Reino Unido busca contra el reloj una f¨®rmula legal que convenza a la UE
Encarga al fiscal general, Geoffrey Cox, que resuelva el escollo de Irlanda del Norte
Theresa May ha decidido que sean sus adversarios los que resuelvan la cuadratura del c¨ªrculo. La primera ministra de Reino Unido encarg¨® ayer a su fiscal general, Geoffrey Cox, un euroesc¨¦ptico con ascendente en el ala dura del Partido Conservador, que d¨¦ con la f¨®rmula jur¨ªdica que satisfaga a Bruselas y a los m¨¢s ferreos defensores del Brexit y logre salvar el principal escollo en las negociaciones: el llamado backstop o salvaguarda para Irlanda.
El tiempo se agota para May, quien a¨²n confiaba en cerrar un acuerdo del Brexit con Bruselas en una cumbre extraordinaria en noviembre. De ese modo, el Parlamento brit¨¢nico tendr¨ªa tiempo para dar su visto bueno al pacto antes del receso navide?o. Ser¨ªa la v¨ªa para alejar el fantasma de una salida de la UE a las bravas cuando llegara la fecha definitiva, el pr¨®ximo 29 de marzo.
Las posibilidades de alcanzar ese objetivo se presentan hoy muy remotas. Y el escollo principal, desde el principio de las negociaciones, sigue siendo el mismo: el llamado backstop, la salvaguarda para Irlanda exigida por Bruselas. B¨¢sicamente, la UE quiere evitar una nueva frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte que ponga en riesgo la estabilidad alcanzada en la zona tras los Acuerdos de Viernes Santo. La soluci¨®n pasaba por mantener a Irlanda del Norte dentro del Mercado Interior y de la Uni¨®n Aduanera. Pero May hubiera cavado su fosa pol¨ªtica con ese arreglo, que para sus enemigos significaba romper la integridad territorial de Reino Unido.
May propuso una alternativa: que todo el pa¨ªs, y no solo el Ulster, se mantuviera dentro del territorio aduanero de la UE durante el periodo de transici¨®n, hasta el 31 de diciembre de 2020, e incluso algunos meses m¨¢s. Los necesarios para cerrar un acuerdo definitivo sobre la futura relaci¨®n comercial entre Reino Unido y la UE. Los euroesc¨¦pticos, sin embargo, no se lo iban a poner f¨¢cil a May. Su siguiente exigencia fue que Londres retuviera el derecho unilateral a salir de la Uni¨®n Aduanera cuando estimara conveniente. Su miedo, explicaban, resid¨ªa en que esa permanencia ¡°temporal¡± se convirtiera en indefinida y que Bruselas tuviera en todo momento el control de la situaci¨®n. Ni la UE, ni espec¨ªficamente el Gobierno de Irlanda, estaban dispuestos a aceptar esa exigencia, que hubiera convertido en papel mojado la garant¨ªa de un control fronterizo despu¨¦s del Brexit.
Pero ni unos ni otros quieren que las conversaciones acaben en fracaso. A trav¨¦s del primer ministro irland¨¦s, Leo Varadkar, se le hizo llegar a May una concesi¨®n: Bruselas estar¨ªa dispuesta a aceptar un ¡°mecanismo de revisi¨®n¡±, una intermediaci¨®n independiente, que escuchara las razones de ambas partes ante un posible anuncio de abandono unilateral de la UE. As¨ª que May ha trasladado al fiscal general, Geoffrey Cox, un pol¨ªtico encantado de escucharse a s¨ª mismo pero con una sabidur¨ªa legal acreditada, que trabaje contra el reloj en una f¨®rmula jur¨ªdica que se adapte a la concesi¨®n de Bruselas y contente a los euroesc¨¦pticos. Mientras tanto, la instrucci¨®n para el resto de ministros ha sido que no se vayan muy lejos, ante la posibilidad de que sean convocados de nuevo antes de que acabe esta semana.
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