La batalla de las Marianne en la revuelta de los ¡®chalecos amarillos¡¯

Del ¡°acto¡± del d¨ªa 15, como llaman sus protagonistas a las protestas de los chalecos amarillos en Par¨ªs las ¨²ltimas semanas, la imagen que ha quedado no es ni la de los manifestantes portando la chillona prenda de emergencia obligatoria en los autom¨®viles ni la de una ciudad de nuevo pertrechada por miedo a otra tanda de actos vand¨¢licos. La foto que ha dado la vuelta en las redes sociales francesas y m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, digitales o no, es la de ¡°las dos Mariannes¡±, las dos mujeres, una agente del orden, la otra una artista politizada, enfrentadas con la mirada, silenciosamente, en un momento de la protesta parisina. Los franceses andan desde entonces discutiendo en las redes sociales cu¨¢l es ¡°Marianne¡±, el s¨ªmbolo del pa¨ªs, que mejor encarna a la Francia de hoy.

Deborah de Robertis es una artista performance luxemburguesa de 34 a?os que se ha hecho famosa por desnudarse en lugares p¨²blicos como museos ¡ªadquiri¨® notoriedad por mostrar su sexo delante del cuadro El origen del mundo, de Gustave Courbet, en el Mus¨¦e d¡¯Orsay en 2014¡ª o en acciones como una recientemente realizada en el santuario de Lourdes, donde tambi¨¦n pos¨® como una virgen Mar¨ªa, desnuda. En una de sus comparecencias ante la justicia, la artista declar¨® que con sus performances busca ¡°interrogar el lugar de la mujer en la historia del arte¡±. La semana pasada, la artista, junto a otras cuatro mujeres, march¨® por las calles de Par¨ªs junto a los chalecos amarillos en silencio, con el pecho descubierto, pintado de color plateado, y la cabeza tapada con una capucha roja simulando el gorro frigio de Marianne, la ¡°alegor¨ªa de la Libertad y la Rep¨²blica¡± durante la Revoluci¨®n Francesa y convertida desde entonces en s¨ªmbolo del pa¨ªs junto con la bandera tricolor.

La acci¨®n ¡ªfalsamente atribuida en un principio a Femen¡ª en apoyo de los chalecos amarillos deb¨ªa ser una performance que llamase la atenci¨®n por s¨ª sola. De Robertis hab¨ªa colgado en Instagram una imagen del famoso cuadro de Eug¨¨ne Delacroix en el que se inspir¨® su acci¨®n, La Libertad guiando al pueblo, donde la bandera tricolor fue sustituida por una del amarillo chill¨®n de la prenda s¨ªmbolo de las protestas. Pero en su recorrido por la Avenida de los Campos El¨ªseos, las Mariannes se toparon con una barrera policial. Entre los gendarmes, una mujer joven, uniformada, pertrechada tras un escudo policial y el gesto tan serio y contenido como el de la Marianne de De Robertis. Los flashes de los fot¨®grafos no tardaron en dispararse de forma fren¨¦tica. Hab¨ªa quedado inmortalizado el t¨ºte ¨¤ t¨ºte de las Mariannes, en el que muchos han querido ver dos formas de interpretar lo que est¨¢ sucediendo en Francia estos d¨ªas y hasta el pa¨ªs mismo.

¡°Mi Marianne es la de la izquierda (la gendarme)¡±, escrib¨ªa una mujer polic¨ªa en un tuit ampliamente difundido. ¡°Es mi hermana de armas. Digna, orgullosa, fuerte, inquebrantable. De una belleza natural a la francesa, de mirada franca y defendiendo los valores de la Rep¨²blica¡±, explic¨®. El apoyo a la Marianne uniformada ha sido tan amplio que la Gendarmer¨ªa Nacional envi¨® un tuit esta semana agradeciendo a ¡°los muchos que han reconocido en la foto a nuestra Marianne comprometida por la defensa de las libertades p¨²blicas¡±.

Otros, como el intelectual Jacques Attali, a pesar de ser mentor del presidente Emmanuel Macron sostiene que las dos mujeres encarnan los valores del pa¨ªs. ¡°Las dos son Marianne, intensamente¡±, tuite¨®.

Para la semi¨®loga ?lodie Mielczareck, la imagen de estas dos mujeres f¨ªsicamente tan similares refuerza la ¡°l¨ªnea de demarcaci¨®n¡± o ambivalencia que ha dado tanta fuerza a esa fotograf¨ªa reproducida sin cesar en los ¨²ltimos d¨ªas. ¡°De un lado ¡ªexplica la especialista en la edici¨®n francesa del Huffington Post¡ª una representante de las fuerzas del orden, s¨ªmbolo institucional del Estado. Del otro, una Marianne, alegor¨ªa de la Rep¨²blica. ?Pero no son sin¨®nimos Estado y Rep¨²blica?¡±, se pregunta. Una duda que seg¨²n Mielczareck plantea esta imagen. ¡°El 25 de septiembre de 1792, unos a?os despu¨¦s de la Revoluci¨®n, la Rep¨²blica francesa es declarada una e indivisible. ?Sigue siendo as¨ª? Los chalecos amarillos parecen haber arrojado luz sobre una desconfianza, una no representatividad y una ausencia de comunicaci¨®n entre Par¨ªs y el resto de las provincias¡±, analiza.