El delicado juego secesionista del presidente serbobosnio
Milorad Dodik pide la independencia de la Rep¨²blica Srpska, pero no convoca una consulta
En 1995, Milica huy¨® de su localidad natal, Bosanska Krupa, cuando el Ej¨¦rcito croata recuper¨® en una ofensiva rel¨¢mpago la Krajina, el territorio de mayor¨ªa serbia que cuatro a?os antes se hab¨ªa autodeclarado independiente con el apoyo del entonces presidente serbio, Slobodan Milosevic. M¨¢s de 150.000 personas se refugiaron en Bosnia. Milica tambi¨¦n. Tem¨ªa que los militares croatas no se limitasen a la Krajina y avanzasen hasta su localidad, situada en Bosnia, no lejos de la frontera. Seis meses m¨¢s tarde, la guerra acab¨® con la firma de los acuerdos de Dayton, por los que se divid¨ªa Bosnia Herzegovina en dos entidades: la Federaci¨®n -donde viven la mayor¨ªa bosniaca y los bosniocroatas- y la serbobosnia Rep¨²blica Srpska.
Hoy, con 70 a?os, Milica vive en la capital de facto de la Rep¨²blica Srpska, Banja Luka, y, cuando oye la palabra ¡°independencia¡±, recuerda esa vivencia y habla con prudencia. ¡°No creo que la Rep¨²blica Srpska pueda separarse de Bosnia de forma pac¨ªfica. Si se pudiese hacer sin violencia, sin otra guerra, quiz¨¢s estar¨ªa a favor. Pero es que no es posible¡±, asegura.
La persona a la que Milica votar¨¢ este domingo en las elecciones que celebra Bosnia no opina igual. Milorad Dodik, presidente de la Rep¨²blica Srpska desde 2010, ha abogado p¨²blicamente en varias ocasiones por la secesi¨®n para convertirse en Estado o integrarse a Serbia, pero nunca ha convocado un refer¨¦ndum. Tras las declaraciones de independencia de Montenegro, en 2006, y Kosovo, dos a?os m¨¢s tarde, ha llegado a poner fechas y luego dado marcha atr¨¢s por las presiones.
En otro pa¨ªs y regi¨®n, la comunidad internacional podr¨ªa ver esta tensi¨®n territorial sin demasiada preocupaci¨®n. En la antigua Yugoslavia, y m¨¢s concretamente en el territorio donde las tropas serbobosnias al mando de Ratko Mladic ¨Ccondenado a cadena perpetua el a?o pasado por el genocidio de Srebrenica¨C propiciaron una guerra en la que murieron m¨¢s de 100.000 personas, el fantasma de una nueva fragmentaci¨®n genera escalofr¨ªos. Y, para las potencias occidentales, m¨¢s a¨²n si el capit¨¢n del barco secesionista es aliado de Rusia.
Dodik, un populista de presencia imponente y ret¨®rica antioccidental alabado durante a?os por su moderaci¨®n (la entonces secretaria de Estado de EE UU, Madeleine Albright, le defini¨® en 2007 como una ¡°bocanada de aire fresco¡±), ha dado en esta campa?a electoral una de cal y otra de arena sobre una eventual independencia de la Rep¨²blica Srpska. Por un lado, ha repetido que ¡°el Drina no es una frontera¡±, en referencia al r¨ªo que marca buena parte de la divisoria entre Bosnia y Serbia, famoso por el puente que da t¨ªtulo a la obra cumbre del premio Nobel de Literatura Ivo Andric. Por otra, en una entrevista hace dos semanas con la agencia Reuters, dej¨® claro que respetar¨¢ ¡°los Acuerdos de Dayton y la Constituci¨®n¡±, que garantizan la integridad territorial de Bosnia. D¨ªas antes, el ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov, se hab¨ªa mostrado muy cuidadoso en una visita a la zona de no cuestionar la unidad de Bosnia ni apoyar p¨²blicamente al presidente serbobosnio de cara a los comicios.
Dodik aspira este domingo al asiento serbio en la presidencia tripartita rotatoria de Bosnia Herzegovina. De lograrlo, durante dos periodos de ocho meses liderar¨ªa el pa¨ªs alguien que lo ha calificado repetidamente de ¡°imposible¡± y destinado a la disoluci¨®n. En 2009, el popular periodista Aleksandar Trifunovic le hizo a ¨¦l y a otros pol¨ªticos la misma pregunta: ?Existe Bosnia Herzegovina?. ¡°Comenz¨® una perorata en la que defini¨® el pa¨ªs como ¡®interminablemente temporal¡¯. Tampoco el resto me dio una respuesta directa¡±, recuerda.
La mayor¨ªa de an¨¢lisis coinciden en que Dodik dif¨ªcilmente se lanzar¨¢ a la aventura. M¨¢s bien soltar¨¢ o tirar¨¢ de la cuerda independentista en funci¨®n de su fortaleza pol¨ªtica y de los mensajes que reciba de sus dos grandes aliados: Mosc¨² ¡ªse ha reunido con Putin en nueve ocasiones desde 2011¡ª y Belgrado.
¡°Dodik no ha convencido a nadie de que la secesi¨®n tiene que estar sobre la mesa o de que un refer¨¦ndum de independencia sea inminente o debe ser permitido. Sus frecuentes paralelismos ret¨®ricos con Escocia, Kosovo, Catalu?a, Crimea u otras regiones donde existe un movimiento de autodeterminaci¨®n sirven m¨¢s bien para radicalizar a su propia poblaci¨®n. En mi opini¨®n, su proyecto secesionista habr¨ªa llegado m¨¢s lejos si hubiese tratado de convertir la Rep¨²blica Srpska en una parte mejor de Bosnia en vez de negar un genocidio, acusar a la comunidad internacional de hostilidad hacia los serbios y, en general, radicalizar a la poblaci¨®n¡±, asegura Nedim Hogic, analista pol¨ªtico del Instituto de Derecho en Sarajevo.
Vladimir Susik, jefe de la delegaci¨®n en Rep¨²blica Srpska del ente estatal de radiodifusi¨®n p¨²blica, opina que ¡°ya nadie se cree el tema de la independencia¡±. ¡°Est¨¢ gastado. Dodik ha sido demasiado contradictorio y no ha hecho aquello de lo que hablaba¡±, apunta. En 2016, el l¨ªder serbobosnio s¨ª organiz¨® una consulta sobre el mantenimiento del d¨ªa nacional de la Rep¨²blica Srpska, declarado inconstitucional por discriminar contra los no serbobosnios. Un 99,8% vot¨® a favor.
Un anuncio ha causado, en cambio, temor a que vaya m¨¢s all¨¢ de las palabras: la compra a Serbia a principios de a?o de 2.500 fusiles autom¨¢ticos para la polic¨ªa serbobosnia. El miedo es que sea una militarizaci¨®n del cuerpo como antesala de la secesi¨®n. Dodik est¨¢ a favor de resucitar el Ej¨¦rcito serbobosnio, fusionado en uno nacional en 2006. ¡°Eliminar el Ej¨¦rcito de Rep¨²blica Srpska es uno de los errores m¨¢s grandes que hemos cometido en la historia pol¨ªtica reciente¡±, dijo el pasado mayo.
En las calles de Banja Luka, la independencia no parece ser ni una prioridad ni alcanzable. ¡°Tenemos muchos problemas m¨¢s importantes¡±, opina Jelena, de 26 a?os. ¡°No se podr¨ªa hacer sin derramamiento de sangre y, adem¨¢s, no es la soluci¨®n a nuestros problemas, como quitar a estos¡±, dice Dajana Simunovic mientras se?ala un cartel electoral de Dodik y su primera ministra, Zeljka Cvijanovic. Seljko Savic, de 47 a?os, creci¨® en el mismo lugar que Dodik, Laktasi, y cree que no hay candidato mejor en los comicios del domingo. Pero cuando llega el tema de la independencia usa la palabra ¡°imposible¡±: ¡°En la partici¨®n de Yugoslavia nos hicimos peque?os. ?Vamos a hacernos a¨²n m¨¢s peque?os?¡±.
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