Qui¨¦nes son y c¨®mo viven los 200 miembros de la tribu india acusada de matar a un misionero estadounidense
Trilok Nath Pandit, que contact¨® con los abor¨ªgenes aislados en los a?os sesenta, explica que son solo una ¡°comunidad vulnerable que trata de defenderse de un grupo dominante¡±
¡°Esta tribu no es hostil y se necesita una estrategia para evitar una epidemia en una comunidad tan peque?a¡±, explica a EL PA?S el antrop¨®logo Trilok Nath Pandit, de 84 a?os. El experto octogenario sabe de lo que habla, ya que es el ¨²nico superviviente de la expedici¨®n que contact¨® por primera vez con la tribu que habita la isla de Sentinel del Norte en 1967. Esta comunidad de cazadores y recolectores, que ha vivido aislada durante decenas de miles de a?os en una isla de 72 kil¨®metros cuadrados ba?ada por el mar de Andam¨¢n (al este de India), lleva una semana en el foco medi¨¢tico mundial despu¨¦s de que un joven misionero estadounidense fuera supuestamente asesinado por unos miembros de la tribu. John Allen Chau, de 26 a?os,?muri¨®? el 16 de noviembre al intentar entrar en contacto con los aut¨®ctonos (a los que quer¨ªa evangelizar), pero estos lo atacaron con flechas y enterraron su cuerpo en la playa, seg¨²n cuentan los pescadores que trasladaron a Chau a este remoto lugar. La polic¨ªa a¨²n no ha localizado su cad¨¢ver.
El problema ahora es conseguir el cuerpo sin vida de Allen Chau, lo que genera un dilema a las autoridades indias. Si se accede a la isla para extraer el cuerpo de Chau se romper¨ªa el aislamiento voluntario de esta tribu, con todas las consecuencias antropol¨®gicas y sanitarias que esto conlleva, aparte del peligro que supone poner un pie en este lugar.
La tribu, formada por unos 150-200 miembros, contin¨²a resisti¨¦ndose a cualquier contacto con for¨¢neos y atacan a cualquiera que se acerque.?¡°Hay que tener paciencia. Cualquier reacci¨®n desmedida o uso de la fuerza contra un grupo tan peque?o puede tener consecuencias mortales para su poblaci¨®n¡±, insiste Pandit. El antrop¨®logo tard¨® 20 a?os en poder interactuar con los sentineleses que habitan el islote.?No fue hasta 1991, y despu¨¦s de numerosas aproximaciones, cuando el equipo de Pandit consigui¨® interactuar con la tribu, asentada en la isla desde hace milenios. ¡°Les llevamos cocos y otros bienes cerca de la orilla sin problema. Llegamos y nos fuimos pac¨ªficamente¡±, comenta.
La polic¨ªa solo ha conseguido llegar a 400 metros del lugar donde Allen Chau fue visto por ¨²ltima vez, retrocediendo tan pronto como divisaron a un grupo de hombres con arcos y flechas. Las autoridades indias han pedido asesoramiento a expertos. Antrop¨®logos y activistas se muestran partidarios de abortar la operaci¨®n para evitar cualquier enfrentamiento con la comunidad local. Lo mismo opina el equipo del Estudio Antropol¨®gico de India (ASI, en sus siglas en ingl¨¦s), que ha conseguido establecer contacto con la tribu. Y Pandit se muestra tajante: ¡°Esta comunidad es muy vulnerable a la interacci¨®n con los forasteros. Su vida se pone en riesgo con este tipo de encuentros. La prioridad ahora son ellos¡±.
¡°Hay que tener paciencia. Cualquier reacci¨®n desmedida o uso de fuerza contra un grupo tan peque?o puede tener consecuencias mortales para su poblaci¨®n¡±, dice el antrop¨®logo?Trilok Nath Pandit
Pandit insiste en negar que la comunidad sea violenta, como se ha dado a entender desde que se conoci¨® el incidente con el joven americano. ¡°Los sentineleses solo son una min¨²scula comunidad vulnerable que trata de defenderse de un grupo dominante¡±, explica. ¡°Como individuos, pueden contraer enfermedades. Como colectivo, tambi¨¦n se exponen a los riesgos de ser explotados por una poblaci¨®n m¨¢s poderosa. No solo son un grupo mucho m¨¢s peque?o, sino que tampoco tienen las herramientas ni la tecnolog¨ªa para defenderse y preservar sus costumbres¡±, detalla el que tambi¨¦n fue director del Estudio Antropol¨®gico de India.
¡°Lo siento por el joven, pero [adentrarse en la isla] fue una temeridad¡±, se lamenta Trilok Nath Pandit, quien no se explica c¨®mo es posible que John Allen Chau llegase hasta orillas de la isla sin ser visto por las autoridades mar¨ªtimas. Medios locales se?alan que Sentinel del Norte es una de las 29 islas que se pueden visitar desde el pasado agosto, cuando India levant¨® la obligaci¨®n de tener permiso de viaje a varios espacios naturales para fomentar as¨ª el turismo y el desarrollo. Por su parte, la polic¨ªa dice que la presencia de extranjeros est¨¢ prohibida en las inmediaciones, aunque investigadores locales alegan falta de control mar¨ªtimo en la zona.
La vida de un sentinel¨¦s
Los sentineleses cazan y recolectan en la selva, y pescan en las aguas de la costa de esta isla, con?una superficie similar a la de Formentera. Se cree que los sentineleses viven en peque?as comunidades, seg¨²n la organizaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas Survival International. Son uno de los pueblos ind¨ªgenas m¨¢s aislados del mundo. Casi todo lo que se sabe de ellos procede de la informaci¨®n que se obtiene desde las embarcaciones que se han atrevido a acercarse a sus costas y en las pocas incursiones de las autoridades indias. Su aislamiento extremo los convierte en seres muy vulnerables a enfermedades externas.?
La misi¨®n fracasada de?John Allen Chau
Seg¨²n lo publicado en base a su diario, el joven americano manifest¨® su prop¨®sito de evangelizar a la comunidad local, ante lo que Pandit opina: ¡°No se puede permitir la imposici¨®n de valores y obligaciones en base a creencias que una tribu local no ha elegido. El desarrollo natural se produce cuando la propia comunidad tiene la posibilidad de experimentar la diversidad de religiones e ideolog¨ªas del mundo y elegir voluntariamente la que m¨¢s le conviene en funci¨®n de sus aspiraciones colectivas e individuales¡±.
A la espera de saber si se reanuda la b¨²squeda del cuerpo, Pandit alerta sobre el peligro que supone insistir en contactar con una comunidad tribal que ha rehusado interactuar con el resto del mundo durante milenios: ¡°Acabar¨¢n cogiendo los malos h¨¢bitos de los visitantes, como ha ocurrido en el pasado. Quiz¨¢s quieran interactuar con nosotros en el futuro. En ese caso, ser¨¢n ellos los que nos inviten a visitar su comunidad. Pero hay que dejarles decidir cu¨¢ndo y c¨®mo suceder¨¢, si es que sucede¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.