Las elecciones legislativas ahondan el rechazo a Trump en las ¨¢reas urbanas

No hizo falta mucho tiempo desde el cierre de los colegios electorales en Virginia para que las televisiones anunciaran la victoria de la dem¨®crata Jennifer Wexton en el distrito 10 del Estado. Es un ¨¢rea suburbana que se extiende al oeste de la ciudad de Alexandria. Hillary Clinton gan¨® aqu¨ª por 10 puntos en 2016, pero aquel a?o la congresista republicana Barbara Comstock logr¨® mantenerse en el esca?o. Ya no. La victoria dem¨®crata en este distrito, que hasta hace poco se consideraba seguro para los republicanos, fue tomada como un s¨ªntoma de lo que habr¨ªa de venir en la noche en que el partido de Trump perdi¨® definitivamente las ciudades de Estados Unidos. Y lo que es peor, las afueras de las ciudades.

Lo mismo ocurri¨® un par de horas despu¨¦s en otra de las elecciones m¨¢s observadas de estas legislativas. En el distrito seis de Colorado, el dem¨®crata Jason Crow se impuso al republicano Mike Coffman, que llevaba en ese esca?o casi una d¨¦cada. Colorado seis es un distrito al este de Denver que comprende el suburbio de Aurora y est¨¢ cerca de Columbine. Crow hizo campa?a pidiendo sentido com¨²n en el control de armas y promoviendo la ampliaci¨®n de la cobertura sanitaria.

El mapa por condados en 2016 era un mar rojo con puntos azules donde estaban las grandes ciudades. El mapa de este martes es igual, solo que esos puntos azules se han hecho m¨¢s grandes

El rechazo a Trump en los suburbios no es suficiente en muchos Estados para contrarrestar las zonas rurales, lo que en la noche del martes permiti¨® que republicanos como Ted Cruz hayan mantenido su esca?o por la m¨ªnima, a pesar de que todas las grandes ciudades de Texas son dem¨®cratas. De igual forma, el impacto a nivel nacional queda desdibujado, de forma que en 2016 Donald Trump pudo ganar el colegio electoral que elige al presidente a pesar de no haber ganado en ninguna ciudad de m¨¢s de un mill¨®n de habitantes.

Pero comparado con la elecci¨®n a presidente y Senado, la de la C¨¢mara de Representantes es una microelecci¨®n en la que la representaci¨®n es mucho m¨¢s directa. En 2016, Hillary Clinton sac¨® tres millones de votos m¨¢s que Donald Trump que no fueron a ning¨²n sitio. Aqu¨ª es donde esos votos de diferencia s¨ª se convierten en poder real, en esca?os en este caso. En estas elecciones legislativas, los republicanos que hace dos a?os sobrevivieron en lugares en los que gan¨® Clinton han sido fulminados.

An¨¢lisis m¨¢s avanzados en los pr¨®ximos d¨ªas nos dir¨¢n si fueron las mujeres, los latinos, las clases educadas, los j¨®venes o todos juntos. Pero la realidad es que el Estados Unidos urbano es el gran contrapeso a la presidencia de Donald Trump. El mapa por condados en 2016 era un mar rojo con puntos azules donde estaban las grandes ciudades. El mapa de este martes es igual, solo que esos puntos azules se han hecho m¨¢s grandes.

El mapa refleja adem¨¢s un rechazo a los republicanos en las ciudades del medio oeste, en Estados que los republicanos dan por hechos en las presidenciales. Los dem¨®cratas empezaron la noche pensando que sus mejores opciones para conseguir la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes estaban en barrer a los pocos republicanos que quedan en California. Necesitaban recuperar 23 esca?os. A medianoche de la costa Oeste, ya hab¨ªan recuperado 26 y todav¨ªa no hab¨ªa resultados en California.

Dos de esos esca?os los ganaron en Iowa. Las ¨¢reas rurales fueron dominadas por los dem¨®cratas a partir de la victoria en las dos ciudades principales del Estado, Cedar Rapids y Des Moines. De los cuatro esca?os que tiene el distrito laboratorio por excelencia, tres son dem¨®cratas desde esta noche.

Esca?os en Minnesota, Kansas, Michigan e Illinois replicaron esa tendencia en los suburbios de las ciudades. Los republicanos se encontraron con una sorprendente p¨¦rdida de poder estatal en el medio oeste. Este martes perdieron los gobernadores de Kansas, Illinois, Wisconsin y Michigan. Estos tres ¨²ltimos Estados fueron clave en la victoria de Donald Trump en 2016.

La noche dej¨® tambi¨¦n la impresi¨®n de que el avance dem¨®crata en las ciudades del oeste, desde la costa hacia el interior, es implacable, cada vez mayor de una elecci¨®n a otra. El ejemplo m¨¢s impactante fue Nevada, un Estado convertido en morado en los ¨²ltimos a?os donde los dem¨®cratas consiguieron ganar el esca?o del Senado. Dean Heller, el republicano, era un moderado que se vio obligado a abrazar a Trump a rega?adientes. La movilizaci¨®n en Las Vegas, que contiene alrededor del 70% del voto del Estado, llev¨® al Senado a la dem¨®crata Jackie Rosen. Nevada tiene ahora dos senadoras, mujeres y dem¨®cratas. Adem¨¢s, las primeras proyecciones apuntaban a una victoria del dem¨®crata Steve Sisolak para gobernador. Nevada dej¨® de ser morado para ser azul. Como las ciudades y como las afueras de las ciudades.