El Chapo, declarado culpable por la justicia de EE UU
El l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa, Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, se enfrenta ahora a cadena perpetua tras tres meses de juicio
El Chapo ha sido declarado este martes culpable?de los 10 cargos que le imputaba la justicia estadounidense, principalmente liderar un grupo criminal, traficar con coca¨ªna y torturar, sobornar y asesinar para defender su negocio. Ese es el veredicto del jurado popular que durante casi tres meses ha examinado en Brooklyn (Nueva York) los testimonios y la avalancha de evidencias presentadas contra el mexicano?Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera?en el mayor juicio por narcotr¨¢fico celebrado en Estados Unidos. La vista en la que se conocer¨¢ la sentencia definitiva al otrora l¨ªder del cartel de Sinaloa ¡ªque se enfrenta a una pena de cadena perpetua¡ª se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 25 de junio.
La suerte del capo de la droga, de 61 a?os, ha estado en manos de ocho mujeres y cuatro hombres, todos ellos vecinos an¨®nimos de los barrios de Brooklyn, Queens y Long Island, y las deliberaciones se han extendido durante m¨¢s de 34 horas.?El jurado ten¨ªa el veredicto listo a mediod¨ªa de Nueva York y se le ley¨® media hora despu¨¦s. ?l lo escuch¨® sentado, con camisa gris y corbata gris oscura, buscando continuamente con la mirada a su esposa, Emma Coronel, que luc¨ªa una chaqueta larga de color verde.
Tras conocerse el veredicto, el fiscal del distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, calific¨® el d¨ªa de "hist¨®rico" y subray¨® que se trata de una "victoria". "Se equivocan los que piensan que la guerra contra la droga no merece la pena", afirm¨® a las puertas de la Corte,?escoltado por su equipo de colaboradores y bajo un intensa nevada. El juicio, a?adi¨®, "levant¨® el tel¨®n como ning¨²n otro sobre el operativo del narcotr¨¢fico" que lider¨® Joaqu¨ªn Guzm¨¢n. Ray Donovan, de la oficina antidroga, destac¨® por su parte la cooperaci¨®n con la autoridades mexicanas. "No importa qui¨¦n sea, d¨®nde te encuentres o el poder que tengas", remarc¨®, "no hay escapatoria".
Jeffrey Lichtman, uno de los tres abogados del narco mexicano, asegur¨® por su parte que "lucharon hasta la muerte" por su cliente y subray¨® que tiene intenci¨®n de apelar porque considera que se les limit¨® en el proceso la posibilidad de cuestionar a los testigo.?"La gente pensaba que iba a ser condenado en cinco minutos. Lo hemos tenido fuera durante seis d¨ªas. Sab¨ªamos que este d¨ªa iba a llegar. Esper¨¢bamos que no. Evidentemente, el jurado se tom¨® su tiempo y fue con cuidado".
Tras la lectura del veredicto, el magistrado que preside el juicio, Brian Cogan, afirm¨® que en sus 13 a?os de ejercicio "nunca" hab¨ªa tenido "un jurado que hubiese prestado tanta atenci¨®n a las deliberaciones y al proceso". "Este caso", a?adi¨® Cogan, "demuestra que el sistema de justicia funciona".
Multitud de cargos
Protagonista de dos fugas en M¨¦xico
Guzm¨¢n Loera fue capturado por primera vez en Guatemala en 1993, aunque ocho a?os despu¨¦s logr¨® escapar, ya en M¨¦xico, de una prisi¨®n de alta seguridad oculto en un cesto de lavander¨ªa. El 22 de febrero de 2014 fue arrestado de nuevo en M¨¦xico, con la colaboraci¨®n de EE UU. En julio de 2015, el l¨ªder del cartel de Sinaloa volvi¨® a escapar.
El capo protagoniz¨® otra huida de pel¨ªcula en el penal de m¨¢xima seguridad de El Altiplano, a poco m¨¢s de una hora de la capital mexicana, al fugarse por un t¨²nel de 1.500 metros que conectaba la ducha de su celda con un inmueble en obras. La magnitud de la infraestructura subterr¨¢nea y la impunidad que revelaba todo el incre¨ªble plan de fuga puso en duda la capacidad del Gobierno para hacer frente al narcotraficante. En enero de 2016 fue capturado de nuevo por la Marina mexicana en su tierra natal, Sinaloa.
En los meses siguientes, un juzgado en materia penal neg¨® dos amparos promovidos por la defensa del l¨ªder del cartel de Sinaloa y sobresey¨® tres recursos m¨¢s que buscaban frenar la extradici¨®n de El Chapo a Estados Unidos. Esta se produjo finalmente en enero de 2017.
Dentro del cargo uno, el liderar una empresa criminal ¡ªpor el que, presumiblemente, el capo pasar¨¢ el resto de sus d¨ªas en prisi¨®n¡ª, la justicia estadounidense ha aceptado finalmente 25 de las 27 acusaciones.?En el momento de la extradici¨®n hace dos a?os, El Chapo fue imputado con 17 cargos penales que finalmente se concentraron en 10 para agilizar el proceso. La Fiscal¨ªa tuvo que probar que distribuy¨® droga de manera concertada con al menos cinco personas y que actu¨® como gestor de la organizaci¨®n. Tambi¨¦n que soborn¨®, tortur¨® y asesin¨® para proteger y hacer crecer el negocio.
Si sus t¨¢cticas no funcionaban, siempre ten¨ªa un plan para evadir la captura. ¡°?Qui¨¦n viaja en veh¨ªculos blindados con guardias de seguridad? ?Qui¨¦n no tiene no uno, sino una serie de t¨²neles para escapar? ?Qui¨¦n tiene un ej¨¦rcito de gente peleando por ¨¦l?¡±, dijo en las alegaciones finales la fiscal Andrea Goldbarg. ¡°Era porque sab¨ªa que era culpable¡±, asegur¨®. Le describi¨® como un criminal astuto y cruel.
Durante el juicio se cruzaron decenas de testimonios y cientos de evidencias para demostrar c¨®mo El Chapo hizo pi?a con un grupo de criminales para compartir los beneficios y los riesgos del narcotr¨¢fico. Se identific¨® como col¨ªder a Ismael El Mayo Zambada, a¨²n pr¨®fugo. Se ayudaban para ser m¨¢s fuertes compartiendo territorio, la infraestructura, la inversi¨®n en los cargamentos y los sicarios.
El Chapo se fue haciendo m¨¢s rico y poderoso con los a?os. El segundo cargo hasta el octavo son por conspirar para producir, importar y distribuir droga desde fuera de Estados Unidos para despu¨¦s venderla en ciudades como Los ?ngeles, Chicago o Nueva York. Uno de los decomisos m¨¢s importantes en la ciudad de los rascacielos se hizo muy cerca del tribunal donde se celebr¨® el juicio.
La Fiscal¨ªa present¨® su causa durante 11 semanas. Llam¨® al estrado a 56 testigos, 14 de ellos colaboradores bajo protecci¨®n. Dibujaron con su recuento el cuarto de siglo durante el que Joaqu¨ªn Guzm¨¢n lider¨® el cartel? -la defensa lo hizo en media hora y con un solo testimonio-. Concentraron la munici¨®n en el interrogatorio a los delatores. ¡°Algunas veces¡±, dijo el abogado Eduardo Balarezo, ¡°la mejor defensa es una buena ofensa¡±.
En lugar de planificar una extensa bater¨ªa de testigos con la que torpedear al todopoderoso Departamento de Justicia estadounidense, la estrategia de la defensa fue presentar a los testigos como criminales mentirosos que con sus confesiones pretend¨ªan reducir las condenas y proteger a sus familias. Tambi¨¦n pusieron en evidencia inconsistencias en el recuento que hicieron de su vida personal y el negocio.
Doce de los 14 testigos ten¨ªan acuerdos de colaboraci¨®n con la justicia, como los capos colombianos Juan Carlos Ram¨ªrez, alias Chupeta, y los hermanos Cifuentes. ¡°No les pedimos que tengan simpat¨ªa hacia ellos¡±, dijo la fiscal, ¡°solo que determinen si sus testimonios tienen sentido con las pruebas aportadas¡±. Once trabajaron o fueron socios del cartel bajo el liderazgo de El Chapo e Ismael Zambada.
Ya con Jes¨²s El Rey Zambada (hermano de El Mayo Zambada), el primer testigo estrella, qued¨® claro que Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n ten¨ªa poco que hacer. Los testimonios se apuntalaron a partir de la segunda mitad del juicio con cientos de llamadas interceptadas y mensajes del acusado con sus asociados. Fueron una ventana abierta a c¨®mo gestionaba la empresa criminal. Con sus propias palabras se mostr¨® a s¨ª mismo como el patr¨®n.
Comunicaciones encriptadas
Una prueba crucial para demostrar que estuvo al mando fue que ordenara crear un sofisticado sistema de comunicaciones encriptadas con sus asociados para proteger el negocio. Y, por supuesto, el recurso a la violencia. ¡°Como jefe¡±, dijo Goldbarg, ¡°decid¨ªa qui¨¦n viv¨ªa y qui¨¦n mor¨ªa¡±. Tampoco le import¨®, afirm¨®, ¡°mancharse las manos de sangre¡± ejecutando a quien representara una amenaza.
El noveno cargo se refer¨ªa al uso de armas de fuego para proteger la empresa criminal. No solo le gustaba lucir en la cintura su pistola con empu?adura de diamantes incrustados. Durante el juicio qued¨® demostrado que se hizo con armamento de todo tipo ¡ªrifles autom¨¢ticos, lanzagranadas¡ª para que sus sicarios y su personal de seguridad pudieran cometer los cr¨ªmenes que les ordenaba.
Aunque se trataba de un juicio por narcotr¨¢fico, los cooperadores describieron c¨®mo la corrupci¨®n empap¨® todos los niveles del Gobierno en M¨¦xico. La defensa argument¨® que se trata de una trama y denunci¨® una conspiraci¨®n entre las autoridades mexicanas y el Gobierno de EE UU para que El Mayo Zambada siga campando a sus anchas tras medio siglo liderando el cartel mientras les paga sobornos.
Aparte de los testimonios, no se presentaron evidencias que lo demostraran. Incluso si era cierto, como dijo Cogan al inicio del juicio, eso no exim¨ªa a El Chapo de los cargos que se le imputaban. La defensa trat¨® tambi¨¦n de hacer ver al jurado que El Mayo sac¨® tajada del mito que supuestamente se fabric¨® en torno a su socio, lo que le permiti¨® dirigir en la sombra la empresa criminal y preservar su poder.
El testimonio de los testigos cooperadores no entr¨® en cuestiones pol¨ªticas, pero puso en evidencia que la construcci¨®n del muro con M¨¦xico no sirve para frenar el tr¨¢fico de droga. La coca¨ªna cruzaba la frontera escondida en compartimentos secretos en coches de particulares con permiso de trabajo, camiones dedicados al transporte de alimentos, trenes cisterna, yates y pesqueros.
Y el efectivo obtenido por las ventas de la droga en Nueva York o Chicago regresaba a M¨¦xico de la misma manera. El cartel tambi¨¦n utiliz¨® al principio sofisticados t¨²neles que conectaban casas particulares a ambos lados de la frontera, incluido uno construido muy cerca de la oficina de la patrulla fronteriza en Arizona. Era la manera m¨¢s r¨¢pida, cuando El Chapo empez¨® a emerger como el gran l¨ªder.
Guzm¨¢n Loera us¨® as¨ª todos los m¨¦todos posibles para que la droga llegara en la mayor cantidad posible a EE UU. El tr¨¢fico de estupefacientes le gener¨® retornos multimillonarios. El d¨¦cimo cargo del que fue declarado culpable se refer¨ªa al del blanqueo de dinero, por un valor cercano a los 14.000 millones de d¨®lares. Lo hizo a la vez para promocionar el negocio y tratar de encubrirlo.
El Chapo us¨® as¨ª todos los m¨¦todos posibles para que la droga llegara en la mayor cantidad posible a los EE UU. El tr¨¢fico de estupefacientes le gener¨® retornos multimillonarios.?
Guzm¨¢n, como demostr¨® la acusaci¨®n, sab¨ªa que el dinero proven¨ªa de la droga y lo reinvirti¨® para mantener engrasado todo el operativo. Para ocultar la fuente, adquiri¨® propiedades bajo nombres falsos y empresas tapadera. El Chapo, concluy¨® la Fiscal¨ªa, dise?¨® y ejecut¨® as¨ª un plan para dominar el mundo de la droga. Ahora, 12 ciudadanos de Brooklyn han decidido que debe pagar por sus cr¨ªmenes.
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