¡°Vamos a volver a Nicaragua para sacar a Daniel Ortega¡±
Uno de los pocos rostros visibles de la revuelta pide, desde su exilio en Costa Rica, mayor implicaci¨®n a la comunidad internacional: "No bastan los comunicados y las condenas"
Francisca Ram¨ªrez dice haber trabajado siempre con obsesi¨®n en el campo para poder llegar a su edad actual, 42 a?os, y disfrutar de unas de las fincas m¨¢s pr¨®speras del Caribe nicarag¨¹ense. Casi lo logr¨®, pero los planes del presidente Daniel Ortega se atravesaron en su sue?o y hoy vive, autoexiliada en Costa Rica, lejos de su tierra y de sus tierras, a las que pretende volver cuanto antes. Es uno de los pocos rostros visibles de la revuelta en Nicaragua y se ha visto forzada a emigrar para proteger su vida y la de sus familiares. Era la ¨²nica salida para no sumarse a la lista de 325 asesinatos que se le achacan al Gobierno de Ortega, a la de los cientos de presos pol¨ªticos o a la de los desaparecidos durante el ya casi medio a?o de severa crisis pol¨ªtica.
Ram¨ªrez escap¨® por un punto ciego de la frontera con Costa Rica para pedir refugio. Emprendi¨® el mismo camino que otros casi 25.000 nicarag¨¹enses en solo cuatro meses. Casi un mes despu¨¦s, no quiere contar la hora de ingreso ni el sitio, la forma en la que se las ingeni¨® para alcanzar la frontera sur ni la manera c¨®mo escap¨® de la casa de seguridad donde estuvo escondida casi un mes, antes de saberse rodeada por polic¨ªas y paramilitares afines a Ortega. Lo m¨¢s importante, cuenta al lado de su esposo y uno de sus cuatro hijos en un peque?o restaurante de San Jos¨¦, es que pudo huir el pasado 20 de septiembre, que no ha parado de reunirse aqu¨ª con grupos de nicarag¨¹enses y que pretenden volver ¡°pronto y juntos¡±.
Esta mujer robusta de cara ancha, cabellos tupidos, gruesos y entrecanos pese a su edad, est¨¢ conectada a cada noticia que llega de su pa¨ªs. Recibe mensajes constantemente y se apresura a terminar el encuentro con EL PA?S para poder atender otra reuni¨®n en la?soleada y calurosa tarde de s¨¢bado en la que se celebra la entrevista. Bastan unos minutos para saber que ella no est¨¢ en Costa Rica ¨²nicamente para salvar su vida, sino preparando parte del camino para retornar en el momento oportuno y ¡°sacar a Daniel [Ortega], sacarlo, sacarlo de ah¨ª, por asesino¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ le hizo tomar la decisi¨®n de huir?
Repuesta. Mire, eso que ustedes han visto en las noticias en estos meses es algo que ha ocurrido desde el 2013 en las zonas rurales contra el movimiento campesino, desde que nos opusimos al proyecto de canal interoce¨¢nico Ortega entreg¨® al chino Wang Ying. Represi¨®n dura, a balazos, con detenciones y persecuci¨®n constante. Despu¨¦s del 18 de abril [el d¨ªa que estallaron las protestas] nos sumamos porque en el fondo es lo mismo: pelear por la justicia contra un Gobierno que solo trabaja por su inter¨¦s a cualquier costo. Un Gobierno que acaba matando a su pueblo.
P. ?Recibi¨® alguna amenaza directa?
R. Nosotros ya no est¨¢bamos en el pueblo [Nueva Guinea]. Est¨¢bamos escondidos desde un mes antes para evitar que nos capturaran por nuestra lucha para pedir libertad para los presos pol¨ªticos, [para] que parasen de tirar plomo a la gente y [para reclamar] justicia por las m¨¢s de 500 personas asesinadas hasta donde se ha documentado, aunque hay muchas m¨¢s en zonas rurales donde no hay medios o donde la gente est¨¢ muy atemorizada. Aqu¨ª tenemos un espacio para vivir; en Nicaragua casi no se puede.
P. ?Es a¨²n posible ejercer los liderazgos pol¨ªticos dentro de Nicaragua?
R. Lo que pasa es que intentan acallarnos como sea. All¨¢ no pod¨ªa no hablar por tel¨¦fono. Ahora puedo estar aqu¨ª hablando con usted sin el peligro de que lleguen a tirarnos bala. Aqu¨ª puedo alzar la voz para pedir al mundo que, por favor, nos apoye ante esta dictadura. [Ortega] es un represor que arm¨® a una peque?a parte del pueblo para perseguir al pueblo. Eso me oblig¨® a dejar mi patria, pero con el compromiso de regresar.
P. ?Vino a salvaguardar su vida o a trabajar en la organizaci¨®n de un movimiento contra Ortega?
R. Las dos. Estamos trabajando en eso, pero es que hu¨ªamos o nos agarraban. Est¨¢bamos lejos de mi pueblo, casi enterrados: ¨¦ramos buscados por la polic¨ªa y por paramilitares pagados con dinero del pueblo. Hab¨ªamos tomado la decisi¨®n de suicidarnos antes de que nos agarraran, porque sabemos lo que se vive en las c¨¢rceles. Desde 2013 he tenido amenazas, pero desde 18 abril han sido m¨¢s las llamadas a mi familia o m¨ª directamente. Un funcionario del Gobierno, Ed¨¦n Pastora, dijo p¨²blicamente que yo me estaba buscando que me asesinaran o que me llevaran a una c¨¢rcel y me desaparecieran.
P. ?Qu¨¦ ha hecho desde que lleg¨®?
R. Ha sido muy duro porque all¨¢ dejamos nuestras tierras y muchas gentes en riesgo. Aqu¨ª uno sufre; es dif¨ªcil, pero es por una causa digna. Nos hemos encontrado grupos de nicarag¨¹enses en distintas situaciones para animarnos y organizarnos, porque no hay otro camino. Buscamos la forma de regresar juntos, porque si volvemos cada uno solo vamos a morir. En esta etapa de la crisis, el objetivo de Daniel [Ortega] es hacer ver que todo est¨¢ normal y est¨¢ dispuesto a silenciar sin piedad ni pudor a las voces cr¨ªticas. Es muy peligroso porque el Gobierno est¨¢ como en una guerra y nosotros no tenemos armas. Ni las queremos.
P. ?Qu¨¦ pueden esperar de la comunidad internacional?
R. Ha habido reconocimiento a la lucha c¨ªvica, pero no bastan los comunicados y las condenas. Tienen que saber que no estamos luchando por ideolog¨ªa, sino por el derecho a la vida. Nosotros comenzamos pidiendo justicia, pero ahora vemos que se trata de un asesino que no va a cambiar y debe irse. Los pa¨ªses democr¨¢ticos no pueden permitirse que gente como Daniel [Ortega] y Rosario [Murillo] gobiernen un pa¨ªs en este mundo.
P. ?Es realista decir ¡°volvamos juntos a Nicaragua y saquemos a Ortega¡±?
R. Tenemos que superar la tristeza y el deseo de tener un Estado de derecho. Tenemos que usar nuestro dolor para exigir que se vaya del poder. Seguro dir¨¢ que es un golpe de Estado con ayuda desde el extranjero, pero esos discursos ya nadie los cree.
P. ?Cu¨¢nto pasar¨¢n aqu¨ª?
R. No podremos volver en un plazo corto, pero el mismo Daniel Ortega nos va a obligar a hacerlo. De ¨¦l y sus actos depender¨¢ el momento en que actuemos. Nosotros no vemos que quiera irse por la v¨ªa diplom¨¢tica o quedando en libertad porque es un asesino. Sabemos que si no presionamos, no lo vamos a lograr. No tiene el respaldo de los empresarios ni del pueblo. Ya no cuenta ni con sus propios trabajadores, porque los est¨¢ obligando a trabajar para defenderlo¡ m¨¦dicos, maestros, polic¨ªas que ya no quieren seguir. Est¨¢ pidi¨¦ndoles que mueran con ¨¦l o los mata ¨¦l.
P. ?Puede darse un conflicto armado?
R. La historia de esa guerra en los ochenta la tenemos muy fresca y por eso sabemos que todo tiene que ser por la v¨ªa pac¨ªfica. Un conflicto solo deja m¨¢s pobreza y un pa¨ªs m¨¢s dividido, con triunfadores que despu¨¦s pueden ser iguales a lo que se combati¨®, como estamos viendo ahora.
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