorece la erradicaci¨®n forzosa y reniega de las iniciativas voluntarias pactadas con las comunidades de campesinos, aunque ha dicho que respetar¨¢ los que sean viables y eficaces. El regreso al enfoque prohibicionista lo confirma el decreto que Duque firmar¨¢ esta semana para entregarle facultades a la polic¨ªa con el prop¨®sito de incautar la dosis personal -o m¨ªnima- de droga, despenalizada por la Corte Constitucional desde 1994, lo que ha agitado un intenso debate sobre la lucha contra el consumo.
El presidente formaliza as¨ª el marcado giro con respecto a su antecesor. Santos, ganador del Nobel de Paz 2016, sol¨ªa referirse a la lucha antidrogas como una bicicleta est¨¢tica, por su desalentador balance tras medio siglo de enormes esfuerzos. En diversos foros internacionales abog¨® por abrir la discusi¨®n e introducir un cambio de enfoque.
Ya desde la Cumbre de las Am¨¦ricas de Cartagena, en el a?o 2012, Santos invoc¨® la necesidad de hacer una revisi¨®n a fondo de la estrategia global contra las drogas y sus resultados basada en evidencias, con criterios cient¨ªficos. Sin aterrizar del todo su propuesta, planteaba despenalizar a los peque?os cultivadores y consumidores y concentrar los esfuerzos en combatir los eslabones m¨¢s fuertes de la cadena, como grandes narcotraficantes, proveedores de insumos qu¨ªmicos y organizaciones que facilitan el lavado de activos. Tambi¨¦n abordar el consumo m¨¢s como un asunto de salud p¨²blica y derechos humanos, y menos de pol¨ªtica criminal.
¡°Es hora de aceptar ¨Ccon realismo¨C que mientras haya consumo habr¨¢ oferta, y que el consumo no se va a acabar¡±, dijo Santos, precisamente, en su ¨²ltimo discurso como mandatario ante la Asamblea General. Apenas un a?o despu¨¦s, esa intervenci¨®n comienza a convertirse en una foto color sepia. El ya expresidente sol¨ªa invocar la autoridad de Colombia como el pa¨ªs que m¨¢s sacrificios ha hecho en la guerra contra las drogas, pero el crecimiento de los narcocultivos rest¨® peso a la oportunidad de repensar el problema. Duque, de la mano de Trump, se muestra dispuesto a pedalear con renovado entusiasmo.
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