Las argelinas dan un paso al frente en la lucha contra el r¨¦gimen de Buteflika
Varias feministas piden que la protesta de hoy contra la quinta candidatura del presidente reclame la igualdad de g¨¦nero
Mucha de la gente que participa en las manifestaciones de Argelia contra la candidatura del presidente Abdelaziz Buteflika para optar a un quinto mandato en las elecciones de abril est¨¢ convencida de que ha gestado una revoluci¨®n. Una revoluci¨®n que super¨® su primera prueba de fuego el viernes 22 de febrero con decenas de miles de personas en las calles, la mayor¨ªa hombres. La segunda lleg¨® el viernes 28 de febrero, cuando cientos de miles de personas de ambos sexos volvieron a desafiar al r¨¦gimen. Y la tercera prueba llegar¨¢ este 8 de marzo, durante el D¨ªa Internacional de la Mujer.
La joven cineasta Sofia Djama, cuya pel¨ªcula Les Bienheureux ha recibido diversos premios internacionales y excelentes cr¨ªticas desde que se estren¨® en 2017, explica: ¡°Hemos salido a la calle y estamos sonriendo por primera vez en muchos a?os. Hay hombres, mujeres con velo, sin velos¡ Ten¨ªamos una sociedad depresiva, cansada. Y el 22 de febrero hemos salido de nuestra depresi¨®n. Es muy importante que este viernes haya ca¨ªdo en 8 de marzo¡±.
Varias feministas, entre las que se encuentra la abogada y escritora argelina Wassyla Tamzali, de 78 a?os, han hecho un llamamiento para que la marcha se convoque por la igualdad y la libertad. ¡°Sin igualdad no hay libertad¡±, afirma. ¡°Es preciso que las j¨®venes reclamen, al mismo tiempo que la democracia, el derecho a la igualdad en el divorcio, a la herencia, a libertad sexual¡ Mi generaci¨®n no crey¨® que era posible la igualdad¡±.
La veterana militante recuerda que el fil¨®sofo Alain Badiou ha escrito que para que florezca una revoluci¨®n hace falta una plaza. ¡°La plaza ya la hemos encontrado; es la calle Didouche, que atraviesa todo el centro de Argel. Es el ¨²nico lugar espacioso donde las familias pueden manifestarse tranquilas. Porque la topograf¨ªa de la ciudad hace que haya calles demasiado estrechas, donde es f¨¢cil entrar en p¨¢nico, tanto para los manifestantes como para la polic¨ªa. La plaza ya la tenemos y las mujeres han venido. Y cuando vienen las mujeres", concluye Badiou, "comienza la revoluci¨®n¡±
Como tanta gente estos d¨ªas en Argelia, Tamzali se dice sorprendida por la madurez de los ciudadanos, por ¡°el coraje de los chicos y chicas¡±. Pero no quiere que suceda lo mismo que ocurri¨® tras la independencia, en 1962. ¡°Cuando a los revolucionarios argelinos de los a?os sesenta se les dec¨ªa que hab¨ªa que hablar de la igualdad de mujeres y hombres, para ellos era evidente. Sin embargo, despu¨¦s no dejaban ninguna evidencia sobre esa igualdad. Ahora que estamos viviendo un momento de poes¨ªa fraternal es dif¨ªcil de imaginar que en cuanto esta fiesta se acabe olvidaremos a las mujeres como se hizo hasta ahora¡±.
La periodista radiof¨®nica Souhila Benali, de 47 a?os, recuerda desde Argel que cada 8 de marzo el r¨¦gimen intentaba instrumentalizar la jornada. ¡°Se sol¨ªa rendir homenaje a las mujeres en los salones del gran hotel Aurassi. Pero este viernes, por primera vez en 20 a?os, las mujeres estar¨¢n en la calle¡±.
El r¨¦gimen argelino ha usado en numerosas ocasiones la ret¨®rica feminista. El 8 de marzo de 2015, Munia Meslem, ministra de la Solidaridad, la Familia y la Condici¨®n de la Mujer ley¨® una carta en nombre de Buteflika -quien no pronuncia ning¨²n discurso desde hace siete a?os- en la que el presidente promet¨ªa: ¡°Hay que sacar a la mujer de su condici¨®n de menor¡±. Y promet¨ªa reformar el c¨®digo de la familia para incorporar, entre otras cuestiones, el divorcio a iniciativa de la esposa.
"Una estrategia para meter miedo"
¡°Las mujeres combatieron en el maquis durante la guerra de la independencia¡±, recuerda Wassyla Tamzali. ¡°Pero ellos llegaron al poder y se olvidaron de ellas. Despu¨¦s, tras la guerra con los islamistas en los noventa, ellos cogieron el poder en nombre de los derechos de las mujeres. ?Y qu¨¦ hicieron? Nada. Hablan de libertades, pero despu¨¦s asumen la sharia, la ley isl¨¢mica. El art¨ªculo primero de la nueva Constituci¨®n tiene que decir que todos los seres somos iguales en derechos y libertades, sin ninguna restricci¨®n. El islam debe adaptarse a eso. Y no al rev¨¦s¡±.
El r¨¦gimen apoy¨® tambi¨¦n a la Uni¨®n Nacional de Mujeres Argelinas (UNFA, por sus siglas en franc¨¦s) que, a su vez, siempre apoy¨® a Buteflika hasta en su quinta candidatura. ¡°Esa organizaci¨®n no tiene ninguna legitimidad para hablar de feminismo, ha traicionado a las mujeres igual que el FLN (Frente de Liberaci¨®n Nacional, el partido que gobierna el pa¨ªs desde su independencia) traicion¨® a la democracia. ?Qui¨¦n los va a creer?¡±, pregunta Tamzali.
Si hay algo que irrite a muchos de los manifestantes es cuando alguien, ya sea compatriota argelino o extranjero, afirma que los islamistas est¨¢n al acecho y ellos recoger¨¢n el fruto de estas protestas. ¡°Eso es solo una estrategia del Ej¨¦rcito para meter miedo a la gente¡±, indica Tamzali. La periodista Benali agrega que el islamismo pol¨ªtico no tiene ning¨²n anclaje en Argelia. ¡°Los argelinos aspiran a la libertad, la democracia y la dignidad. Lo que nos ha llevado al declive y ha causado el desorden no es el islamismo ni el radicalismo. Es la corrupci¨®n, el derroche y la incompetencia de nuestros gobernantes¡±.
En las calles se han visto mujeres de todas las edades y clases sociales en un pa¨ªs donde el 45% de la poblaci¨®n es menor de 25 a?os. La ¨²ltima mujer c¨¦lebre en incorporarse al llamamiento ha sido la antigua combatiente de la guerra por la independencia Zohra Drif Bitat, de 85 a?os: ¡°Rechazo que mi pa¨ªs est¨¦ sometido a un poder paralelo, oculto, ilegal e ileg¨ªtimo¡±, anunci¨® en un comunicado difundido este martes. ¡°Marchemos numerosos y numerosas el 8 de marzo¡±, areng¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.