Buteflika vuelve a una Argelia alzada en protestas contra su r¨¦gimen
El presidente octogenario mantiene su candidatura para un quinto mandato, tras pasar dos semanas hospitalizado en Ginebra
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, de 82 a?os, regres¨® este domingo a Argel en avi¨®n oficial tras pasar dos semanas ingresado en el Hospital Universitario de Ginebra, donde se someti¨® a lo que un comunicado oficial calific¨® de ¡°control m¨¦dico rutinario¡±. Al mandatario le aguardaba un pa¨ªs en huelga general y con miles de estudiantes en las calles reclamando que retire su candidatura para las presidenciales del 18 de abril.
Une vid¨¦o tourn¨¦e par des Alg¨¦riens ¨¤ la sortie des HUG montre six limousines quittant l¡¯h?pital et pr¨¦sent¨¦es comme le convoi du chef de l¡¯?tat.
— TSA Alg¨¦rie (@TSAlgerie) March 10, 2019
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En los foros pol¨ªticos opositores y en las redes sociales muchos argelinos dan por hecho que el r¨¦gimen retirar¨¢ la candidatura de Buteflika y se debate c¨®mo ha de ser la nueva Constituci¨®n y c¨®mo se ha de pilotar la transici¨®n. As¨ª, Soufiane Djilali, coordinador del movimiento Mouwatana (Ciudadan¨ªa) apela por una ¡°continuidad de Estado¡±, mediante el nombramiento de un presidente de la rep¨²blica provisional o un comit¨¦ tambi¨¦n provisional. En Facebook circula una lista con el nombre de seis posibles personalidades que podr¨ªan integrar ese comit¨¦. La mayor inquietud entre estos usuarios que debaten sobre la transici¨®n es que el pa¨ªs quede en manos de los militares.
Otros usuarios de las redes temen que el r¨¦gimen intentar¨¢ hasta el ¨²ltimo momento mantener a Buteflika. El periodista Mohamed Sifaoui, por ejemplo, cree que ¡°el clan presidencial¡± intentar¨¢ calmar a la calle con una simple reforma de ministerios. Hasta ahora, el r¨¦gimen ha evitado el uso masivo de la fuerza. Pero mantiene la candidatura de un hombre que no habla en p¨²blico desde hace siete a?os y apenas recibe a ning¨²n mandatario extranjero.
El viernes 8 de marzo se registraron en Argelia, por tercer viernes consecutivo, las mayores protestas contra Buteflika, con cientos de miles de personas, tal vez millones, en las calles de las principales ciudades. La opini¨®n m¨¢s extendida es que se trata de las mayores movilizaciones desde la independencia del pa¨ªs, en 1962.
La ¨²nica respuesta indirecta que ofreci¨® el r¨¦gimen ante esa demostraci¨®n de fuerza pac¨ªfica lleg¨® por mediaci¨®n del ministro de educaci¨®n, Tahar Hadjar, y solo ha servido para incrementar la rabia entre los j¨®venes manifestantes. Hadjar decret¨® vacaciones forzosas en todas las universidades a partir del domingo, d¨ªa laborable en Argel. De la noche a la ma?ana, el ministro adelantaba en 10 d¨ªas las vacaciones de primavera, que iban a ser de dos semanas y las prolongaba casi otras dos semanas m¨¢s. Muchos universitarios interpretaron que el ministro solo pretende desactivar a los estudiantes, parte esencial de las protestas. As¨ª que el domingo, miles de alumnos se manifestaron en varias ciudades y anunciaron nuevas marchas para este martes.
Tras las vacaciones forzosas decretadas por el ministro en las redes sociales tom¨® cuerpo la convocatoria an¨®nima de una huelga general contra la candidatura de Buteflika. No obstante, las opiniones sobre la conveniencia de adoptar esa medida no eran un¨¢nimes. Gente como el carism¨¢tico abogado Mustafa Bouchachi, antiguo presidente de la Liga Argelina de Defensa de Derechos del Hombre y uno de los m¨¢s c¨¦lebres opositores al quinto mandato, declar¨® que la huelga puede dividir a quienes se manifiestan contra Buteflika y no sirve para nada. El abogado Mustafa Bouchachi aparece ante muchos internautas como un personaje clave para integrar un hipot¨¦tico comit¨¦ de sabios que gestione la transici¨®n.
El seguimiento de los paros no fue arrollador, al contrario de lo que sucedi¨® con las manifestaciones de los tres ¨²ltimos viernes, cuyo ¨¦xito fue indiscutible. En Argel, seg¨²n inform¨® la agencia France Presse, no operaban los transportes p¨²blicos, ning¨²n tren, ni metro, ni tranv¨ªas ni buses. Igualmente, buena parte de los negocios del centro de la capital permanecieron cerrados. En otras ciudades como Or¨¢n, Constantina y Anaba, el seguimiento fue desigual y muchos locales permanecieron abiertos.
Con huelga o sin huelga, el panorama en Argelia ha cambiado mucho desde que Buteflika parti¨® hacia Ginebra el 24 de febrero. Dos d¨ªas antes, decenas de miles de personas ya hab¨ªan roto el muro del miedo pidiendo en las calles la retirada de su candidatura. Pero desde entonces, la contestaci¨®n no ha hecho m¨¢s que aumentar. Y eso, a pesar de las llamadas al orden del propio Buteflika (se han le¨ªdo dos cartas en su nombre durante su ausencia) y del jefe del Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah.
El r¨¦gimen ha mostrado en la ¨²ltima semana sus primeras se?ales de fisuras. Asociaciones de un gran poder simb¨®lico, como la Organizaci¨®n Nacional de Mujaidines (ONM), antiguos combatientes de la guerra de la independencia, han alabado en la ¨²ltima semana el comportamiento civilizado de los manifestantes.
Incluso Gaid Salah ha cambiado el tono de su discurso durante las dos semanas que Buteflika estuvo en Ginebra. Ha pasado de alertar contra quienes quieren llevar al pa¨ªs a los a?os del dolor a declarar este domingo en un discurso que ¡°la Armada y el pueblo tienen la misma visi¨®n respecto al futuro¡±. ?Significa eso que el general, el gran sost¨¦n de Buteflika, asume ya que Buteflika no podr¨¢ seguir como presidente? Es muy pronto para saberlo. Lo que s¨ª es seguro es que por primera vez desde que empezaron las movilizaciones, Gaid Salah no mencion¨® este domingo que el Ej¨¦rcito ser¨ªa el garante de las presidenciales del 18 de abril. Los manifestantes que salieron a las calles no creen en esas elecciones porque est¨¢n seguros de que, como en las cuatro ocasiones precedentes, las ganar¨ªa Buteflika con el acostumbrado 85% de los votos.
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