El Latinobar¨®metro registra en 2018 el ¡°annus horribilis¡± de las democracias de Am¨¦rica Latina
El apoyo de los ciudadanos al sistema democr¨¢tico cae al 48%, el peor indicador desde la crisis de 2001
¡°Hay que parafrasear a la reina Isabel para describir lo que le ha pasado a Am¨¦rica Latina, y decir que 2018 ha sido un annus horribilis para la regi¨®n¡±, asegura la chilena Marta Lagos, directora de Latinobar¨®metro, un prestigioso sondeo que desde hace 23 a?os registra las percepciones pol¨ªticas de la poblaci¨®n en 18 pa¨ªses. Los resultados de este a?o, presentados hoy en Buenos Aires, confirman que los latinoamericanos est¨¢n como nunca antes insatisfechos con la salud de sus democracias y se inclinan cada vez m¨¢s hacia modelos autoritarios. Si el estudio hablaba hasta 2017 de ¡°diabetes democr¨¢tica¡±, como una enfermedad invisible que termina por matar al enfermo desatendido, una bajada generalizada de todos los indicadores ha encendido alarmas m¨¢s estridentes. El respaldo ha ca¨ªdo en 2018 hasta el 48%, cinco puntos menos que el a?o anterior. En 2010, el ¨ªndice de apoyo democr¨¢tico alcanz¨® su valor m¨¢s alto con el 61%, pero desde entonces los gr¨¢ficos muestran una curva descendente, no abrupta pero si constante.
La erosi¨®n de la democracia no es f¨¢cil de cuantificar. Lagos lamenta que no pueda utilizarse un ¨ªndice que advierta con claridad cuando se est¨¢ en peligro de muerte, como s¨ª sucede con los n¨²meros que denotan una recesi¨®n econ¨®mica, por ejemplo. El Latinobar¨®metro traza entonces un mapa de entradas m¨²ltiples, donde lo que vale es la percepci¨®n de las personas sobre aquello que pasa en el mundo. ¡°Este informe muestra altos niveles de ¡®presi¨®n¡¯ en varias democracias de la regi¨®n que deber¨ªan servir de voz de alarma para que no aumenten los pa¨ªses no democr¨¢ticos de la regi¨®n. No se trata de revoluciones o de grandes acontecimientos sociales, sino m¨¢s bien de la suma de hechos significativos que van conformando un cuadro muy n¨ªtido. Sin militares, sin armas, es m¨¢s dif¨ªcil reconocer la p¨¦rdida de democracia¡±, advierte Lagos.
Los peligros silenciosos que enfrentan las democracias se perciben con evidente crudeza en Venezuela o Nicaragua, pero tambi¨¦n se debe estar atento a Brasil, donde 50 millones de personas le han dado su voto a Jair Bolsonaro, un candidato que no oculta su preferencia por la dictadura. Lagos aclara que ¡°no hay una demanda autoritaria¡±, como puede parecer si se hace una lectura apresurada de los resultados electorales en Brasil, sino un pedido de soluciones. ¡°Los datos generales justifican lo de Brasil. Es un pa¨ªs donde est¨¢ en crisis todo el sistema, no s¨®lo la econom¨ªa y la campa?a, sin embargo, se bas¨® s¨®lo en personas: Lula da Silva y Bolsonaro. Pero cuidado, porque los que votaron a Bolsonaro tienen expectativas y la presi¨®n sobre ¨¦l ser¨¢ enorme¡±, dice Lagos. Se trata, en el fondo, de una demanda pol¨ªtica, protagonizada por aquellos que desde la oscuridad del t¨²nel no ven la luz al final.
El estudio identific¨® que la reacci¨®n de aquellos que no se sienten dentro del sistema optan, entonces, por la indiferencia. Si este fue el ¡°annus horribilis¡± no fue s¨®lo por la progresiva falta de respaldo a la democracia. Por primera vez desde que se realiza la encuesta, el 28% de los consultados se declar¨® indiferente frente a la preferencia por una forma de gobierno. ¡°Pr¨¢cticamente seis de cada diez personas consultadas se?alaron que no votar¨ªan por un partido pol¨ªtico, lo cual es una se?al de debilidad de la democracia, que requiere de partidos pol¨ªticos que representen las demandas de la poblaci¨®n. Sin partidos, las democracias no funcionan¡±, dice Lagos. La indiferencia se acent¨²a en los j¨®venes de entre los 16 a?os y 26 a?os, otra se?al de alarmas por sus consecuencias futuras. Son las personas que nacieron en democracia y no conocieron las penurias de los a?os de dictadura. La percepci¨®n de progreso de pa¨ªs tambi¨¦n est¨¢ por los suelos: -8, seg¨²n el valor neto que surge de combinar las variables positivas y negativas.
Lo cierto es que los beneficios de la democracia no calan entre la mayor parte de los latinoamericanos, pese a que hoy est¨¢n mejor que hace 40 a?os. Sucede que ¡°hay m¨¢s demandas. Hay algunos que llegaron m¨¢s arriba y otros que quieren llegar. El escenario se abre entonces a experimentos que no siempre cumplen del todo con las normas de la democracia¡±, explica Lagos. ¡°El problema de la regi¨®n son los pa¨ªses que est¨¢n con importantes grados de peligro de dejar de ser democr¨¢ticos. No bajo la forma de los cl¨¢sicos golpes de estado, en los que en pocas horas los militares tomaban el poder por la fuerza de las armas, sino desde los personalismos presidenciales que minan la autonom¨ªa de los distintos poderes del estado y quedan con todo el poder¡±, dice Lagos. Se trata de una enfermedad que crece como un rizoma, mientras los ciudadanos miran para otro lado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.