L¨®pez Obrador y la plaga que no cesa

Se dijo ya casi todo sobre la petici¨®n de L¨®pez Obrador dirigida al Rey de Espa?a por los excesos de la conquista. Pero hay algo que qued¨® fuera. Me refiero a la omisi¨®n que un pol¨ªtico autodenominado de izquierdas como L¨®pez Obrador estar¨ªa haciendo, al abordar el asunto de la conquista, de cualquier tipo de menci¨®n a la categor¨ªa de clase socio-econ¨®mica. Se colige de la narrativa de L¨®pez Obrador que la categor¨ªa de ¡°naci¨®n¡± podr¨ªa explicar por s¨ª misma todo lo que tiene que ver con la conquista.

No consigo salir de mi asombro. ?Le parece de verdad a L¨®pez Obrador que todos los espa?oles, sin distinci¨®n de clase, de los siglos XVI en adelante se beneficiaron de la conquista? ?Acaso cree L¨®pez Obrador que el oro y otros recursos que los conquistadores se llevaban a Espa?a era repartido con arreglo al ideario socialista entre la gente de Espa?a? ?Sabe L¨®pez Obrador que, de ser verdad que todos los espa?oles se beneficiaron de la conquista por siglos, dif¨ªcilmente ¨¦l mismo existir¨ªa porque su abuelo c¨¢ntabro no hubiese tenido que irse a M¨¦xico a intentar ganarse la vida? ?Tiene conocimiento L¨®pez Obrador de que la inmensa mayor¨ªa dela gente que habitaba lo que a d¨ªa de hoy conocemos como Espa?a en los siglos de la conquista y la colonia viv¨ªa bajo el yugo, pol¨ªtico y econ¨®mico, de una monarqu¨ªa absoluta, al igual que les ocurri¨®, por mucho tiempo y exactamente bajo el mismo signo, a los que terminaron sometidos en Am¨¦rica Latina tras la conquista? ?C¨®mo es posible que un llamado presidente de izquierdas ni siquiera considere la posibilidad de que la categor¨ªa de clase social tenga igual o mayor poder explicativo que la categor¨ªa de naci¨®n?

No, no todos los espa?oles, ni siquiera una mayor¨ªa de ellos, se benefici¨® de la conquista. Mi abuela espa?ola era analfabeta, viv¨ªa en la miseria m¨¢s absoluta y nunca jam¨¢s sali¨® de Espa?a. Es muy probable que su abuela, y la abuela de su abuela, padecieran vidas iguales o peores. Y como ellas, hay millones de personas a lo largo de la historia de Espa?a que pasaron por este mundo sin ni siquiera oler los beneficios derivados de la conquista o de la colonizaci¨®n. ?Por qu¨¦ deber¨ªa el jefe de Estado de Espa?a a d¨ªa de hoy, o cualquier otro representante pol¨ªtico espa?ol, pedir disculpas en nombre de gente como mi abuela o la abuela de su abuela? ?De qu¨¦ ser¨ªan responsables ellas en relaci¨®n con M¨¦xico?

El presidente L¨®pez Obrador se apoya en la sin¨¦cdoque y en una t¨¢ctica cl¨¢sica de la derecha reaccionaria que consiste en apelar a las identidades nacionales invocando los mitos ¨C casi siempre agravios ¨C mediante los cuales se construye la naci¨®n y, as¨ª, ahogar un hecho que deber¨ªa llamar la atenci¨®n de cualquier persona de izquierdas, a saber, que los pobres de M¨¦xico y los pobres de Espa?a en realidad estuvieron y siempre estar¨¢n en el mismo bando. Por mi parte, no consigo deshacerme de una sospecha: de todo el legado cultural que M¨¦xico hered¨® de Espa?a, el de la enfermiza obsesi¨®n de los pol¨ªticos por la historia (y, sobre todo, por la historia mitificada) es, de largo, lo m¨¢s nefasto de aquel. Esa fijaci¨®n por hacer de la historia parte de la disputa pol¨ªtica es una plaga que no cesa, una aut¨¦ntica maldici¨®n b¨ªblica que los espa?oles ¨C y los europeos en general ¨C lanzamos al mundo y por la que, obviamente, deber¨ªamos disculparnos.