Trudeau se disculpa ante el pueblo Inuit por el trato que se les dio a los enfermos de tuberculosis
Entre los a?os 40 y 60, numerosos ind¨ªgenas fueron obligados a abandonar sus comunidades para ser tratados de esta enfermedad. Muchos fallecieron sin que sus familiares recibieran informaci¨®n alguna sobre su suerte
Justin Trudeau se dio este viernes un respiro en Iqaluit, la principal poblaci¨®n del ?rtico canadiense, tras las semanas de crisis que ha sufrido su Gobierno por el caso SNC-Lavalin, en el que el primer ministro y algunos colaboradores han sido acusados de interferir en una investigaci¨®n judicial a una constructora. Trudeau viaj¨® a esta zona del norte del pa¨ªs para disculparse oficialmente ante miembros del pueblo Inuit por la forma en que la Administraci¨®n gestion¨® una epidemia de tuberculosis entre los a?os 40 y 60. ¡°Fueron a?os de aislamiento, confusi¨®n y dolor. Desgraciadamente, la pol¨ªtica gubernamental perniciosa hacia la epidemia de tuberculosis forma parte de una larga historia de colonialismo destructivo¡±, asegur¨® Trudeau en un acto en el que en algunos momentos se vio rebasado por la emoci¨®n.
En esas d¨¦cadas, miles de enfermos del pueblo Inuit fueron obligados a abandonar sus comunidades ¡ªpor medio de trenes, aviones y barcos¡ª para recibir tratamiento. Muchas de estas personas fallecieron en el trayecto o en hospitales canadienses, sin que sus familiares recibieran informaci¨®n alguna sobre su suerte. ¡°Familias separadas para siempre, vidas rotas que nunca fueron reparadas. Estos son errores que jam¨¢s podremos borrar. Y Canad¨¢ debe portar esta culpa y esta verg¨¹enza¡±, expres¨® Trudeau.
El primer ministro indic¨® que las disculpas no son el ¨²nico paso que se requiere dar. Al final de su discurso, anunci¨® que el Gobierno federal destinar¨¢ 27 millones de d¨®lares canadienses (unos 20 millones de d¨®lares estadounidenses) para poner en marcha un programa que permita a los Inuits saber qu¨¦ pas¨® con sus familiares durante la epidemia. Trudeau tambi¨¦n mencion¨® distintos problemas a los que se enfrenta este pueblo desde hace tiempo. Por ejemplo, se refiri¨® a las dificultades que tienen para acceder a la sanidad y a la falta de seguridad alimentaria y de viviendas dignas. En este sentido, prometi¨® una inversi¨®n de 640 millones de d¨®lares canadienses en distintas ¨¢reas, dentro de un plan elaborado por los l¨ªderes de estas comunidades.
Las disculpas de Trudeau de este viernes no son las primeras que ofrece a pueblos originarios canadienses. En diciembre de 2015 y en noviembre de 2017, el primer ministro pidi¨® perd¨®n por el trato que unos 150.000 menores de origen ind¨ªgena recibieron entre 1883 y 1996 en internados federales. Los castigos f¨ªsicos, el racismo y los abusos sexuales no fueron hechos aislados en algunos centros del pa¨ªs.
Desde que lleg¨® al poder, Trudeau ha se?alado que buscar¨¢ la reconciliaci¨®n entre las comunidades ind¨ªgenas y el resto de los canadienses. No obstante, el caso SNC-Lavalin ha afectado adem¨¢s de a su imagen, a su relaci¨®n con los pueblos originarios. Varios l¨ªderes de estas comunidades han criticado las supuestas presiones que Trudeau y algunos de sus colaboradores realizaron a la que fuera fiscal general Jody Wilson-Raybould para que una constructora no se enfrentara a un juicio por haber sobornado a Saadi Gadafi y otros altos cargos del antiguo r¨¦gimen libio.?Tambi¨¦n han mostrado su indignaci¨®n porque?Wilson-Raybould fuese cesada como ministra de Justicia y fiscal general ¡ªpas¨® al Ministerio para Veteranos de Guerra, pero present¨® su renuncia pocas semanas despu¨¦s¡ª. La ahora ex fiscal fue la primera persona de origen ind¨ªgena en ocupar cargos de tan alta importancia en la historia canadiense.
El caso SNC-Lavalin tambi¨¦n ha afectado a Trudeau en otro de sus principales bastiones. El primer ministro ha gozado durante varios a?os de una s¨®lida reputaci¨®n como defensor de la lucha feminista. Sin embargo, miembros de la oposici¨®n, periodistas y usuarios de redes sociales han criticado la incongruencia de esta imagen con la forma en que supuestamente presion¨® a Wilson-Raybould. Tras la ola de comentarios negativos, Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores, sali¨® el martes pasado en su defensa: ¡°Estoy plenamente convencida de que el primer ministro es un feminista. Siempre me ha parecido un excelente jefe para las mujeres¡±.
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