Los suburbios: el tal¨®n de Aquiles de Trump
Las legislativas demostraron que el discurso encendido con el que el presidente arenga a sus bases aliena a los votantes suburbanos, que dieron a los dem¨®cratas la C¨¢mara de Representantes
La del martes 8 de noviembre de 2016 iba a ser una noche de celebraci¨®n para Kim Wright. Se fue con sus hijos a casa de una vecina, en los suburbios de la ciudad de Richmond, en Virginia. Se hab¨ªan inventado hasta un juego para los ni?os: llevaron un gran mapa de Estados Unidos y un mont¨®n de bengalas, que los cr¨ªos deber¨ªan encender y colocar encima de cada Estado en que ganara Hillary Clinton. Aquello acab¨® como acab¨®. Veinte bengalas. As¨ª que Wright se fue a casa, acost¨® a los ni?os, se puso a ver el final del recuento en televisi¨®n y, deprimida, agarr¨® una botella. ¡°De vodka¡±, a?ade Wright, de 47 a?os, entre carcajadas. ¡°Definitivamente, fue una noche de vodka¡±.
¡°Hacia las dos de la madrugada ya era evidente que no iba a haber un milagro, yo estaba furiosa¡±, recuerda. Entonces se meti¨® sigilosa en la habitaci¨®n de los ni?os, cogi¨® un rotulador, sali¨® a la calle y escribi¨® una reflexi¨®n encima del cartel de Hillary Clinton que ten¨ªa en el porche delantero de su casa: ¡°Trump es un capullo, y vosotros tambi¨¦n si votasteis por ¨¦l¡±. Lo cierto es que la mayor¨ªa de sus suburbanos vecinos del condado de Chesterfield hab¨ªan votado por el actual presidente republicano.
¡°Por la ma?ana corr¨ª a quitar el cartel, avergonzada¡±, asegura Wright. ¡°Pero luego vi que algunas vecinas me hab¨ªan mandado mensajes privados agradeci¨¦ndome el gesto, y me dio que pensar. Al d¨ªa siguiente cre¨¦ un grupo de Facebook llamado Mujeres Liberales por Clinton y los C¨®cteles, para organizar una quedaba. A aquella primera reuni¨®n vinieron 90 personas. Algunas hab¨ªan conducido m¨¢s de una hora para llegar. Enseguida supimos que aquello no iba a quedarse en la derrota de Hillary y nos cambiamos el nombre por Mujeres Liberales del Condado de Chesterfield y M¨¢s All¨¢. Siempre me hab¨ªa sentido como la ¨²nica dem¨®crata en mi vecindario, y descubr¨ª que a m¨¢s mujeres les pasaba lo mismo. Nos sent¨ªamos solas, y eso hace m¨¢s dif¨ªcil defender en p¨²blico tus posturas. Una vez te das cuenta de que hay m¨¢s personas como t¨², que viven cerca de ti, es m¨¢s f¨¢cil empezar la conversaci¨®n. Una vez empieza, cambian muchas cosas¡±.
Y las cosas, en efecto, cambiaron. Mujeres Liberales del Condado de Chesterfield y M¨¢s All¨¢ se convirti¨® en una asociaci¨®n con casi 4.000 miembros, con ramas locales en doce barrios, que hacen campa?a por candidatos dem¨®cratas en los suburbios. El a?o pasado, el condado de Chesterfield eligi¨® a un dem¨®crata para gobernador del Estado por primera vez desde 1961. El rechazo a Trump fue creciendo y, el pasado martes, Chesterfield vot¨® dem¨®crata en unas legislativas por primera vez desde 1971. Y, por primera vez en la historia, eligi¨® a una mujer. Su nombre es Abigail Spanberger, y no oculta su gratitud hacia la asociaci¨®n de mujeres de Chesterfield: ¡°Su dedicaci¨®n, activismo y coraje demostr¨® que cualquier esca?o rojo puede convertirse en azul. Gracias por ser un actor del cambio positivo¡±.
Spanberger es una de las tres mujeres que arrebataron esca?os a los republicanos en Virginia. Convirtieron al Estado, que abarca de las afueras de Washington DC a las monta?as Apalaches, en uno de los principales focos de estudio de cara a las presidenciales de 2020. ¡°Virginia es un microcosmos de lo que pas¨® en el pa¨ªs¡±, explica Quentin Kidd, director del Centro Wason de Pol¨ªtica de la universidad Christopher Newport, en Virginia. ¡°En el distrito 10, que empieza en los suburbios de Washington y se extiende al oeste, se ve clar¨ªsimo: el oeste rural vot¨® en un 60% republicano, y el este suburbano vot¨® dem¨®crata en casi el mismo porcentaje. Es una fotograf¨ªa perfecta de un pa¨ªs dividido. En las zonas rurales aman el mensaje de Trump; en las urbanas, y ahora tambi¨¦n en las suburbanas, lo odian¡±.
Brecha campo-ciudad
Las ciudades son azules, el campo es rojo y los suburbios son el nuevo morado. El gran campo de batalla pol¨ªtico en Estados Unidos, que fue clave en la victoria de Trump hace dos a?os, pero que ahora los dem¨®cratas le han arrebatado.
El vuelco ha expuesto el tal¨®n de Aquiles del presidente: cuanto m¨¢s moviliza Trump a sus bases fieles, m¨¢s se aleja de los votantes suburbanos. Trump convirti¨® estas legislativas en un refer¨¦ndum sobre su propia figura, y el balance de la estrategia resulta ahora claro: ayud¨® a los republicanos en batallas decisivas a escala estatal (gobernaturas y Senado), permiti¨¦ndoles mantener el control de la c¨¢mara alta, pero perjudic¨® a candidatos del partido en distritos suburbanos de la c¨¢mara baja.
La fren¨¦tica recta final de campa?a del presidente logr¨® que su radical discurso sobre inmigraci¨®n dominara el debate. Pero ese discurso es justo el que hab¨ªan tratado de eludir algunos candidatos suburbanos. ¡°Ha habido un cambio demogr¨¢fico importante en los suburbios de lugares como Virginia¡±, explica Kidd. ¡°Ahora son m¨¢s diversos. Hay m¨¢s latinos, asi¨¢ticos¡ Y, aunque esos colectivos no suelen votar, los suburbios se acostumbran a una convivencia entre diversos que les hace rechazar el mensaje alarmista de Trump. Tradicionalmente el votante suburbano es conservador, acomodado, partidario de los impuestos bajos. Pero no le gusta el nacionalismo blanco. Aunque se beneficien de medidas como las rebajas fiscales, rechazan social y culturalmente a Trump. Sus pol¨ªticas son buenas para ellos, pero su actitud les produce rechazo¡±.
La inc¨®gnita es si el fen¨®meno se reduce a un rechazo a Trump, o si el giro suburbano hacia la izquierda tiene que ver con un cambio demogr¨¢fico m¨¢s profundo. ¡°Lo ¨²nico que s¨¦ es que con Obama pecamos de autocomplacencia¡±, advierte Wright. ¡°Pensamos que est¨¢bamos en la direcci¨®n adecuada, y que todo iba a ir bien. Por eso Trump ha sido un revulsivo. Nos ha hecho despertar. Cuando ¨¦l se vaya, lamentablemente habr¨¢ efectos duraderos. Pero no podemos volver a ser autocomplacientes¡±.
La Am¨¦rica suburbana
El voto de los suburbios permiti¨® a los progresistas recuperar el control de la C¨¢mara baja, donde el 40% de los esca?os corresponde a distritos predominantemente suburbanos. Un total de 121 millones de estadounidenses viven en distritos suburbanos y, en la nueva C¨¢mara de Representantes surgida tras las elecciones del pasado martes, el 70% de ellos estar¨¢ representado por dem¨®cratas. Casi todos los 33 esca?os que los dem¨®cratas arrebataron a los republicanos son predominantemente suburbanos. Hasta ahora, los republicanos hab¨ªan contado con los suburbios para contrarrestar su escaso peso en las ciudades. Pero la encendida ret¨®rica con la que Trump arenga a sus bases parece haber alienado a los votantes suburbanos.
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