El Estado Isl¨¢mico se ensa?a con los chi¨ªes en Afganist¨¢n
La comunidad, que supone al menos un 15% de la poblaci¨®n, se siente desprotegida ante los ataques del grupo terrorista sun¨ª
Cascotes, cristales rotos, puertas que se han salido de sus quicios... Poco ha cambiado diez meses despu¨¦s de que un terrorista suicida se reventara en el centro sociocultural Tebyan. Incluso los zapatos de muchas de las v¨ªctimas siguen abandonados en el semis¨®tano. Desde entonces, al menos otros tres atentados igualmente mort¨ªferos han sacudido la misma zona de Kabul, el barrio de Dasht-e Barchi de mayor¨ªa hazara. Esta comunidad, que sigue la rama chi¨ª del islam, se ha convertido en uno de los objetivos favoritos de la franquicia local del Estado Isl¨¢mico, empe?ada en abrir una brecha sectaria en Afganist¨¢n.
¡°Como todos los jueves por la tarde, se hab¨ªa organizado un debate con estudiantes de varias universidades y escuelas religiosas. Lleg¨® un grupo numeroso y el vigilante de la cancela no pudo cachearlos a todos. Su compa?ero sospech¨® de uno de los asistentes, se acerc¨® a ¨¦l y entonces se produjo la explosi¨®n¡±, relata sayed Hasan Hoseini, director de la agencia de noticias Afghan Voice Agency (AVA), que se hallaba en la redacci¨®n, situada en el segundo piso.
Al menos 52 personas resultaron muertas, entre ellas 5 mujeres, y otras tantas heridas. ¡°Perd¨ª a nueve periodistas¡±, recuerda Hoseini. Varios de ellos hab¨ªan bajado a escuchar la charla organizada por el hoyatoleslam Hoseini Mazari, el fundador del centro, con el que la agencia est¨¢ asociada, aunque el director de AVA niega la financiaci¨®n de Ir¨¢n que les atribuyeron algunas fuentes. El Estado Isl¨¢mico en la Provincia de Joras¨¢n, como se autodenomina la rama local del grupo extremista sun¨ª conocido como ISIS, se responsabiliz¨® de la matanza.
¡°No s¨¦ si ha sido el Daesh [despectivo para el ISIS] u otro grupo. Lo que est¨¢ claro es que hay un ataque sistem¨¢tico a los chi¨ªes. Quieren matar a nuestros l¨ªderes religiosos, figuras de la cultura, e incluso a nuestros atletas¡±, denuncia Hoseini en referencia al rosario de agresiones que han sufrido este a?o. Tras el del Tebyan, el grupo se ha atribuido atentados contra un local de registro de electores (en el que murieron 60 personas en abril) y una academia de preparaci¨®n de la selectividad (que dej¨® 48 muertos en agosto).
Unas calles m¨¢s all¨ª se encuentra el lugar de su ¨²ltimo golpe terrorista, un complejo deportivo donde otro suicida acab¨® con la vida de una treintena de personas e hiri¨® a un centenar, el pasado 5 de septiembre. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas eran miembros del club de lucha Maiwand, que entrena en las instalaciones. El simbolismo es enorme para los afganos. La lucha ol¨ªmpica ha sido tradicionalmente el deporte favorito de los hazara y sus t¨ªtulos en esa disciplina les han dado relumbre entre el resto de los grupos ¨¦tnicos del pa¨ªs (14 seg¨²n la Constituci¨®n). Cuatro de los actuales campeones de distintos pesos, todos hazara y miembros del Maiwand, murieron en? el ataque.
El gimnasio est¨¢ cerrado esta ma?ana de mi¨¦rcoles, pero muy cerca vive el maestro Abbas, un luchador ya retirado que estaba dirigiendo el fat¨ªdico entrenamiento y perdi¨® el brazo izquierdo en la explosi¨®n. ¡°O¨ª un disparo. Me dirig¨ª a la puerta para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. Al ver al vigilante muerto, quise volver a cerrar, pero entonces el terrorista se hizo estallar y ya no recuerdo c¨®mo me sacaron de all¨ª¡±, rememora sentado frente al refresco con el que agasaja a sus visitantes. ¡°No tengo ninguna actividad pol¨ªtica ni estoy afiliado a ning¨²n partido¡±, asegura a¨²n incr¨¦dulo.
Abbas, que tras salir del hospital ha vuelto a entrenar a los que quedan del grupo, se niega a aceptar que se tratara de una acci¨®n contra los chi¨ªes. ¡°El club est¨¢ abierto a todos; entreno tanto a chi¨ªes como a sun¨ªes; en este pa¨ªs los terroristas matan a la gente en las escuelas, en las mezquitas, en los mercados y nunca se aclara qui¨¦nes son¡±, concluye esc¨¦ptico.
Hasta ahora los chi¨ªes (entre el 15 % y el 20 % de los 32-35 millones de afganos y en su mayor¨ªa hazara) no han entrado a trapo en la provocaci¨®n sectaria. Pero el ataque al Maiwand amenaza con desbordar su paciencia. Se sienten acosados, desconf¨ªan del Gobierno y muchos est¨¢n convencidos de que si la polic¨ªa no tuvo que ver en el atentado, al menos hizo la vista gorda. De ah¨ª que tanto Hoseini como Abbas relativicen la autor¨ªa del ISIS.
¡°La comunidad chi¨ª no est¨¢ protegida. Por eso me he presento a las elecciones [del pr¨®ximo s¨¢bado]¡±, declara Ruqia Alimi. La candidata es una chi¨ª que no pertenece a la etnia hazara, sino a los sadat que trazan su linaje hasta Mahoma y que suelen anteponer el honor¨ªfico sayed o sayeda a su nombre. ¡°La inseguridad es general en Afganist¨¢n, pero los habitantes de esta zona carecen de infraestructuras y oportunidades. Los atentados s¨®lo a?aden dolor a su situaci¨®n¡±, explica convencida de que, sea quien sea el autor, su objetivo es usar las diferencias etno-sectarias para dividir el pa¨ªs. Aun as¨ª, insiste en que quiere ser una ¡°candidata nacional¡± y que la ¨²nica forma de superar las divisiones es lograr trabajar juntos.
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