El aguante de los mexicanos
El desabasto de combustible logra mantenerse (a¨²n) en los m¨¢rgenes de la colaboraci¨®n y la paciencia
Diez a?os separan dos momentos recientes de ¡°obediencia civil¡± en M¨¦xico: uno tuvo que ver con la influenza, otro con la gasolina. Uno lleg¨® a buen puerto para los fines del Gobierno en turno, el otro apenas se est¨¢ desarrollando. Pero no deja de ser interesante pulsar el ¨¢nimo social que los permiti¨®.
Enero de 2019 y el centro/occidente de M¨¦xico sin gasolina. Con la finalidad de combatir el huachicoleo (robo de combustible), L¨®pez Obrador tom¨® la tajante decisi¨®n de cerrar los ductos que abastecen esta regi¨®n del pa¨ªs. Una pensar¨ªa que privar de gasolina a algunas de las principales ciudades y a una buena parte de los Estados que las albergan, en pleno regreso de vacaciones, calificar¨ªa como mala idea. O p¨¦sima sincronizaci¨®n. Pero, as¨ª sucedi¨®. Largas, largu¨ªsimas filas de veh¨ªculos en busca de combustible, mientras en las ciudades alternan el caos de la inmovilidad con el vac¨ªo de quienes se guardan para no quemar reservas. Y lo que tendr¨ªa todos los elementos para convertirse en caldo de cultivo de protestas masivas (recordemos el gasolinazo en M¨¦xico de hace dos a?os o los chalecos amarillos en Francia), logra mantenerse (a¨²n) en los m¨¢rgenes de la colaboraci¨®n y la paciencia.
Abril de 2009 y el pa¨ªs con influenza AH1N1. Para contener el brote masivo de esta enfermedad (calificada como pandemia por parte de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud), la Presidencia de Calder¨®n literal paraliz¨® actividades p¨²blicas en el pa¨ªs: escuelas cerradas, oficinas apagadas, transporte p¨²blico al m¨ªnimo, mientras se repet¨ªan campa?as de informaci¨®n y de salud. Una pensaba entonces que encerrar al pa¨ªs en sus casas, sin actividades y en un impasse de resultados (la contenci¨®n funcion¨® de tal manera, que a los pocos d¨ªas de iniciada la crisis hab¨ªa poco que reportar en n¨²meros de afectados), tendr¨ªa los elementos para que el hast¨ªo y la desesperaci¨®n se transformaran en protestas sociales. No sucedi¨®, y los mexicanos aprendimos a estornudar sin salpicar al vecino, a toser sin escupirte las manos, a asearte con mayor frecuencia y a esperar que se declarara superada la crisis.
En su libro El verbo de las culturas, Clotaire Rapaille asegura que el que define a los mexicanos es AGUANTAR: ¡°Cuando algo sale mal y te hace la vida dif¨ªcil y dolorosa, el programa cultural [de los mexicanos] no es cambiarlo, sino aguantarlo. Entre m¨¢s puedas soportarlo, m¨¢s orgulloso te sientes¡±. Bajo esa l¨®gica, entonces, los mexicanos aguantamos la crisis de la influenza y ahora el desabasto de gasolina, porque as¨ª somos: ¡°Producto de siglos de abusos institucionales y frustraciones¡±. A aguantar lo que se te indica y luego a tratar de salir adelante. Y s¨ª, muchos se compran esta explicaci¨®n para entender el ¨¢nimo social local y sus vaivenes.
Yo no.
Si la docilidad de aguantar fuese el denominador com¨²n, no ser¨ªamos el pa¨ªs que somos. M¨¢s que aguantar, en la crisis de la influenza de 2009 jug¨® un elemento fundamental para aplacar los ¨¢nimos de protesta: la presencia de una enfermedad y la necesidad del Estado para contenerla porque yo sola no puedo. Esa conciencia (forzada) guarda a todos en sus casas. Y el momento actual, de crisis por el abasto de combustibles, encuentra a un M¨¦xico ¨¢vido de acabar con la corrupci¨®n (uno de los principales motivantes del voto reciente), por lo que enmarcar la escasez de gasolina en la lucha frontal contra el multimillonario y obsceno robo de combustibles, reviste de un halo casi heroico a la participaci¨®n social en esta cruzada.
La crisis de la influenza termin¨® cuando cedieron los contagios. Hoy, las cosas a¨²n no son tan claras. Si bien L¨®pez Obrador, seg¨²n encuestas, cuenta con un apoyo mayoritario para su cruzada contra el huachicoleo, tambi¨¦n es cierto que el momento est¨¢ siendo utilizado por las oposiciones para atizar la existente polarizaci¨®n social. As¨ª es el juego pol¨ªtico. Por ello, si el abasto no se regulariza pronto, si no se aprehende a delincuentes visibles y si no se afina la pol¨ªtica energ¨¦tica, puede haber aqu¨ª un bono social perdido para la Presidencia.
Porque eso de aguantar no da para tanto.
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