Los europeos ven cada vez menos ovnis
Los avistamientos han ca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n organizaciones que estudian dichos fen¨®menos
El cielo europeo puede ser una caja de sorpresas. El 31 de enero de este a?o a las 22.10, un testigo asegura haber visto un punto luminoso moverse, luego detenerse, y finalmente desaparecer de golpe. Fue en Bolinne, 60 kil¨®metros al sureste de Bruselas. Otro testimonio, este del 14 de enero, habla de una cincuentena de puntos brillantes, similares a estrellas, avanzando en formaci¨®n, en Charneux, tambi¨¦n B¨¦lgica, a 15 minutos en coche de la frontera holandesa. "Soy esc¨¦ptico por naturaleza, y para convencerme de que no estaba so?ando, avis¨¦ a tres vecinos y a mi madre. Todos los miramos inm¨®viles y nadie sab¨ªa explicarlo", cuenta Ludovic, el sorprendido vecino de 39 a?os que supuestamente se top¨® con la escena, en un mensaje pidiendo respuestas a lo que sus ojos acababan de ver.
Varias entidades dejan constancia en Europa de estos avistamientos ciudadanos y tratan de descifrar qu¨¦ son realmente. El llamado Comit¨¦ Belga de Estudio de Fen¨®menos Espaciales (COBEPS), es uno de ellos. Para el primer caso, determinaron que la informaci¨®n aportada era insuficiente. El segundo, las extra?as alineaciones descritas por Ludovic, todav¨ªa est¨¢n siendo investigadas. En otras ocasiones, la respuesta de los investigadores al misterio es m¨¢s simple: los ovnis son aviones o farolillos voladores.
Cada a?o, organizaciones de ocho pa¨ªses ¡ªB¨¦lgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Noruega y Suecia¡ª hacen p¨²blicos los datos de cu¨¢ntas alertas de objetos voladores no identificados han podido recopilar, ya sea porque el testigo se las remite directamente o rastreando foros y p¨¢ginas de internet. El resultado son 13.201 avistamientos en los ¨²ltimos seis a?os de los que hay estad¨ªsticas, una media de unos cinco al d¨ªa. En plena era de tel¨¦fonos m¨®viles con c¨¢maras de alta calidad, la tendencia es sin embargo decreciente. En 2012 fueron 3.332, y en 2017 solo 1.206. En ning¨²n ejercicio comprendido entre ambas fechas aument¨® su n¨²mero. Italia (3.343), Alemania (2.381) y Francia (2.317), los tres m¨¢s poblados aunque no por ese orden, lideran los avisos.
Jean-Marc Wattecamps se describe a s¨ª mismo como ge¨®logo y uf¨®logo. Es investigador del COBEPS, la asociaci¨®n belga que estudia las alertas en Valonia, la regi¨®n franc¨®fona, "Hay que distinguir los avistamientos cotidianos de los ovnis reales. Estos siguen sin identificar tras un estudio m¨¢s o menos pormenorizado. El ¨²ltimo que encontramos fue en 2015, pero tenemos abiertas 14 investigaciones de 2018", explica.?
Los encargados de revisar las notificaciones defienden que sus datos son representativos, dado que esos ocho pa¨ªses abarcan un 41% de la poblaci¨®n europea y un 40% de su territorio. Los n¨²meros de 2018 todav¨ªa no est¨¢n completos, pero algunos ya los han publicado, y rompen esa racha a la baja. Aunque todav¨ªa lejos de los baremos de tiempo atr¨¢s, en B¨¦lgica los avistamientos han repuntado a 255 frente a los 171 del pasado a?o. Lo mismo sucedi¨® en Alemania (328 vs 198) y Finlandia (132 ante 107).
Tal vez porque es el periodo del a?o en que el term¨®metro permite pasar m¨¢s tiempo en la calle, en los meses de verano llegan m¨¢s avisos. Seg¨²n las entidades, factores como la mayor o menor proximidad a Marte pueden influir en la cantidad de ovnis detectados.
Tema estrella de debate entre pol¨ªticos, militares y cient¨ªficos durante la guerra fr¨ªa, el firmamento ya no produce tantos destellos sospechosos para el ojo humano como anta?o. Y los cazadores de ovnis tienen que tirar de memoria para sacar a pasear la hip¨®tesis extraterrestre. "En B¨¦lgica tuvimos casos convincentes e impresionantes en 1974 y 1989", recuerda Wattercamps. Seg¨²n el diario Le Soir, la noche del 20 de abril de 1974 un centenar de testigos dijeron haber visto un platillo volante emitiendo un sonido modulado en la localidad de Charleroi. 15 a?os despu¨¦s, entre noviembre de 1989 y junio de 1991, se produjo la llamada ola belga de avistamientos de supuestas naves triangulares, un acontecimiento que los esc¨¦pticos atribuyen a un efecto contagio entre la poblaci¨®n ante meros aviones surcando los aires.
Mientras realizan sus pesquisas sobre la riada de extra?os movimientos en el cielo, los uf¨®logos prefieren mantenerse en un segundo plano. "No buscamos publicidad", afirma Wattercamps cuando se le pregunta si es posible acudir a sus reuniones. Cada pocos d¨ªas, un nuevo testimonio ampl¨ªa la lista. "Iba conduciendo cuando vi seis luces naranjas en dos filas en direcci¨®n hacia Luxemburgo. Llam¨¦ al aeropuerto y a la polic¨ªa, pero no ten¨ªan constancia de que hubiera helic¨®pteros sobrevolando la zona", dice uno de los ¨²ltimos avisos.?
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