Una investigaci¨®n revela una serie de contradicciones en el ¡®caso Colosio¡¯
El expediente contra Mario Aburto, condenado por asesinar al candidato presidencial, muestra testimonios inconsistentes, torturas al acusado y presiones de las autoridades
A 25 a?os del asesinato de Luis Donaldo Colosio, excandidato a la presidencia del PRI, las contradicciones sobre el caso salen a luz. El expediente judicial contra Mario Aburto, supuesto autor material del homicidio, ha sido desclasificado y ha revelado diversas anomal¨ªas. Seg¨²n una investigaci¨®n de Mexicanos Contra la Corrupci¨®n y la Impunidad (MCCI), el expediente muestra testimonios inconsistentes, tortura al acusado, presiones por parte de las autoridades y documentos in¨¦ditos que revelan contradicciones entre algunos de los principales testigos.
Los documentos a los que ha tenido acceso la periodista Laura S¨¢nchez recorren los siete a?os de investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa Especial para el caso Colosio en los que est¨¢n contenidos careos, testimonios, fotograf¨ªas y extractos de la averiguaci¨®n previa que no fueron incluidos en la versi¨®n p¨²blica de la PGR. En el 2000, estos documentos fueron clasificados por 35 a?os, bajo el argumento de que todav¨ªa podr¨ªan aparecer datos relacionados con la investigaci¨®n que pudieran servir para resolver el magnicidio.
La tarde del 23 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio lleg¨® al barrio de Lomas Taurinas, en la ciudad fronteriza de Tijuana, para un acto de su campa?a presidencial. Tras dar un discurso, el candidato camin¨® entre la multitud y recibi¨® dos disparos: uno en la cabeza y otro en el est¨®mago. Cuando el cuerpo de Colosio yac¨ªa en la calle de tierra, su equipo de seguridad detuvo a Mario Aburto Mart¨ªnez, un joven de 23 a?os que trabajaba en una maquiladora, y que se encontraba a unos metros del pol¨ªtico en el momento de su asesinato.
Aunque en las primeras horas tras el magnicidio, Aburto admiti¨® que ten¨ªa un plan para asesinar a Colosio y que act¨²o en solitario, la informaci¨®n del expediente revela que el acusado se retract¨® dos meses despu¨¦s de su primera declaraci¨®n. El acusado asegura en su segundo testimonio que fue golpeado, que los polic¨ªas que lo detuvieron le dijeron que ten¨ªa que declarar que pertenec¨ªa a ¡°un grupo armado o a un grupo pol¨ªtico¡±, que le dieron a beber un l¨ªquido que lo dej¨® inconsciente y que despu¨¦s lo sacaron de las oficinas de la Procuradur¨ªa envuelto en un colch¨®n para llevarlo a un sitio donde se escuchaba el mar, y que all¨ª lo torturaron. ¡°Se acerc¨® al declarante un agente que sin ser notado por sus compa?eros le dijo que el presidente Salinas de Gortari estaba en el tel¨¦fono y quer¨ªa negociar con ¨¦l. Y que lo que el declarante quisiera el presidente se lo iba a dar, pero que el de la voz ten¨ªa que prestarse a lo que ¨¦l dijera y que de preferencia dijera que le hab¨ªa pagado un partido pol¨ªtico¡±, se?ala el expediente.
Durante la investigaci¨®n, tambi¨¦n cambiaron los testimonios de la novia de Aburto, Graciela Gonz¨¢lez D¨ªaz, y de sus primos Mauricio y Marcelino Ortiz. Los tres coincidieron en que las autoridades les indicaron lo que deb¨ªan declarar. Sus familiares se retractaron de haber declarado que Aburto pose¨ªa armas y que practicaba tiro unas semanas antes del asesinato. Gonz¨¢lez D¨ªaz, incluso, mantuvo un careo con Aburto en el que ¨¦l le pidi¨® que dijera la verdad. Sumida en el llanto, la chica reconoci¨® que su primera declaraci¨®n era err¨®nea: ¡°No, ¨¦l no me lo dijo. No me dijo lo de las armas, lo de su partido pol¨ªtico¡±.
El expediente muestra tambi¨¦n la presencia de un miembro del Centro de Investigaci¨®n y Seguridad Nacional (CISEN) en la escena del crimen. Jorge Antonio S¨¢nchez Ortega declar¨® ante la Procuradur¨ªa que hab¨ªa estado en el acto de campa?a para informar a la inteligencia mexicana sobre el desarrollo de la campa?a presidencial. S¨¢nchez Ortega llevaba una de las mangas de su chaqueta blanca manchada con la sangre del candidato. En su declaraci¨®n reconoci¨® que los restos hem¨¢ticos eran de Colosio y que una persona que ayud¨® a sacar al candidato de Lomas Taurinas hab¨ªa rozado su vestimenta. La investigaci¨®n de MCCI aporta como novedad una declaraci¨®n en la que el agente del CISEN se?al¨® que en sus labores de inteligencia ten¨ªa prohibido la portaci¨®n y uso de armas. Sin embargo, las pruebas sobre presencia de p¨®lvora en sus manos ese d¨ªa resultaron positivas.
Las autoridades mexicanas tampoco exploraron las irregularidades en las que nueve polic¨ªas federales detuvieron a Aburto: una de ellos, por ejemplo, se identific¨® como periodista internacional ante el acusado para obtener una primera declaraci¨®n. La nueva informaci¨®n del expediente tambi¨¦n desvela las contradicciones del equipo de seguridad de Colosio, conocido como grupo Omega. Ellos fueron quienes detuvieron a Aburto y lo entregaron a los polic¨ªas federales. Uno de ellos, Fernando de la Sota, insisti¨® desde el primer momento en que Aburto hizo los dos disparos y que vio el cuerpo del candidato boca arriba sangrando en el abdomen. La investigaci¨®n pericial, sin embargo, concluye que el cuerpo estaba boca abajo. Para muchos a¨²n existen dudas sobre si los dos disparos al candidato fueron realizados por un tirador o dos. Otro miembro de este equipo, H¨¦ctor Javier Hern¨¢ndez, declar¨® que al ver a la multitud not¨® que el flanco izquierdo del candidato estaba desprotegido y al intentar acercarse De la Sota le grit¨® ¡°qu¨ªtate de ah¨ª¡±, y segundos despu¨¦s el candidato fue asesinado.
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