Brexit, la telenovela ¡®british¡¯
Si el Brexit fuera una telenovela, ser¨ªa de aquellas tan poco cre¨ªbles, que llegan a ser divertidas
Si usted siente perplejidad al leer las ¨²ltimas noticias sobre la pol¨ªtica brit¨¢nica y francamente ya no entiende en qu¨¦ va la salida de la Uni¨®n Europea, sepa, por favor, que el sentimiento es compartido.
Para comprender la l¨®gica de los ¨²ltimos acontecimientos, los brit¨¢nicos mejor informados tienen problemas. La frustraci¨®n ante el casi nulo progreso del debate es tal, que hemos visto una Jefa de Gobierno humillada en sucesivas e hist¨®ricas derrotas, pero todav¨ªa encabezando lo que solamente puede describirse como un Gobierno zombi; a sus propios ministros, amenazando p¨²blicamente con renunciar en masa; a miembros de la C¨¢mara de los Comunes, haciendo intervenciones p¨²blicas sin disimular su ira o sus l¨¢grimas, dejando la compostura de lado; a periodistas que, cansados de vaguedades, encaran a sus entrevistados pol¨ªticos pregunt¨¢ndoles si acaso no les averg¨¹enza que el pa¨ªs sea material de burla global y no tener un plan para salir del atolladero; y al fiscal general del pa¨ªs, soltando improperios en redes sociales para aludir al mal uso pol¨ªtico dado a sus informes. The Times titula ¡®Llevados a la desesperaci¨®n¡¯. The Economist muestra en su portada una sola palabra: ¡®**UK¡¯.
En todas las mediciones econ¨®micas, incluyendo cifras del propio Gobierno, el Brexit como pol¨ªtica p¨²blica tendr¨¢ efectos econ¨®micos negativos ¡ªcatastr¨®ficos, en ciertos escenarios¡ª para el Reino Unido. La certeza de tales efectos hace que la ejecuci¨®n de esta decisi¨®n popular divida los partidos: los dos bloques de siempre ya no operan, y el Gobierno conservador, por lo dem¨¢s, no tiene mayor¨ªa en el Parlamento. La polarizaci¨®n ha destruido al centro pol¨ªtico, antes ocupado por los liberales dem¨®cratas y donde hoy un nuevo peque?o grupo independiente pretende construir una alternativa. Adicionalmente, a¨²n si existiera un acuerdo de salida aprobado por el Parlamento, el pa¨ªs no se encuentra preparado en t¨¦rminos administrativos, legales y log¨ªsticos para la salida en la fecha fijada, por ley y los instrumentos internacionales, a fin de este mes. El empresariado local lo ha dicho desde hace mucho, y en tono grave, como quien advierte peligro de incendio: que la salida el 29 de marzo deb¨ªa evitarse a toda costa. Ahora que finalmente as¨ª lo ha acordado el Parlamento, los brit¨¢nicos deben esperar que sus todav¨ªa socios europeos den un s¨ª un¨¢nime a la extensi¨®n. ?Pero es realista pensar que tres meses solucionar¨¢n la profunda crisis pol¨ªtica gatillada por el Brexit? Probablemente no.
El verdadero problema del Brexit es, justamente, la falta de contacto con la realidad. Lo que cuenta es la emoci¨®n, h¨¢bilmente exacerbada por el populismo. Por la sensaci¨®n de que el causante de las injusticias del sistema es un agente externo: los vecinos, organizados en ese grupo del que hay que desligarse. Prima la nostalgia de una identidad dada por un imperio perdido, del que se conserva la pompa, el soft power que a¨²n construyen sus universidades y la difusa Commonwealth.
Mover el cerco desde la fantas¨ªa hacia la racionalidad, hacia la realidad m¨¢s humilde de un pa¨ªs de gran historia pero tama?o peque?o, cuya seguridad alimentaria ¡ªentre otros aspectos¡ª actualmente depende de esa uni¨®n de vecinos de la que tanto se desconf¨ªa es un trabajo dif¨ªcil, si no imposible. Porque no se puede cuadrar el c¨ªrculo: gozar las ventajas que brinda la pertenencia al grupo, y no querer pagar los costos de membres¨ªa; buscar amistad, al mismo tiempo que se insulta a los socios ocasionalmente; y saber que la nueva relaci¨®n que se negocia afectar¨¢ una situaci¨®n delicad¨ªsima, zanjada en acuerdos concluidos hace dos d¨¦cadas, en el borde que nos separar¨¢ del club, pero no preocuparse de tratar p¨²blicamente el tema hasta el ¨²ltimo minuto, ya cercanos al precipicio econ¨®mico.
Si el Brexit fuera una telenovela, ser¨ªa de aquellas tan poco cre¨ªbles, que llegan a ser divertidas. Pero esos culebrones tambi¨¦n desgastan. Tres a?os de estancamiento dram¨¢tico, giros descabellados, pasos en falso, y ninguna pausa entremedio, alivio para los personajes ni se?al de conclusi¨®n, es demasiado para actores y audiencias. Despu¨¦s de bastante da?o autoinflingido, la se?ora Breta?a debe resolver su conflicto interior para alcanzar un acuerdo con los vecinos y, as¨ª, cada parte puede seguir con su spin-off.
Ojal¨¢ luego veamos la escena donde firman la Paz.
Paz Z¨¢rate. Experta en Derecho Internacional.
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