De manos y pies (Villavicencio, Meta)
El peor de los problemas de Colombia es que hay poca justicia
Hace setenta a?os, cuando la prensa pod¨ªa fabricar la realidad colombiana, cuando los liberales no exist¨ªan si no sal¨ªan en El Tiempo y los conservadores no ten¨ªan futuro si no aparec¨ªan en El Siglo, era com¨²n que los lectores se levantaran temprano a leer las detalladas y fascinantes cr¨®nicas de los debates en el Congreso de la Rep¨²blica. No se hablaba de noticias falsas ni de publicidad enga?osa: ¡°Catarros leves a veces causan tragedias¡±, advert¨ªa el aviso de la bromo quinina Grove, en los principales diarios del pa¨ªs, con la convicci¨®n de los pol¨ªticos. Es otro mundo el de estos d¨ªas. Cada cual busca en las redes sociales lo que consume hasta que el s¨ªndrome del t¨²nel carpiano lo doblega. Y el debate en el Congreso sobre el fiscal Mart¨ªnez y Odebrecht, el pasado martes 27 de noviembre, fue un espect¨¢culo s¨®rdido en vivo y en directo, un charco.
Fue una verg¨¹enza de tama?o nacional. El d¨ªa anterior la se?ora Aura Raquel Garc¨ªa, la fiscal 13 de la Unidad Primera de Fe P¨²blica de Villavicencio, Meta, se disfraz¨® de la justicia y se amordaz¨® y se amarr¨® de manos y pies en el Palacio de Justicia de su ciudad para protestar por los 4.700 procesos que lleva y las nueve audiencias que debe conducir d¨ªa por d¨ªa: ¡°La carga de trabajo que soportan los fiscales, los jueces y los magistrados en este distrito judicial es inhumana y es f¨ªsicamente imposible superar la congesti¨®n¡±; ¡°la criminalidad organizada deber¨ªa ser objeto de medidas especiales, pero nos han abandonado como si fu¨¦semos otra Colombia¡±; ¡°la Sala Penal tiene tres magistrados desde que se cre¨® el tribunal para cinco departamentos y la criminalidad ha aumentado en m¨¢s del 300%¡±; ¡°estamos enferm¨¢ndonos¡±, dijo.
Y fue obvio que el peor de los problemas de Colombia es que hay poca justicia. Y que en el Congreso, mientras tanto, se tramitan reformas que nada tienen que ver con la impunidad que ha sido nuestra marca de estilo. Y el debate que digo, que prob¨® en vivo y en directo y en vano que el fiscal Mart¨ªnez es el escudero de un establecimiento sin verg¨¹enza, al otro d¨ªa fue vendido en los mentideros de internet de los usuarios de derecha como una conspiraci¨®n de la izquierda infecta contra Eliot Ness. Y la noticia no fue que Mart¨ªnez intimidara a los periodistas que evidencian sus impedimentos, ni que el presidente del Senado negara a los opositores el derecho a cerrar el debate que convocaron, sino un video brumoso de 2006 en el que el excandidato presidencial Gustavo Petro echa fajos de dinero en una bolsa de campa?a.
Fue la senadora Paloma Valencia, del partido de Gobierno, quien lo sac¨® a la luz en el cl¨ªmax del debate: era una prueba ¨Cdijo¨C de que el hoy senador Petro acababa de se?alar al fiscal Mart¨ªnez sin autoridad moral. Y s¨ª, era y es un video tan s¨®rdido como la jugada de mostrarlo, pero sobre todo demostraba que no podemos seguir cometiendo el error de orbitar alrededor de estos adalides de la moral, que nuestro presente es un lodazal en el que el ¨²nico argumento de defensa que le queda a la vieja clase pol¨ªtica es que aqu¨ª todos echan fajos en bolsas, y que, aun cuando los medios ya no puedan servirles como les serv¨ªan antes para decretar qu¨¦ existe y qu¨¦ no, el establecimiento criollo sigue dedic¨¢ndole sus peores energ¨ªas a fabricar la indomable realidad colombiana.
Y s¨ª, ya la noticia no es, entonces, que no hay que darle la espalda a Mart¨ªnez, sino que Petro no es de fiar. Y la noticia deber¨ªa ser que, mientras los unos se enlodan con el barro de los otros, mientras nuestros pir¨®manos de siempre incendian el pa¨ªs para que haya cortinas de humo, la fiscal Garc¨ªa est¨¢ amarrada de manos y pies porque ya no sabe c¨®mo m¨¢s recordarnos que aqu¨ª no hay c¨®mo hacer justicia.
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