La transici¨®n pol¨ªtica en M¨¦xico opaca la condena del capo
El vertiginoso ritmo del Gobierno de L¨®pez Obrador eclipsa el proceso, incluso las acusaciones de corrupci¨®n contra los ¨²ltimos dos presidentes
Hasta el d¨ªa de su condena, el juicio a Joaqu¨ªn Guzm¨¢n ha sido un tema menor en M¨¦xico. Acostumbrada a fugas y detenciones espectaculares, la sociedad mexicana ha asistido al proceso contra el gran capo con en cierta apat¨ªa, consciente quiz¨¢ de que no era m¨¢s que un tr¨¢mite.
Pocas han sido las ocasiones en que el juicio ha alcanzado las portadas, los minutos de oro de los noticieros de radio y televisi¨®n. Y siempre cuando las audiencias en Brooklyn terminaban con un bombazo.
El primero fue en noviembre. En su discurso de apertura de juicio, el abogado del narcotraficante, Jeffrey Lichtman, acus¨® a los expresidentes Felipe Calder¨®n y Enrique Pe?a Nieto de recibir "millones de d¨®lares en sobornos". Luego, en enero, un testigo de la defensa, ?lex Cifuentes, colaborador de Guzm¨¢n, declar¨® que su patr¨®n le hab¨ªa pagado un soborno de 100 millones de d¨®lares a Pe?a Nieto. Tanto uno como otro negaron a trav¨¦s de representantes lo dicho por ambos.
No fueron los ¨²nicos. Preparado para testificar, el juez impidi¨® a ¨²ltima hora que el jurado escuchara el testimonio de Jes¨²s Zambada, hermano de Ismael, socio de Guzm¨¢n, que implicaba en la recepci¨®n de sobornos a dos expresidentes. A lo largo del juicio, diferentes testigos implicaron a altos cargos de varios gobiernos en M¨¦xico, quiz¨¢ el caso m¨¢s llamativo fue el de Genaro Garc¨ªa Luna, hombre fuerte de Calder¨®n en materia de seguridad durante su mandato, de 2006 a 2012.
Es decir, que si bien el juicio a El Chapo era el que importaba en Brooklyn, las acusaciones contra la clase dirigente mexicana resbalaban de las declaraciones de los testigos con cierta frecuencia. Y ni a¨²n causaron demasiado revuelo al sur del r¨ªo Bravo.
El juicio al jefe de los narcotraficantes de Sinaloa compiti¨® desde el principio con el cambio de guardia en el palacio de Gobierno. El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador gan¨® las elecciones en julio y no asumi¨® hasta diciembre. Los meses intermedios fueron una largu¨ªsima rueda de prensa del nuevo mandatario, acreedor de una amplia mayor¨ªa, defensor de un programa rompedor. Mientras Guzm¨¢n iba y ven¨ªa de la c¨¢rcel a la sala de audiencias, M¨¦xico discut¨ªa la pertinencia de construir un tren en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, otro en el istmo de Tehuantepec, adem¨¢s de una refiner¨ªa en Tabasco. Se impon¨ªa el estilo L¨®pez Obrador, que gobernaba antes de ser presidente. Cuando el abogado Lichtman acus¨® a Calder¨®n y Pe?a de recibir sobornos, el futuro Gobierno condenaba una de las obras emblem¨¢ticas del sexenio que acababa, el nuevo aeropuerto de la capital.
Nadie en M¨¦xico se ha tomado en serio las acusaciones contras los expresidentes. Ni para bien, ni para mal. L¨®pez Obrador ha dicho que no perseguir¨¢ a sus antecesores. El juicio contra El Chapo no parece haber cambiado su postura.
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