En la guerra contra el huachicol en M¨¦xico, muchos dedos se?alan a Pemex
La lucha contra el robo de gasolina, que ha desabastecido y provocado la alarma en buena parte del pa¨ªs, evidencia un secreto a voces: la relaci¨®n de Pemex con los huachicoleros
El due?o de una gasolinera de la franja del huachicol del Estado de Puebla, hora y media al sur de Ciudad de M¨¦xico, recordaba esta semana los a?os malos. Los tiempos en que su mundo se puso patas arriba y un negocio rentable como la venta de gasolina era, de repente, un tiradero de dinero. Una empresa con p¨¦rdidas. Todo era culpa del huachicol, el robo de combustible de los ductos de Petr¨®leos Mexicanos (Pemex) y su venta clandestina; la presi¨®n de los ladrones, tipos que se enriquecieron de la noche a la ma?ana a costa de negocios como el suyo, que casi casi parec¨ªan un anacronismo.
Durante un tiempo, todo el mundo en la franja del huachicol, una veintena de pueblos humildes que yacen a la vereda de la carretera federal, al sur de la ciudad de Puebla, sab¨ªa d¨®nde comprar combustible robado. En la central de abastos de Huixcolotla, que da servicio a la regi¨®n, vend¨ªan gasolina barata a plena luz del d¨ªa, junto a cajas de tomates, chiles y pi?as. Ya entonces, el due?o de la gasolinera, un hombre mediano, ligeramente obeso, buen conversador, ten¨ªa sus sospechas de d¨®nde ven¨ªa todo.
La gasolinera luce vac¨ªa a media ma?ana. Al fondo se intuye el Pico de Orizaba, cubierto de nieve. Hay d¨ªas en que se ve, otros no. Los tanques de la gasolinera est¨¢n llenos y esta tarde llegar¨¢n dos pipas, una con di¨¦sel y otra con regular. El due?o de la gasolinera, que prefiere ocultar su nombre por seguridad, tiene claro que los trabajadores de Pemex estuvieron involucrados en el huachicol desde el principio. ?l mismo lo ha visto. "?Los mismos distribuidores de Pemex te ofrec¨ªan robado!", exclama, como quien lleva tiempo diciendo lo mismo.
Hace unos a?os, narra, cuando el litro de combustible regular estaba a 14 o 15 pesos, 75 centavos de d¨®lar m¨¢s o menos, "choferes fleteros" se lo ofrec¨ªan a 10 pesos. Conductores de camiones cisterna de Pemex. "Ven¨ªan for¨¢neos y tambi¨¦n locales. Se ofrec¨ªan a traerte un viaje -una cisterna, 20.000 o 30.000 litros-, entonces yo ped¨ªa la factura y ellos dec¨ªan: 'No, t¨² sabes que este viene caliente". A¨ªda Ram¨ªrez, representante de los gasolineros de la zona, a?ade: "Era un secreto a voces que eso estaba ocurriendo. Y si hay corrupci¨®n es muy dif¨ªcil hacer esas denuncias, porque se juega uno que le retiren la franquicia o que le hagan inspecciones de m¨¢s".
El due?o de la gasolinera explica que ahora todos sus compa?eros que compraron combustible robado est¨¢n asustados por si las autoridades les persiguen. Lo que tiene claro es que si los nuevos gestores quieren limpiar la casa, lo har¨¢n. Porque hay datos de sobra.
Pemex, explica, controla el volumen de compras y ventas de cada una de las gasolineras del pa¨ªs. Cada venta pasa autom¨¢ticamente a un software, que conecta la computadora de los due?os, gerentes o gestores, con la petrolera. "Cada cuatro horas, el sistema manda un informe al SAT", explica el due?o, en referencia a la agencia tributaria. Si un informe no llega, Pemex llama y lo exige. En ese mismo sistema, los gerentes de las estaciones introducen los datos de cada compra de combustible. Ver si lo que vende cada una es combustible comprado legalmente resulta tan sencillo como cruzar los datos.
El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha llegado a remover con fuerza todos los cimientos de Pemex, el pilar de la industria mexicana del petr¨®leo, sobre el que quiere sostener su pol¨ªtica energ¨¦tica. El primer paso ha sido el cierre de al menos seis ductos que distribuyen combustible en el centro y el occidente de M¨¦xico, con el fin de evitar el huachicol, el robo de di¨¦sel y gasolina. Seg¨²n datos oficiales, el Estado pierde cada a?o hasta 3.000 millones de d¨®lares por culpa del huachicol. El robo ha ca¨ªdo, pero el cierre de los ductos y la lentitud en la distribuci¨®n, que ahora se hace con camiones cisterna, ha provocado una severa escasez de gasolinas en varios Estados, en Ciudad de M¨¦xico y ha desatado la alarma de la poblaci¨®n, entre la falta de concreci¨®n de las autoridades sobre las medidas adoptadas y el miedo de quedarse sin combustible por parte de los mexicanos.
El plan del Gobierno contra el robo echa luz sobre una situaci¨®n de la que se hab¨ªa hablado mucho en M¨¦xico: algunos trabajadores de Pemex han colaborado con los huachicoleros. Uno de los casos m¨¢s llamativos, revelado por L¨®pez Obrador, es el hallazgo de una manguera de tres kil¨®metros que sacaba combustible de la refiner¨ªa de Salamanca, en Guanajuato, hasta instalaciones clandestinas. Tres funcionarios, de los que se desconoce su nombre y rango, han sido acusados penalmente por los hurtos y el exjefe de seguridad de la empresa, el general Eduardo Le¨®n, est¨¢ siendo investigado por su participaci¨®n en la red. L¨®pez Obrador ha asegurado que la trama ha germinado desde el coraz¨®n de la petrolera, en su sede en Ciudad de M¨¦xico, y ha extendido sus tent¨¢culos hasta las zonas rurales del centro y occidente del pa¨ªs.
Este diario ha solicitado informaci¨®n a Pemex sobre el modo en el que el robo se ha producido desde las entra?as de la compa?¨ªa, sin que hasta el momento exista un respuesta. La inc¨®gnita permanece en la relaci¨®n de los trabajadores implicados en el hurto con las organizaciones que se han puesto al frente del tr¨¢fico de gasolinas. "No es f¨¢cil decirle que no al cartel cuando la vida de sus familias est¨¢ de por medio", apunta Gonzalo Monroy, consultor en energ¨ªa y director de GMEC.
A dos kil¨®metros de la gasolinera de Puebla, un viejo ladr¨®n trata de calcular la cantidad de litros de gasolina robada que lleg¨® a almacenar en su bodega. "No muchos", dice, "40.000 o as¨ª, porque enseguida se los llevaban". El ladr¨®n cuenta que sus compradores eran particulares, pero tambi¨¦n gente que se llevaba miles de litros. ?Qui¨¦nes eran esos?, se le cuestiona. ?l dice que no sabe, porque no preguntaba. Pero que a lo largo de tres a?os, de principios de 2015 hasta el 12 de diciembre del a?o pasado, cuando lo dej¨® por falta de materia prima, sirvi¨® combustible a no menos de 60 pipas. Esto es, dep¨®sitos rodantes, con capacidad de hasta 30.000 litros. O 60.000, porque hay algunos camiones que cargan dos dep¨®sitos de 30.000.
?Para qui¨¦nes eran esas pipas? Para particulares seguro que no. Solo quedan dos posibilidades: gasolineras o empresas.
De vendedor a huachicolero
El viejo ladr¨®n parece tan normal como el due?o. Y es igual de buen conversador. Las ganas de hacer dinero de uno y otro se parecen. Solo que el primero opt¨® por la v¨ªa f¨¢cil. Comenz¨® como vendedor a principios de 2015. Cuenta que le invitaron. Un amigo de un amigo le dijo que estaban vendiendo gasolina robada y necesitaban distribuidores. Dedicado a la compra y venta de coches de segunda mano, no dud¨® en aceptar.
El negocio era as¨ª: a los nuevos, los huachicoleros, los que perforan el ducto y sacan el combustible, les vend¨ªan mil litros. Cada litro a ocho pesos, 40 centavos de d¨®lar, algo menos la mitad de lo que costaba entonces. Los nuevos lo revend¨ªan a 10. A la segunda, los huachicoleros dejaban 2.000 litros. El vendedor pagaba mil y se quedaba los otros mil a cr¨¦dito. A la tercera dejaban 4.000 y el vendedor pagaba 2.000 y se quedaba la otra mitad a cr¨¦dito. El viejo ladr¨®n explica que todo consist¨ªa en no fallar en los pagos.
Al final, cuando ya manejaba cantidades superiores a 20.000 litros, le invitaron a participar como socio. El primer a?o, guard¨® el combustible en varios dep¨®sitos enterrados en su patio, unos 750 metros cuadrados. Con una excavadora hizo agujeros en el suelo e instal¨® los tanques. Para bombearla a los veh¨ªculos de sus clientes nada m¨¢s necesitaba una bomba como la que usan los dep¨®sitos de gasolina de los coches. Le colocaba una manguera m¨¢s larga y la instalaba en los dep¨®sitos. Luego la conectaba a la bater¨ªa de su propia camioneta y listo. El viejo ladr¨®n hab¨ªa convertido su casa en una gasolinera.
Como socio, la cosa cambi¨®. Ya no era solo recibir la gasolina, ten¨ªa que ir a buscarla. El viejo ladr¨®n invirti¨® en un cami¨®n tipo Torton y 10 contenedores de 1.200 litros cada uno. El d¨ªa que le dec¨ªan, acud¨ªa al ducto junto con decenas de camiones y pipas y esperaba su turno. Primero, "el due?o del tubo" abr¨ªa un agujero y luego iban de dos en dos a cargar. En vez de ocho pesos, el litro se lo dejaban a 3,5. El beneficio era may¨²sculo.
Solo en el pueblo del viejo ladr¨®n, cuenta, eran entre 10 y 15 vendedores mayoristas. Y su pueblo es de los peque?os. En Tecamachalco, Palmar de Bravo o Acatzingo hab¨ªa muchos m¨¢s. No en vano, Puebla acab¨® 2018 con una marca extraordinaria. En 12 meses, las autoridades ubicaron 1.815 tomas clandestinas en el Estado, m¨¢s que ning¨²n otro en el pa¨ªs. En todo M¨¦xico, solo el a?o pasado, fueron 12.581, 2.000 m¨¢s que el a?o anterior.
Pemex de principio a fin
El robo de combustible es un fen¨®meno que surgi¨® hace a?os. Sin embargo, fue partir de 2017 cuando las bandas alcanzaron un poder sorprendente, hasta el punto de enfrentar a las autoridades. Los huachicoleros juegan con el favor de la gente. Roban algo que no es de nadie y lo venden en condiciones favorables. En 2017, millones de mexicanos pudieron ver en televisi¨®n a multitudes llev¨¢ndose combustible en cubetas por culpa de una fuga en un ducto. Un error de los huachicoleros, un agujero mal hecho. Una forma tambi¨¦n de ganarse al pueblo.
En los medios se ha hablado de los l¨ªderes de las bandas de ladrones, de sus enfrentamientos con el Ej¨¦rcito o la polic¨ªa, caso por ejemplo de la batalla de Palmarito, donde un grupo de ladrones se enfrent¨® con militares, causando la muerte de cuatro militares y seis civiles. De lo que se ha hablado menos es de c¨®mo se hacen agujeros en los ductos, por donde circula el combustible a gran presi¨®n.
A mediados de 2017, el jefe de polic¨ªa de uno de los pueblos de la franja del huachicol explicaba a este diario que todo hab¨ªa empezado por Pemex. "Hab¨ªa un ingeniero que viv¨ªa por aqu¨ª. Ese cuate desapareci¨® hace a?os. Cuando nosotros llegamos en 2014, ese cuate ya no estaba. Ese cuate les hac¨ªa las tomas a los huachicoleros, pero empez¨® a tomar mucho alcohol y droga.Y se empez¨® a desviar un poco. Pero le ense?¨® a mucha gente. El cobraba 25.000 pesos por toma, 1.250 d¨®lares".
El viejo ladr¨®n dice que ahora es el "due?o del ducto" quien se encarga de hacer la toma. Lo dibuja bastante f¨¢cil: quitas la cubierta del ducto, soldas una especie de llave de paso y abres un agujero con un berbiqu¨ª, un taladro manual. Luego hay que estar pendiente de colocar la manguera y listo.
Durante a?os, Pemex ha podido ver qu¨¦ ductos perd¨ªan presi¨®n por tomas clandestinas y cu¨¢ndo lo hac¨ªan. As¨ª lo han explicado estas semanas los responsables del nuevo Gobierno. El problema, explican, es que nadie hac¨ªa nada.
La lucha contra el huachicol es apenas la primera de las batallas que se abre en el seno de la petrolera. La empresa estatal ¡ªcon su producci¨®n en declive y un descalabro financiero a cuestas¡ª se ha volcado a reorganizar la log¨ªstica de entrega de combustibles a trav¨¦s de camiones cisterna a una velocidad considerablemente m¨¢s lenta que la del sistema de tuber¨ªas. La compa?¨ªa tambi¨¦n arrastra un rezago en su capacidad de almacenaje: a nivel nacional, M¨¦xico cuenta con gasolina para tres d¨ªas, en la Ciudad de M¨¦xico el margen se reduce a un d¨ªa, cuando el promedio entre los 30 pa¨ªses miembros de la Agencia Internacional de Energ¨ªa es una reserva de 40 d¨ªas. A esto se suma que la importaci¨®n de gasolina desde Estados Unidos ha ca¨ªdo un 28% desde que L¨®pez Obrador es presidente, seg¨²n informaci¨®n de la consultora ClipperData publicada por The Wall Street Journal. Un dato que el presidente hab¨ªa negado esta semana.
Mientras tanto, los mexicanos esperan horas para comprar algunos litros de gasolina en estaciones de varios Estados. En aguas del Golfo, m¨¢s de una decena de buques esperan en las costas a descargar el combustible en las terminales de Tuxpan y Coatzacoalcos. El hidrocarburo no puede ingresar al sistema de distribuci¨®n por el cierre de los ductos. M¨¦xico posee seis refiner¨ªas pero ninguna est¨¢ funcionando en toda su capacidad. Algunas empresas gasolineras privadas han comenzado a buscar alternativas de abastecimiento ¡ªExxonMobil y Arco ya lo hac¨ªan antes de la crisis¡ªaprovechando uno de los resquicios de la reforma energ¨¦tica que L¨®pez Obrador rechaza. "Todo esto puede espantar a los mercados porque demuestra que, en M¨¦xico, el presidente te puede cerrar el ducto cuando quiera", advierte Miriam Grunstein, abogada experta en energ¨ªa.
Lejos de espantarse, el due?o de la gasolinera respira aliviado. Hace un a?o y medio pensaba en vender el negocio, dejarlo estar. "En un d¨ªa bueno yo vendo 10.000 litros de combustible", cuenta. Pero en aquella ¨¦poca, en los a?os fuertes del robo de gasolina, en 2015, 2016, 2017, con suerte vend¨ªa 1.000 o 2.000.
Ahora la situaci¨®n est¨¢ un poco mejor. "Se empez¨® a componer cuando cerraron el ducto que pasa por aqu¨ª", dice. Se refiere al que viene del sur de Veracruz y pasa por Palmar de Bravo, Esperanza, Quecholac, Palmarito, Tecamachalco... El tri¨¢ngulo rojo, la mayor zona de robo de combustible de M¨¦xico hasta hace poco m¨¢s de un a?o, cuando el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto cerr¨® el ducto. "A¨²n quedaba el otro", dice, pero ya era menos. El otro, que pasa m¨¢s al norte. Ese lo cerraron el pasado diciembre.
El due?o tiene fe en el plan del nuevo Gobierno. "No hay desabasto, eso seguro. Porque yo voy a Veracruz y traigo mi combustible".
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