¡°Se est¨¢ afectando la esencia de los acuerdos. El resultado puede ser desastroso¡±
El negociador de paz del Gobierno colombiano lanza su testimonio en ¡®Revelaciones al final de una guerra¡¯


Desde que termin¨® su fallida campa?a presidencial, en mayo pasado, Humberto de la Calle (Manzanares, Caldas, 1946) no tiene un cargo formal. Sin embargo, sigue muy presente en el debate p¨²blico de Colombia. Al septuagenario jefe negociador del Gobierno de Juan Manuel Santos en los di¨¢logos con las FARC ¡ªhoy desarmadas y convertidas en partido pol¨ªtico¡ª no le hace falta embellecer su curr¨ªculo de estadista. Fue protagonista de la Constituyente de 1991, vicepresidente a mediados de esa d¨¦cada, diplom¨¢tico y dirigi¨® un bufete de abogados antes de dedicar m¨¢s de cuatro a?os a sellar el acuerdo de paz que busca pasar la p¨¢gina de una guerra de m¨¢s de medio siglo.
De la Calle lanz¨® ¡®Revelaciones al final de una guerra¡¯, su testimonio sobre las negociaciones de La Habana, la misma semana en que el presidente Iv¨¢n Duque objet¨® ¨Cel domingo pasado¨C la ley que reglamenta la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), considerada la columna vertebral del pacto firmado a finales de 2016. Una decisi¨®n sobre la cual no oculta su preocupaci¨®n, pues considera que ¡°afecta la esencia de los acuerdos¡±.
Pregunta. Usted declara en la primera l¨ªnea del libro que la suya es una narraci¨®n ¡°absolutamente veraz¡±. ?Las mentiras han envenenado el debate p¨²blico alrededor del acuerdo de paz en Colombia?
Respuesta. Sin duda ninguna. Es realmente alucinante lo que pasa en t¨¦rminos de informaci¨®n. Yo sostengo que el libro es veraz en cuanto a que es la narraci¨®n de lo que yo viv¨ª contado de manera genuina, con luces y sombras. Siempre entend¨ª incluso que podr¨ªa generar alg¨²n tipo de discusi¨®n. Es posible que otras personas tengan un ¨¢ngulo distinto. No es un panfleto, no es un documento propagand¨ªstico, lo que hice fue cumplir con el deber de dejar un registro hist¨®rico.
P. ?C¨®mo definir¨ªa el momento que atraviesa Colombia?
R. Muy dif¨ªcil, realmente muy preocupante, y sin exageraci¨®n. Ni de lejos insinuar¨ªa que el presidente Duque es un dictador o algo parecido, pero me parece que quiz¨¢s de manera inconsciente los colombianos no estamos viendo la gravedad de lo que ha ocurrido en relaci¨®n con las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz.
P. El tema es un poco t¨¦cnico
R. Es dif¨ªcil que le gente entienda lo que est¨¢ pasando. Pero tratemos de hacerlo de manera pedag¨®gica. Sale una ley, la examina la Corte Constitucional, la corte encuentra que es constitucional con algunas excepciones y termina el proceso de revisi¨®n constitucional. Lo que ha hecho el Presidente de la Rep¨²blica es manifestar objeciones aparentemente contra la ley, pero son objeciones contra la sentencia de la corte. En una democracia uno puede estar en desacuerdo con las sentencias, pero aqu¨ª estamos en los confines del Estado de derecho, porque lo que est¨¢ ocurriendo con estas objeciones, disfrazadas de inconveniencia, es que se est¨¢ poniendo en jaque la condici¨®n de ¨®rgano de cierre constitucional de la Corte Constitucional. Es un paso muy arriesgado. Este es un antecedente que conduce a Colombia por un camino muy distinto a lo que ha sido su tradici¨®n democr¨¢tica.
P. El excomisionado de paz Sergio Jaramillo, el otro arquitecto de la negociaci¨®n, ha dicho que Duque est¨¢ entregando su Gobierno al sector extremista del Centro Democr¨¢tico
R. Yo me imagino que el presidente Duque, a quien conoc¨ª desde hace d¨¦cadas, y siempre he tenido la idea de que es realmente un dem¨®crata, ha tenido que enfrentar una realidad que es que al interior de su partido hay sectores extremadamente radicales. Y manejar esos halcones puede haberle significado un verdadero dolor de cabeza. Es probable que esa tesis sea cierta, por una raz¨®n: en el mes de febrero del a?o 2019 el presidente Duque declar¨® que no iba a objetar la ley estatutaria porque no pod¨ªa hacerlo, y porque no pod¨ªa enfrentar a la Corte Constitucional. Qu¨¦ ocurri¨® de ese momento hasta ahora es una pregunta vigente, importante, y es posible que se inscriba en esa situaci¨®n interna del Gobierno.
P. El presidente ha dicho que se propone superar la polarizaci¨®n y no piensa ¡°hacer trizas¡± los acuerdos de paz. ?En qu¨¦ queda esa narrativa? ?Colombia regresa a los tiempos del plebiscito de 2016?
R. En el fondo hay una resurrecci¨®n de la confrontaci¨®n del plebiscito. La democracia se basa en la confrontaci¨®n, ese realmente no es el problema. Pero vuelvo al argumento anterior: Este es un acto dirigido a anular una sentencia de la Corte Constitucional. Se anuncian tambi¨¦n reformas constitucionales que van directamente en contra del coraz¨®n del acuerdo. La JEP convoca a todos los responsables. Lo que se quiere es sustraer a los militares que desviaron el cumplimiento de sus funciones, y me parece que eso rompe la arquitectura b¨¢sica de una justicia transicional. Si aqu¨ª hay un tratamiento diferenciado, y separado por completo, no solo se coloca en riesgo la situaci¨®n de los militares, sino que se rompe la continencia y la armon¨ªa de una soluci¨®n que tiene como prop¨®sito dejar atr¨¢s el conflicto. Si hay un tratamiento separado para los militares, all¨ª va a quedar una semilla que puede ser fuente de nueva violencia.
"Es un acto dirigido a anular una sentencia de la Corte Constitucional"
P. Para sacarlo del lenguaje t¨¦cnico, ?esto hace trizas los acuerdos?
R. En este momento me parece que s¨ª se est¨¢ afectando la esencia de los acuerdos, para que nos entendamos. En el plano de los desarrollos legislativos, en el plano del funcionamiento de la JEP y en las iniciativas de reformar el coraz¨®n del acuerdo, me parece que en efecto el resultado puede ser desastroso.
P. A¨²n hay sectores que niegan la existencia de un conflicto armado.
R. Negar la existencia del conflicto tiene consecuencias jur¨ªdicas enormes, termina afectando a los militares por las operaciones que implicaron el bombardeo y el uso deliberado de la fuerza. Si no hay conflicto, no hay Derecho Internacional Humanitario, y por lo tanto no puede haber un uso militar de la fuerza. Lo que protege a los militares que desviaron el cumplimiento de su deber es la sombrilla de un acuerdo de fin de un conflicto.
P. El libro concluye con ese momento en que cerrar la renegociaci¨®n, tras el triunfo del no en el plebiscito, era imperativo
R. Cuando estaban reunidos en Rionegro el presidente Santos y el expresidente Uribe, y recibo la llamada del presidente Santos con la idea propuesta por el doctor Uribe de que suspendi¨¦ramos las conversaciones nuevamente para regresar a un ¨²ltimo esfuerzo de conciliaci¨®n, era un momento cr¨ªtico. Particularmente en el tema de la participaci¨®n pol¨ªtica de la guerrilla, que adem¨¢s nosotros compart¨ªamos, porque siempre entendimos que un acuerdo de paz tiene como prop¨®sito dejar las armas e ingresar a la pol¨ªtica civil. Yo tuve la percepci¨®n absoluta de que pod¨ªa significar un rompimiento. As¨ª se lo transmit¨ª al presidente Santos, y esa fue la raz¨®n por la cual cerramos las conversaciones y logramos el acuerdo.
P. ?Va a salir a las marchas convocadas en defensa de la JEP el pr¨®ximo lunes?
R. Voy a tratar de hacerlo.
P. Actualmente escribe columnas, pero no tiene formalmente un cargo. ?C¨®mo se definir¨ªa hoy?
R. Yo quiero sintonizarme con tantos colombianos que est¨¢n en la situaci¨®n m¨ªa. Me defino como un desempleado.
¡°El acuerdo no hubiera sido posible sin Venezuela¡±
P. Usted cuenta que la muerte de Hugo Ch¨¢vez gener¨® una par¨¢lisis en la mesa de di¨¢logo. ?El acuerdo no hubiera sido posible sin Venezuela?
R. Estoy seguro de eso. Muy duras cr¨ªticas vinieron contra el presidente Santos cuando dijo que Ch¨¢vez era su nuevo mejor amigo, y entonces se trat¨® de fabricar la idea del llamado castrochavismo, que nosotros ¨¦ramos una especie de caballo de Troya y que nuestra verdadera sensibilidad pol¨ªtica era el socialismo del siglo XXI. Una cosa realmente alucinante, y que incluso me parec¨ªa m¨¢s bien jocosa. Pero en efecto, eso fue creciendo sin entender que la necesidad estrat¨¦gica del presidente Santos de impulsar la mesa pasaba por Venezuela. Por una sencilla raz¨®n, las FARC para dar siquiera el primer paso necesitaban una m¨ªnima confianza. Y esa confianza necesitaba un elemento pol¨ªtico que lo jugaba Ch¨¢vez. Sin Venezuela no hubi¨¦ramos siquiera comenzado las conversaciones. Era una necesidad t¨¢ctica para obtener un resultado, que era un acuerdo de paz.
P. ?C¨®mo lidiar hoy con Venezuela?
R. Yo, desde la campa?a presidencial incluso, sostuve que hab¨ªa que apoyar a Duque en el prop¨®sito de restablecer la democracia en Venezuela. El r¨¦gimen de Maduro no solo est¨¢ violando los derechos esenciales del pueblo venezolano, sino que genera inestabilidad en la regi¨®n. A Colombia y a la regi¨®n les conviene un cambio en Venezuela, y ese es un prop¨®sito correcto. Mi cr¨ªtica no va en esa direcci¨®n, sino en que el hiperactivismo del doctor Duque, que se ha convertido en el l¨ªder continental de esta tarea, tiene el enorme riesgo de que compartimos una frontera com¨²n de 2.200 kil¨®metros, absolutamente porosa. Entonces siempre sostuve que Colombia deb¨ªa estar, en t¨¦rminos cicl¨ªsticos, en el pelot¨®n puntero, de la mano de la comunidad internacional, pero que ese papel del que rompe el viento no lo deb¨ªa desempe?ar el presidente de Colombia en vista de la enorme vulnerabilidad de nuestra frontera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma

M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Humberto de la Calle
- Iv¨¢n Duque
- Proceso paz Colombia
- Colombia
- Conflicto Colombia
- Proceso paz
- Gobierno Colombia
- FARC
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Gobierno
- Grupos terroristas
- Guerrillas
- Am¨¦rica
- Terrorismo
- Guerra
- Administraci¨®n Estado
- Conflictos armados
- Conflictos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Redacci¨®n Colombia
- Edici¨®n Am¨¦rica