La tensa espera sobre el r¨ªo Suchiate

La caravana ya ha derribado la valla de la aduana guatemalteca y algunos han pasado al lado mexicano, pero la mayor¨ªa a¨²n permanece varada en el puente fronterizo. La euforia se convirti¨® r¨¢pidamente en desesperaci¨®n e incertidumbre tras el altercado que se vivi¨® en la parte m¨¢s adelantada del contingente. Padres angustiados retroced¨ªan hacia Guatemala, con sus ni?os a cuestas, envueltos en sus brazos o agarrados de la mano despu¨¦s de que las autoridades mexicanas lanzaran gas pimienta para responder una agresi¨®n a pedradas.

¡°?Hay que calmarnos, raza! Unos porros lanzaron piedras a los polic¨ªas, dejen pasar a los ni?os, por favor¡±, grita Cristian Palma, de 19 a?os. Decenas de personas, sobre todo ni?os, recibieron atenci¨®n m¨¦dica este viernes por deshidrataci¨®n, confirma la Cruz Roja de Guatemala. La organizaci¨®n ha ofrecido cuidados prehospitalarios a m¨¢s?de 900 personas y apoyo psicosocial a casi 1.785 migrantes de la caravana en la ¨²ltima semana.

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Las im¨¢genes del ¨¦xodo

La caravana mexicana entra en territorio mexicano

Las autoridades mexicanas han dado prioridad a mujeres y a ni?os para solventar los tr¨¢mites migratorios. El secretario de Gobernaci¨®n, Alfonso Navarrete, ha dicho que unos 200 migrantes han tramitado su ingreso y esperan la entrada de otros 6.000. La caravana es tan densa y tan extensa que las noticias y los rumores se esparcen como p¨®lvora: ¡°Est¨¢n deportando¡±, ¡°solo est¨¢n dejando pasar con permiso¡±, ¡°las filas no est¨¢n avanzando¡±. Muchos no entienden con claridad los tr¨¢mites?para las solicitudes de refugio ni que tardan 45 d¨ªas como m¨ªnimo, incluso varios meses. M¨¦xico es la primera frontera formalmente cerrada a la que se enfrenta la caravana, sin que baste una credencial para caminar sin contratiempos, a estas alturas se habla ya de visas y permisos de tr¨¢nsito.

Tec¨²n Um¨¢n, en el extremo guatemalteco, es otra ciudad a la de esta ma?ana. Ya no existe ninguna barrera que derribar, el paso fronterizo est¨¢ completamente abierto. Atr¨¢s quedaron las escenas del cerco policial que conten¨ªa a la caravana, de la plaza principal donde no cab¨ªa un alma, del portazo a la aduana, de los migrantes que corr¨ªan y gritaban a todo pulm¨®n por el puente fronterizo. Ahora es momento de replegarse, de llevar comida y agua para hacer frente a la espera.

El puente se ha convertido en un albergue gigantesco y el r¨ªo concentra ahora toda la tensi¨®n. Y aunque el grueso de la caravana est¨¢ varada entre dos pa¨ªses, la responsabilidad ya est¨¢ del lado mexicano, pese a que el flujo de migrantes en tr¨¢nsito por Guatemala no ha se ha acabado. ¡°Estamos esperando, hay m¨¢s que todav¨ªa no han?llegado y vamos a seguir¡­ juntos¡±, afirma Santiago Maldonado, de 22 a?os, mientras toma un respiro y pasea en el centro de Tec¨²n Um¨¢n con un m¨¢stil de dos metros con las banderas de Honduras, Guatemala y M¨¦xico. ¡°Puse la mexicana hoy, para all¨¢ vamos¡±, agrega convencido.

¡°?Qu¨¦ va a pasar? Solo Dios sabe¡±, dice dubitativo Ulloa, que vivi¨® cinco a?os en Florida y cinco a?os en Carolina del Norte. Despu¨¦s de haber sido deportado hace menos de un a?o busca una segunda oportunidad en Estados Unidos. ¡°Pero por lo que he visto hoy, ¨¦l ya nos est¨¢ abriendo las puertas¡±, agrega esperanzado.