Trump sufre la en¨¦sima dimisi¨®n de alto nivel a un mes de las elecciones

Fue, al menos en su escenificaci¨®n, la m¨¢s cordial de la veintena de bajas que ha sufrido la c¨²pula de la Administraci¨®n de Donald Trump en apenas dos a?os. Pero la sorpresiva dimisi¨®n de Nikki Haley como embajadora de Estados Unidos ante la ONU, que se har¨¢ efectiva al final del a?o, a?ade de momento un nuevo factor de incertidumbre en la err¨¢tica pol¨ªtica internacional de Washington a menos de un mes de las elecciones legislativas. Con Haley se va un pilar al que acud¨ªa el mundo para interpretar las a menudo inconsistentes posturas del presidente. Su salida, a falta de que se despejen las inc¨®gnitas que la rodean, reafirma al sector duro representado por el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton.?

¡°Juntos hemos hecho un trabajo fant¨¢stico¡±, dijo el presidente, sentado junto a Haley en el Despacho Oval. La comparecencia conjunta, llena de elogios rec¨ªprocos, pill¨® por sorpresa a buena parte del Gobierno y al mundo diplom¨¢tico. Pero Trump asegur¨® que Haley le hab¨ªa informado de su intenci¨®n de ¡°tomarse un poco de tiempo libre¡± hace seis meses.

Fue en esas fechas cuando lleg¨® a la Casa Blanca John Bolton, exembajador ante la ONU con Bush hijo y tercero en ocupar el puesto de consejero de Seguridad Nacional en la Administraci¨®n de Trump. La llegada de Bolton y el actual secretario de Estado, Mike Pompeo, el pasado abril, en sustituci¨®n de los m¨¢s moderados H. R. McMaster y Rex Tillerson, supuso una apuesta por la l¨ªnea dura m¨¢s acorde con los instintos del presidente: aislacionista, contra las instituciones multilaterales y de mano dura con Ir¨¢n.

El perfil bajo de Tillerson proporcion¨® a Haley una inusual prominencia en sus primeros meses en el cargo, construida con duros ataques a Ir¨¢n, Rusia y Siria. Pero la llegada de los m¨¢s beligerantes Pompeo y Bolton la apart¨® de los focos. Su exclusi¨®n de algunos debates clave en esa ¨²ltima etapa, seg¨²n oficiales del Gobierno citados por The Washington Post, hab¨ªa frustrado a Haley, que no estaba considerada como parte del c¨ªrculo ¨ªntimo del presidente.

Con su salida, el gabinete de Trump pierde a una de sus pocas mujeres. De 46 a?os, hija de inmigrantes indios, Haley fue la primera mujer gobernadora de Carolina del Sur, cargo que ocup¨® durante seis a?os, y representa una renovaci¨®n del conservadurismo sure?o. Contaba con los ¨ªndices de popularidad m¨¢s altos entre los miembros del Gobierno con categor¨ªa de ministros, y era de las pocas que despertaba simpat¨ªas tambi¨¦n entre ciertos dem¨®cratas. Desde hace tiempo, Haley es considerada como potencial candidata a la presidencia en 2020, pero ella quiso el martes descartar esa posibilidad y asegur¨® que har¨ªa campa?a por Trump. El presidente, por su parte, dej¨® la puerta abierta a que regrese a su Administraci¨®n en otro puesto. ¡°Puedes elegir¡±, le asegur¨®.

A Haley le ha correspondido ser una de las caras visibles en la esfera internacional de una Administraci¨®n cuya doctrina en pol¨ªtica exterior ha sido, cuando menos, desconcertante para muchos de los actores. Un delicado cometido en el que combin¨® una fidelidad general a las posturas del presidente con una posici¨®n m¨¢s acorde a los postulados tradicionales del Partido Republicano. Ayer, Haley agradeci¨® al presidente que hubiera mantenido su promesa de concederle ¡°libertad para expresar sus opiniones en los asuntos del d¨ªa¡±.

Cr¨ªtica con Rusia

En muchos temas importantes ha sido una de las portavoces m¨¢s articuladas de la l¨ªnea dura del presidente, particularmente en su incondicional apoyo a Israel, y sus ataques a Ir¨¢n, Venezuela y Corea del Norte. Pero ha chocado con su jefe en un asunto clave, el de Rusia, en el que ha sido muy cr¨ªtica con el Kremlin y sus acciones en Siria y Ucrania.

En septiembre, Haley firm¨® un art¨ªculo de opini¨®n en The Washington Post en el que explicaba algunos desencuentros en pol¨ªtica internacional con Trump, pero subrayaba el orgullo que sent¨ªa por trabajar para ¨¦l. El art¨ªculo ve¨ªa la luz poco despu¨¦s de que The New York Times publicara una pieza an¨®nima, atribuida a un alto cargo de Trump, que hablaba de que exist¨ªa ¡°una resistencia¡± en el seno de la Administraci¨®n que estudiaba incluso apartarlo alegando su incapacidad para desempe?ar el cargo. ¡°Sirvo orgullosa en esta Administraci¨®n, y apoyo con entusiasmo la mayor¨ªa de sus decisiones y la direcci¨®n a la que lleva al pa¨ªs. Pero no estoy de acuerdo con el presidente en todo¡±, escrib¨ªa Haley en el Post, en lo que se interpret¨® como un paso adelante para acallar los rumores de que ella pudiera estar detr¨¢s del art¨ªculo an¨®nimo.

La salida de Haley supone una nueva sacudida en la Administraci¨®n de Trump. Ambos quisieron transmitir la impresi¨®n de que se trataba de una dimisi¨®n planeada desde hace tiempo. Algo extra?o en una Casa Blanca que no se ha caracterizado hasta la fecha por guardar bien los secretos. Si se va a ir a final de a?o, pocos se explicaban este martes por qu¨¦ se anunci¨® la dimisi¨®n de una de las figuras m¨¢s populares del Gobierno a un mes de unas elecciones legislativas, de una enorme importancia para el presidente.