Macron se esfuerza por pasar p¨¢gina de la crisis de los ¡®chalecos amarillos¡¯
"Tienen raz¨®n", admite el presidente franc¨¦s en un mensaje en la plataforma donde se inici¨® la protesta
Emmanuel Macron se esfuerza por superar el peor cap¨ªtulo de su presidencia. La menor asistencia a las manifestaciones de los chalecos amarillos y las concesiones del presidente franc¨¦s han tenido un efecto y la tensi¨®n se ha rebajado, pero el malestar no desaparece. En un gesto ins¨®lito de humildad, Macron se ha dirigido a los activistas en la plataforma de internet donde se inici¨® el movimiento: ¡°He escuchado el mensaje. Les respondo directamente: tienen raz¨®n¡±.
La dificultad, para el Gobierno franc¨¦s, reside en resolver una crisis que nadie est¨¢ seguro de que realmente haya concluido ni ad¨®nde conducir¨¢. Una hip¨®tesis es que, si efectivamente las protestas se desinflan y todo vuelve a la normalidad, el juego partidista e institucional canalizar¨¢ el descontento y, tras las rectificaciones en la pol¨ªtica gubernamental, Macron podr¨¢ proseguir con su programa reformista. M¨¢s fuerte y curtido, m¨¢s sabio quiz¨¢ tras sufrir el mayor contratiempo de su breve carrera pol¨ªtica. La otra hip¨®tesis: nada ser¨¢ igual tras una explosi¨®n social distinta de todas las anteriores ¡ªun movimiento sin l¨ªderes ni programa, minoritaria en n¨²mero pero con amplias simpat¨ªas populares¡ª, y que traduce un malestar que viene de lejos y es imposible arreglar con cuatro parches legislativos.
Los chalecos amarillos, el movimiento que en noviembre surgi¨® en la Francia de provincias para pedir la rebaja del precio al carburante, quieren protestar el 22 de diciembre por sexto s¨¢bado consecutivo. Una de sus figuras m¨¢s medi¨¢ticas, el camionero ?ric Drouet, ha llamado a hacerlo ante el Palacio de Versalles, s¨ªmbolo de la monarqu¨ªa derrocada por la revoluci¨®n hace m¨¢s de dos siglos. Versalles cerrar¨¢ sus puertas de forma preventiva. Pero no se prev¨¦n concentraciones masivas. El s¨¢bado pasado acudieron menos de 4.000 en Par¨ªs y 66.000 en todo Francia, la mitad que el anterior.
La asistencia no ha dejado de bajar. Las fuerzas del orden han empezado a desmantelar rotondas en periferias urbanas y peajes en autopistas ocupados por las activistas ataviados con la prenda fluorescente que es obligatorio llevar en los autom¨®viles. Pero el declive de los chalecos amarillos no equivale a una desmovilizaci¨®n total. Esta semana quemaron unas oficinas de la concesionaria Vinci junto a un peaje en el sur de Francia y la cifra de muertos en accidentes relacionados con la protesta se ha elevado a nueve. En cualquier momento la revuelta puede volver a emerger, o puede ser otro sector social el que busque concesiones con demostraciones de fuerza en la calle.
La Asamblea Nacional, donde el partido de Macron, La Rep¨²blica en marcha (LREM), es hegem¨®nico, adopt¨® en la noche del jueves al viernes buena parte de las medidas destinadas a realzar el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados con ingresos m¨¢s bajos. El Senado, de mayor¨ªa conservadora, deb¨ªa ratificarlas el viernes. El Gobierno respondi¨® a las manifestaciones, algunas marcadas por la violencia, con una anulaci¨®n del aumento de la tasa al carburante. Tambi¨¦n decidi¨® complementar los ingresos de los receptores del salario m¨ªnimo con 100 euros procedentes del presupuesto p¨²blico. En paralelo, ha aprobado una prima de 300 euros para 110.000 polic¨ªas y gendarmes movilizados desde que el 17 de noviembre empezaron los bloqueos.
El coste econ¨®mico, para las arcas estatales, se eleva a unos 10.000 millones de euros. El d¨¦ficit presupuestario superar¨¢ en 2019 el l¨ªmite europeo del 3%, seg¨²n las previsiones. La crisis puede costar un 0,1% de crecimiento del producto interior bruto en el cuarto trimestre de 2018, seg¨²n c¨¢lculos del Insee (Instituto nacional de estad¨ªstica y estudios econ¨®micos). Es un impacto inferior al del oto?o caliente de 1995, como recordaba Le Monde, que a?ad¨ªa que ahora los m¨¢s afectados son los sectores del comercio y el consumo. La crisis de los chalecos amarillos se ha sumado a una coyuntura econ¨®mica mediocre que ya hab¨ªa forzado a rebajar las perspectivas de crecimiento. La esperanza del Gobierno es que las ayudas aprobadas para los salarios bajos estimulen el consumo.
Los chalecos amarillos est¨¢n forzando, no s¨®lo una rectificaci¨®n en las pol¨ªticas del Gobierno, sino tambi¨¦n en el estilo. Afloran tensiones entre Macron y su primer ministro, ?douard Philippe, y tambi¨¦n dentro de la mayor¨ªa parlamentaria, que hasta hace unas semanas aparec¨ªa como un bloque p¨¦treo y disciplinado. Tambi¨¦n entre los diputados y los hombres del presidente: sus ministros y colaboradores. Y entre estos y la llamada tecnoestructura, los altos funcionarios adeptos al rigor presupuestario y reacios a los virajes pol¨ªticos bajo presi¨®n de la calle como el que acaba de hacer Macron.
Macron ha puesto en marcha un proceso para organizar, entre enero y marzo, debates abiertos a los ciudadanos por todo el pa¨ªs. El presidente quiere reconectar con una ciudadan¨ªa que le percibe como un l¨ªder distante y arrogante. As¨ª se explica la decisi¨®n de escribir el jueves un mensaje a los firmantes de la petici¨®n que el pasado mayo lanz¨® la ciudadana Priscillia Ludosky en la plataforma change.org. La petici¨®n en favor de una bajada del precio del carburante, que suma m¨¢s de un mill¨®n de firmas, fue uno de los detonantes de la movilizaci¨®n. ¡°Al interpelarme con esta petici¨®n usted han hecho una acto ciudadano. Este di¨¢logo, si est¨¢n de acuerdo, deseo proseguirlo¡±, promete el presidente en un tono inimaginable hace un mes, cuando se negaba a cualquier concesi¨®n.
Le Pen reforzada
Como ocurre con la econom¨ªa, en la pol¨ªtica el impacto de los chalecos amarillos es real, pero por ahora limitado. La revuelta ha reforzado al nacional-populismo del Reagrupamiento Nacional (RN, ex Frente Nacional) como favorito en las elecciones europeas de mayo, con un 24% de votos. LREM y sus partidos asociados sacar¨ªan un 18%, seg¨²n un sondeo de Ipsos publicado por el diario L'Opinion. Otro dos sondeos, publicados por el diario Le Journal du dimanche y elaborados por el instituto Ifop, ofrecen un panorama m¨¢s complejo. La popularidad de Macron sigue cayendo, hasta el 23%. Pero, en caso de repetirse las presidenciales de 2017 y si estas incluyesen al nuevo l¨ªder de la derecha tradicional, Laurent Wauquiez, Macron incrementar¨ªa sus apoyos respecto a 2017 del 24 al 27,5%. Eso s¨ª, empatar¨ªa con Le Pen, l¨ªder del RN. Los sondeos indican, primero, que, pese a sus tropiezos en las ¨²ltimas semanas, mantiene un n¨²cleo s¨®lido de apoyos. Y segundo, que el beneficiario del movimiento de los chalecos amarillos no ser¨ªa la izquierda populista de Jean-Luc M¨¦lenchon sino la derecha extrema de Le Pen. Las correlaci¨®n de fuerzas previa a la crisis ¡ªuna competici¨®n dominada por Macron y Le Pen¡ª no ha cambiado.
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