El texto pactado sobre el Brexit despierta recelos en varias capitales europeas
"Les pido que lo lean con calma y detalle", rog¨® el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, en Bruselas
Tras una jornada de enorme tensi¨®n, Londres y Bruselas publicaron este mi¨¦rcoles el proyecto de acuerdo de salida, un texto de 585 p¨¢ginas, con tres protocolos incluidos, uno de ellos dedicado a Gibraltar, otro al pol¨¦mico caso de la frontera de Irlanda y un tercero a Chipre. El texto recibi¨® el visto bueno del Gobierno de Theresa May, considerado la principal dificultad para iniciar el proceso de conclusi¨®n y ratificaci¨®n del acuerdo. Pero dificultades menos previstas han surgido en las capitales europeas, donde se quiere mirar con lupa el contenido porque cunde la impresi¨®n de que los brit¨¢nicos han logrado garantizarse un trato privilegiado en el acceso al mercado del club que han decidido abandonar.
"Les pido que lo lean con calma y detalle", rog¨® el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, en una rueda de prensa celebrada en Bruselas una vez que el texto recibi¨® la luz verde del Ejecutivo brit¨¢nico en Londres. Barnier insisti¨® en que ha sido "una negociaci¨®n excepcional y extraordinaria" y pidi¨® que se valore el compromiso alcanzado a luz de esa situaci¨®n.
Antes, ambas partes revisaron cada una por su lado el proyecto cerrado por los equipos negociadores. Tras un tenso y apasionado debate, la primera ministra brit¨¢nica logr¨® en Downing Street el respaldo de su Ejecutivo al documento pactado con Bruselas.
Pero en el lado europeo han saltado muchas m¨¢s chispas de lo previsto en la reuni¨®n de los representantes permanentes en Bruselas de los 27 socios de la UE. El equipo de Barnier ha esbozado ante esos embajadores la "estructura general" de la "declaraci¨®n pol¨ªtica sobre la futura relaci¨®n con el Reino Unido", seg¨²n detallan las fuentes consultadas. Y los dos proyectos han suscitado tantas reticencias que se podr¨ªa complicar el remate del texto en la capital comunitaria.
A pesar de todo, el equipo negociador europeo considera que el texto cerrado con Londres permite iniciar ya la cuenta atr¨¢s hacia la ratificaci¨®n, que pasar¨ªa, en primer lugar, por la convocatoria de una cumbre europea extraordinaria a finales de este mes. Pero las capitales se han reservado la ¨²ltima palabra y antes de esa posible cumbre ser¨¢ imprescindible, seg¨²n reconocen fuentes comunitarias, la convocatoria de una reuni¨®n extraordinaria a nivel ministerial para intentar limar las asperezas surgidas.
Fuentes de varias delegaciones coinciden en la necesidad de que el equipo de Barnier "aporte muchas precisiones" sobre la oferta que le ha permitido sacar adelante la negociaci¨®n del Brexit. En algunos casos, la reacci¨®n llega al enfado porque, hasta ahora, los representantes europeos no han tenido acceso completo a un acuerdo que el Gobierno brit¨¢nico ya ha podido revisar en su totalidad.
El principio de acuerdo alcanzado por Barnier con Londres permitir¨ªa a Reino Unido la continuidad en la uni¨®n aduanera europea en unas condiciones que algunos diplom¨¢ticos consideran entre ambiguas y privilegiadas. Tras la consumaci¨®n del Brexit y mientras no se halle una soluci¨®n definitiva al problema de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, Reino Unido se quedar¨ªa en un estatuto intermedio, ni como socio de pleno derecho pero tampoco como un pa¨ªs tercero. Una salvaguarda (o backstop, en la jerga de los negociadores) para garantizar que no se divide la isla irlandesa.
Algunas fuentes diplom¨¢ticas se?alan que esa ha sido siempre la intenci¨®n de Londres, porque le garantiza el acceso incondicional al mercado comunitario y un trato preferente en comparaci¨®n a los pa¨ªses con acuerdos bilaterales con la UE. Barnier asegur¨® que "el objetivo es que el backstop no llegue a utilizarse". Pero la mayor¨ªa de las fuentes en Bruselas dudan que a finales de 2020 o, incluso, finales de 2021 se haya encontrado una f¨®rmula definitiva para Irlanda o que se haya podido cerrar un acuerdo comercial con Londres que haga innecesario el backstop. El Brexit iniciar¨ªa as¨ª un per¨ªodo de duraci¨®n indeterminada en el que Reino Unido estar¨¢ fuera de las instituciones europeas pero con una presencia incuestionable en la econom¨ªa europea.
El proyecto de acuerdo tambi¨¦n ofrece a Londres la posibilidad de prorrogar el per¨ªodo transitorio de salida que deber¨ªa expirar en diciembre de 2020. Delegaciones como la de Espa?a o Francia ya hab¨ªan expresado en anteriores reuniones su resquemor ante un per¨ªodo transitorio que puede prolongar la incertidumbre generada por el Brexit en el seno del club europeo y dar sensaci¨®n de abismo cada vez que se aproxime su final. El principio de acuerdo apunta, al menos, a que la transici¨®n solo se podr¨¢ prolongar una vez y por un per¨ªodo concreto, lo que en principio reducir¨ªa el riesgo de perpetuar un limbo legal.
Ese per¨ªodo transitorio tiene un coste pol¨ªtico para el Gobierno brit¨¢nico porque deber¨¢ seguir acatando la legislaci¨®n y la jurisprudencia comunitaria y contribuyendo al presupuesto de la UE. Pero le ofrece un tremendo alivio econ¨®mico porque se mantienen intactas las condiciones de acceso al mercado europeo, una condici¨®n esencial para la estabilidad de sectores tan cruciales para el Reino Unido como el sector financiero (la City londinense es el principal centro financiero de la UE), transporte a¨¦reo (con el aeropuerto de Heathrow ejerciendo como uno de los centros neur¨¢lgicos de la aviaci¨®n europea) o el log¨ªstico.
La factura
El proyecto del Acuerdo tambi¨¦n incluye la llamada factura del Brexit, que saldar¨¢ las cuentas del Reino Unido con el club que abandona. El regateo ocup¨® la primera fase de una negociaci¨®n que se prolonga desde hace casi 20 meses. En diciembre del a?o pasado, Londres acept¨® hacerse cargo de una minuta que rondar¨ªa los 50.000 millones de euros.
Los cargos incluyen el pago de las pensiones de los miles de funcionarios europeos (no solo los brit¨¢nicos) que han trabajado en las instituciones comunitarias durante los 40 a?os en que Reino Unido ha sido socio de la UE. Ese pasivo suma unos 67.000 millones y puede aumentar. Londres deber¨¢ asumir una parte.
El Estado brit¨¢nico tambi¨¦n deber¨¢ hacerse cargo del 13% de los desembolsos pendientes de la UE, que suponen unos 239.000 millones (a cierre de 2016). Y tanto en 2019 (cuando abandonar¨¢ el club) como en 2020, Reino Unido deber¨¢ entregar su aportaci¨®n presupuestaria completa a las cuentas de la UE, que suponen unos 7.000 millones netos anuales. Bruselas garantiza as¨ª que puede ejecutar todos los previstos en su marco presupuestario plurianual (2014-2020), pactado cuando Londres ni siquiera se planteaba abandonar el club. Ese acuerdo permitir¨¢ mantener el nivel de desembolso en pol¨ªticas europeas tan cruciales como los fondos estructurales y los subsidios agr¨ªcolas.
El acuerdo de salida tambi¨¦n contempla el mantenimiento de los derechos de los ciudadanos europeos residentes en suelo brit¨¢nico, tanto los que se encuentren all¨ª antes del 29 de marzo de 2019 como los que lleguen durante el per¨ªodo transitorio de salida. Londres se ha comprometido a respetar el derecho de residencia, trabajo, estudio, reunificaci¨®n familiar o asistencia sanitaria de todas esas personas.
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