Una espera insoportable en Hidalgo: ¡°Estamos en la nada y es una angustia muy fea¡±
Las 71 familias con v¨ªctimas sin identificar se enfrentan a una larga espera. El reconocimiento de los restos encontrados puede tardar meses
Un rosario. Celine Obreg¨®n se agacha aqu¨ª y all¨¢ en busca del rosario de su cu?ado, de 40 a?os y padre de tres hijos. Algo que permita tener una pista de su paradero. Dos d¨ªas despu¨¦s del estallido del ducto de gasolina que dej¨® al menos 98 muertos, la pradera de Tlahuelilpan donde se produjo la tragedia segu¨ªa siendo un campo de b¨²squeda y de desesperaci¨®n. Los peritos ya se hab¨ªan ido, pero, con palos y palas, los familiares de los desaparecidos continuaban rastreando el campo de alfalfa con la esperanza de salir ya de la incertidumbre en la que est¨¢n sumidos. Una salida.
Las familias desconf¨ªan de las cifras oficiales, que bailan continuamente a medida que avanza la investigaci¨®n. Los muertos siguen subiendo: ya son al menos 98. Se encontraron 68 restos humanos en el lugar del accidente, dijo el domingo el gobernador del Estado de Hidalgo, Omar Fayad. Apenas unas horas antes ¨¦l mismo hablaba de 59. De estos solo nueve han sido identificados hasta ahora y siete entregados a sus familias. ¡°Nos dan muchas versiones y las listas son confusas¡±, explicaba Obreg¨®n, con un foulard que le tapa la boca del denso olor a gas que inunda el campo.
Una cartulina de color azul turquesa, colgada en la puerta del Centro Cultural del pueblo informa de los pasos que tienen que seguir los familiares. Lo primero es acudir al Ministerio P¨²blico para abrir una carpeta de investigaci¨®n y llevar lo siguiente: ¡°1. Identificaci¨®n oficial de la mam¨¢; 2. 4 impresiones de una fotograf¨ªa de cuerpo completo reciente y a color del familiar; 3. Se realizar¨¢ una prueba gen¨¦tica a la madre del familiar¡±.
?Y despu¨¦s? esperar; ese es el cuarto paso que no menciona la cartulina. La identificaci¨®n puede tardar d¨ªas, semanas o meses, seg¨²n las autoridades. O podr¨ªa no darse nunca: los gases que causaron el estallido redujeron a polvo a algunos de los fallecidos. El gobernador del Estado de Hidalgo acudi¨® el domingo a Tlahuelilpan para informar a los familiares de las novedades. Asegur¨® que ¡°m¨¢s o menos coinciden¡± los desaparecidos y restos encontrados. Restos, porque cuerpos ya no hay.
Miriam Ortiz tiene cita este lunes en un hospital cercano para sacarse una muestra de saliva. El domingo por la noche todav¨ªa quedaba m¨¢s de una decena de familias de desaparecidos por proporcionar pruebas de ADN. ¡°No fui antes porque no quiero creer que mi hija¡¡±. Ortiz deja la frase sin concluir. Durante todo el domingo estuvo yendo y viniendo del Internet Caf¨¦ de la plaza central del pueblo para imprimir carteles de b¨²squeda con una foto de Jovana Jazm¨ªn. Tez blanca, ojos caf¨¦ claro, tatuaje en el pecho del lado izquierdo. Se encontraba en la pradera en el momento de la explosi¨®n.
Las listas de las autoridades estatales recogen los datos de 71 personas desaparecidas, pero solo hay 65 carpetas de investigaci¨®n abiertas. Es decir, seis familias que desconocen el procedimiento o que no quieren tirar la toalla y siguen buscando a sus parientes por los hospitales de Ciudad de M¨¦xico, adonde el viernes y s¨¢bado fueron trasladados los heridos m¨¢s graves. 22 familias salieron el domingo por la ma?ana en veh¨ªculos fletados por el Estado para hacer un recorrido por los centros de salud; estaba previsto que otras ocho partieran en la tarde. Es una b¨²squeda de aire. Seg¨²n las autoridades no quedan heridos por identificar: las 55 personas que permanecen hospitalizadas tienen nombre y apellido. Los recorridos se organizan para dar salida a la desesperaci¨®n; ¡°para agotar toda esperanza¡±, dice una funcionaria estatal.
Los peritos terminaron sus labores el domingo por la ma?ana. D¨ªa y medio para recopilar los restos y objetos desperdigados en la pradera. Carpeta cerrada, dijo el gobernador el domingo durante su visita a Tlahuelilpan. Pero los familiares no estaban dispuestos a darla por cerrada. ¡°?Televisa ya reconoci¨® que hay m¨¢s cuerpos!¡±, dec¨ªa un vecino. ¡°?Siguen encontrando huesos, que vuelvan los peritos!¡±, gritaban otros. Las autoridades accedieron entonces a organizar otra batida y a enviar de nuevo a un par de forenses.
En la pradera quedaban algunas de las banderitas que los forenses colocaron all¨ª donde encontraron restos. ¡°Evidencia no tocar¡±. Una ni?a se acerca y la toca. Su padre la rega?a. Unos metros m¨¢s all¨¢, Juana Cruz Garc¨ªa, con un hermano desaparecido, llevaba varias horas en el terreno: ¡°Encontramos trocitos de mand¨ªbulas; le dije al perito que hay otro pedazo all¨¢ y me dijo que despu¨¦s lo investigar¨ªan. Pero los peritos se fueron y no se lo llevaron. Entonces yo fui y lo dej¨¦ junto a los otros objetos¡±.
Sobre las 18:30 dos peritos llegaron al lugar, como prometieron. ¡°Seguramente son restos de animales¡±, dec¨ªa Hugo Mart¨ªnez, uno de los forenses. ¡°Se a?adir¨¢n al registro de objetos encontrados, pero nada de esto servir¨¢ para identificar a los cuerpos¡±. De todos modos, empezaron a meter todo cuidadosamente en bolsas de pl¨¢stico y cart¨®n, ante la atenta mirada de los familiares. Sobre el parche de tierra negra reposaban los objetos: algunas v¨¦rtebras, dos pares de zapatillas de deporte, dos gorras medio quemadas, monedas, una llave y una pulsera roja. Cae la noche sobre la pradera de Tlahuelilpan y Celine Obreg¨®n continuaba buscando el rosario. ¡°Nosotros que estamos en la nada¡±, dice, ¡°es una angustia muy fea¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.