Paraguay celebra al pa¡¯i Oliva, el jesuita espa?ol que enfrent¨® a Alfredo Stroessner
El sacerdote, de 90 a?os, es un icono de la lucha por los m¨¢s pobres y los derechos sociales
El Senado de Paraguay rindi¨® homenaje este jueves por ¡°su invalorable aporte la sociedad paraguaya y latinoamericana¡± al jesuita espa?ol de 90 a?os Francisco de Paula Oliva, m¨¢s conocido en Asunci¨®n como Pa¡¯i, padrecito en guaran¨ª. El pa¡¯¨ª Oliva o Paco, como le dicen en su Sevilla natal o en Huelva, adonde regresa cada vez que puede para ver a sus familiares, es un emblema de la lucha cotidiana por la igualdad social en Paraguay. Oliva se hizo jesuita a los 18 a?os, en 1946, y en 1964 se instal¨® en Paraguay para trabajar como maestro. Se nacionaliz¨® paraguayo al a?o siguiente y un mes despu¨¦s fue expulsado por la dictadura de Alfredo Stroessner. La polic¨ªa lo detuvo, lo subi¨® a una lancha y lo llev¨® hasta el otro lado del r¨ªo, a territorio argentino. All¨ª se qued¨® nueve a?os, asistiendo en Buenos Aires a los migrantes paraguayos y bolivianos mientras era vigilado por la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito.
Por invitaci¨®n de la Iglesia anglicana, Oliva pudo viajar a Inglaterra justo cuando antes de que la dictadura argentina lo secuestrase. A ¨¦l no lo encontraron, pero dos de sus colaboradores desaparecieron. Su superior de entonces, con el que manten¨ªa constantes conversaciones, era el jesuita Jorge Bergoglio. Ambos volvieron a encontrarse en 2015, en Asunci¨®n, durante la visita de Bergoglio como Papa, y se abrazaron como viejos amigos.
Tras su paso por Argentina, Oliva vivi¨® en Ecuador y en Nicaragua. All¨ª estuvo siete a?os, en plena Revoluci¨®n Sandinista. De esa experiencia, el sacerdote dice que aprendi¨® lecciones que le servir¨ªan m¨¢s tarde a su regreso a Espa?a y Paraguay. Volvi¨® a Asunci¨®n en 1994, donde sigue guerreando con la palabra. El Senado destac¨® su trabajo en Paraguay en favor de¡± la formaci¨®n ¨¦tica de la juventud, la defensa de la democracia, los derechos humanos, la promoci¨®n de la libre expresi¨®n y el pensamiento cr¨ªtico¡±.
Adem¨¢s de escuchar diariamente su voz incansable en la radio Fe y Alegr¨ªa y leerle en su Facebook, Twitter o en su columna semanal en un peri¨®dico nacional, es posible encontrar a Oliva en casi cada manifestaci¨®n c¨ªvica en Asunci¨®n que apoye a las personas v¨ªctimas de injusticias o persecuciones pol¨ªticas. Suele vestirse con camisas blancas, usa gafas, sandalias, bast¨®n y mide casi 1,80. El pa¡¯i llega primero a las convocatorias y si no lleva una pancarta se sit¨²a siempre al frente, acompa?ado de colaboradores, monjas y otros sacerdotes, l¨ªderes sociales ind¨ªgenas y campesinos. Cuando el pa¡¯¨ª Oliva est¨¢ en las protestas encara a la polic¨ªa, a fiscales y a pol¨ªticos de todo tipo. Siempre respetuoso pero firme, siempre conciliador pero contundente.
¡°?Soy el pa¡¯i Oliva quiero hablar con el comisario!¡±, grit¨® d¨ªas atr¨¢s frente a la morgue de Asunci¨®n, a cent¨ªmetros de los escudos de la polic¨ªa que guardaban la entrada. El sacerdote acompa?aba a los manifestantes de una comunidad ind¨ªgena que ped¨ªan ver el cad¨¢ver de un familiar que hab¨ªa sido asesinado esa noche. No importa si es por la visita de un representante del FMI o para ayudar a una peque?a comunidad de un lugar remoto, el pa¡¯i Oliva llegar¨¢ en alg¨²n momento y los manifestantes se sentir¨¢n autom¨¢ticamente m¨¢s seguros. Despu¨¦s volver¨¢ a su casa austera en el Ba?ado Sur, uno de los barrios m¨¢s humildes de Asunci¨®n, donde trabaja cada d¨ªa en la parroquia y en la calle formando y educando en uno de sus proyectos m¨¢s emblem¨¢ticos, el Parlamento Joven.
¡°No dar pescado, ense?ar a pescar, y claro, cuando llegan al r¨ªo est¨¢ privatizado'. Esa es una de las frases m¨¢s celebres del pa¡¯i Oliva porque resume su concepto sobre la lucha social, donde todos tengamos acceso al bienestar. ?l defiende el apostolado desde lo social y ah¨ª entramos todos¡±, dice Mariluz Mart¨ªn, qui¨¦n lo conoci¨® en Huelva hace 30 a?os y convivi¨® con ¨¦l un a?o en Asunci¨®n.
¡°?No quiero presos pol¨ªticos en el Paraguay! ?Defiendo la soberan¨ªa de la tierra del agua, de la energ¨ªa el¨¦ctrica, de la alimentaci¨®n! El Paraguay necesita uni¨®n. Yo estoy empe?ado en el Paraguay, el pa¨ªs que eleg¨ª como patria, no se hunda¡±, les dijo a los senadores durante su homenaje. El pa¡¯i Oliva describe su trabajo como ¡°la gota de agua que cae sobre la piedra y que al final la rompe¡±. ¡°Acept¨¦ el premio como un reconocimiento al pueblo paraguayo. En nombre de campesinos ind¨ªgenas y mujeres. Es para todos¡±, dijo a EL PA?S. Oliva insisti¨® en su mensaje conciliador. Por eso, cree necesario seguir trabajando con la juventud, creando l¨ªderes por la uni¨®n social y ¡°ayudando a pensar¡±.
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