El peque?o aliado balc¨¢nico de Mosc¨²
La creciente relaci¨®n entre el Kremlin y la entidad serbia de Bosnia aviva el temor a una desestabilizaci¨®n de la zona
De momento, son solo unos cuantos cimientos en un enorme solar donde trabajan dos decenas de operarios y se alzan cuatro gr¨²as. Sobre una plataforma, una t¨ªpica cruz ortodoxa y un cartel en caracteres cir¨ªlicos recuerdan dos de los elementos (religi¨®n y alfabeto) que comparten rusos y serbios. La iglesia serborrusa de Banja Luka, la capital de facto de la Rep¨²blica Srpska, la entidad de mayor¨ªa serbia de Bosnia Herzegovina, a¨²n tardar¨¢ en exhibir sus cinco c¨²pulas doradas y su campanario octogonal porque hace apenas dos semanas que el ministro ruso de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, descubri¨® la placa en una visita a la zona.
Si algo tan inocuo como la construcci¨®n de una iglesia dedicada al ¨²ltimo zar, Nicol¨¢s II (con motivo del centenario de su asesinato y el de su familia) ha despertado recelos en algunas capitales es porque simboliza la creciente influencia de Mosc¨² en un territorio cuyo presidente, Milorad Dodik, se ha reunido nueve veces desde 2011 con Vlad¨ªmir Putin, y porque despierta el temor a que estas muestras de ¡°poder blando¡± sean solo la cara amable de una estrategia m¨¢s agresiva en los Balcanes.
El lunes, apenas seis d¨ªas antes de las elecciones que Bosnia Herzegovina celebra este domingo, Dodik no estaba en Banja Luka, pese a ser candidato en los comicios al asiento serbobosnio en la presidencia tripartita rotatoria, sino viendo con Putin una carrera de F1 en la localidad rusa de Sochi.
Dodik, una especie de Donald Trump balc¨¢nico que ocupa la Presidencia desde 2010, ha abogado en repetidas ocasiones por la secesi¨®n de la Rep¨²blica Srpska, un territorio de poco m¨¢s de un mill¨®n de habitantes. ¡°No hay otra parte de Europa en la que alguien que ni siquiera es jefe de Estado tenga una relaci¨®n tan intensa y frecuente con Rusia¡±, apunta el exviceministro de Defensa bosnio Emir Suljagic, que denuncia desde hace a?os el papel del Kremlin en su pa¨ªs.
La analista pol¨ªtica independiente Tanja Topic advierte, sin embargo, de la importancia de que el ¨¢rbol de la intensidad de los encuentros entre Dodik y los dirigentes rusos no impida ver el bosque de la propaganda. Las reuniones con Putin son generalmente breves y no han generado una apuesta econ¨®mica seria de Mosc¨² por la Rep¨²blica Srpska, se?ala. ¡°Es una relaci¨®n m¨¢s ret¨®rica y abstracta que pr¨¢ctica. Mucho beso y abrazo entre serbios y rusos y muchas palabras sobre solidaridad paneslava, pero no hay un solo proyecto econ¨®mico importante¡±, explica en un hotel de Banja Luka. Los elementos m¨¢s destacados son que Mosc¨² ha aumentado la inversi¨®n extranjera directa en Bosnia, principalmente en la entidad serbobosnia, de 235 millones a 547 millones entre 2008 y 2016 y que es su ¨²nico proveedor de gas natural. Las empresas rusas controlan all¨ª el negocio de las refiner¨ªas.
¡°La creciente ausencia de la UE en la regi¨®n es lo que ha abierto un hueco a otras influencias. La ampliaci¨®n ha sido eliminada de la agenda en la pr¨¢ctica y se ha creado una especie de vac¨ªo de poder por el que ha entrado Rusia¡±, explica Srecko Latal, analista pol¨ªtico y director del Balkan Investigative Reporting Network. Serbia es otro firme aliado regional del Kremlin, al que el Gobierno de Montenegro acusa de haber organizado un fallido golpe de Estado en 2016, a puertas del ingreso de la peque?a rep¨²blica en la OTAN. Con la UE concentrada en sus propias costuras y EE UU b¨¢sicamente ausente, otros Estados como China, Turqu¨ªa o los pa¨ªses del Golfo tambi¨¦n han puesto un pie en los Balcanes en los ¨²ltimos a?os.
Suljagic, quien opt¨® al asiento presidencial bosnio en las elecciones de 2014 y lidera la lista en el cant¨®n de Sarajevo de la europe¨ªsta Alianza C¨ªvica para los comicios del domingo, est¨¢ convencido de que Rusia ¡°tiene un claro inter¨¦s en desestabilizar los Balcanes¡± y forzar la ruptura de Bosnia, incluso al precio de un nuevo conflicto como el que vivi¨® la regi¨®n en los a?os noventa. ¡°Los que morir¨ªan aqu¨ª no son rusos. Y ser¨ªa una gran oportunidad para que proyectase poder e influencia, como en Siria, con la diferencia de que aqu¨ª ni siquiera tendr¨ªan que mandar tropas. Prefieren un peque?o Estado serbio al que puedan controlar f¨¢cilmente a una Bosnia Herzegovina soberana e ¨ªntegra¡±, asegura.
¡°Rusia no tiene mucho que ganar con una secesi¨®n de la Rep¨²blica Srpska porque perder¨ªa control sobre los acontecimientos pol¨ªticos en la Federaci¨®n¡±, la otra entidad del pa¨ªs, de bosnios y bosniocroatas¡±, discrepa Nedim Hogic, analista pol¨ªtico del Instituto de Derecho en Sarajevo. ¡°Mosc¨² ve una crisis prolongada en Bosnia como una herramienta mucho mejor para promover y proteger sus intereses. Quiz¨¢s en el futuro opte por apoyar una secesi¨®n que convierta la Rep¨²blica Srpska en Transnisitria u Osetia del Sur, pero es una operaci¨®n mucho m¨¢s costosa y arriesgada. As¨ª que el statu quo parece m¨¢s provechoso¡±.
Latal coincide. ¡°Mosc¨² no quiere otra Siria entre manos. Conoce bien la regi¨®n y entiende, incluso mejor que la UE, que puede explotarle en la cara. Adem¨¢s, as¨ª gana puntos: le permite mostrarse ante el resto de la comunidad internacional de forma positiva. Por eso Lavrov escogi¨® mucho sus palabras y se mostr¨® sorprendentemente equilibrado en su ¨²ltima visita¡±, se?ala en referencia a las declaraciones del ministro de Exteriores en apoyo a la integridad territorial bosnia.
Las diferencias entre pol¨ªticos y analistas sobre las intenciones del Kremlin tienen que ver sobre todo con la credibilidad que conceden y la interpretaci¨®n que hacen de una serie de acontecimientos e informaciones publicadas por los medios.
Uno de ellos es la gira por la zona ©¤financiada por el Kremlin©¤ que hicieron el pasado marzo los Lobos de la Noche, la banda de moteros considerada una suerte de herramienta propagand¨ªstica low-cost del presidente Putin. En 2014, apoyaron la toma rusa de la pen¨ªnsula de Crimea y algunos de sus miembros lucharon luego junto con los rebeldes rusos en Ucrania. Est¨¢n en la lista de sanciones de EE UU.
M¨¢s relevante fue la compra a Serbia a principios de a?o de 2.500 fusiles autom¨¢ticos para la polic¨ªa serbobosnia. La Rep¨²blica Srpska no puede tener Ej¨¦rcito, en base a los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra, por lo que la adquisici¨®n despert¨® el fantasma de una militarizaci¨®n de la Polic¨ªa con vistas a una eventual secesi¨®n. ¡°Me gustar¨ªa que el pa¨ªs tuviese el menor n¨²mero de armas posible. Si una parte consigue este tipo de armas, la otra tambi¨¦n querr¨¢ tenerlas¡±, lament¨® el Alto Representante en Bosnia, Valentin Inzko. El Kremlin sali¨® en defensa de su aliado: el ¨²ltimo informe anual, del pasado junio, del ¨®rgano director del Consejo para la Aplicaci¨®n de la Paz, un organismo multinacional creado en 1995 para supervisar el cumplimiento del texto de Dayton, concluye as¨ª: ¡°La desproporcionada compra de armas largas por algunas fuerzas del orden ha generado preocupaci¨®n¡±. Es la ¨²nica frase con una nota al pie de p¨¢gina: ¡°La Federaci¨®n Rusa est¨¢ en desacuerdo¡±.
Un informe ©¤del que Suljagic es uno de los tres autores©¤ del think tank estadounidense Foreign Policy Research Institute apunta a que el n¨²mero de fusiles adquiridos es mayor ©¤al menos 4.000©¤ y que hay subfusiles no registrados, lo que permitir¨ªa a ¡°alrededor de un 75% de la polic¨ªa de la Rep¨²blica Srpska ir armada con fusiles del tipo Kalashnikov, desproporcionados para las funciones de protecci¨®n de un agente normal¡±. El Ejecutivo serbobosnio argumenta que el objetivo de la compra es la lucha contra el terrorismo.
Suljagic insiste en una idea: ¡°Estoy m¨¢s preocupado por la influencia rusa en Bosnia a trav¨¦s de Zagreb que de Belgrado. Y Croacia es miembro de la UE y de la OTAN; Serbia, no¡±, dice antes de poner como ejemplo que el banco estatal ruso Sberbank ha salvado de la quiebra al gigante agroalimentario croata Agrokor, con cerca de 60.000 empleados y un resultado consolidado equivalente al 15% del PIB del pa¨ªs, al convertirse recientemente en su principal accionista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.