Los laboristas reprochan a May no ofrecer cambios en su plan
La tercera ronda de las conversaciones termina en un clima de decepci¨®n, pero ninguna de las partes las considera rotas
Nadie esperar¨ªa avances en tres d¨ªas cuando lo que se negocia es una salida a la mayor crisis pol¨ªtica y constitucional que el Reino Unido ha vivido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La urgencia de la situaci¨®n, sin embargo, con el pa¨ªs encarrilado hacia un Brexit salvaje el pr¨®ximo viernes si no le pone remedio, ha hecho que saltaran todas las alarmas al escuchar las declaraciones del negociador jefe de los laboristas, Keir Starmer. ¡°Estamos muy decepcionados ante el hecho de que el Gobierno no haya puesto sobre la mesa ninguna propuesta de cambio ni voluntad de compromiso. Apremiamos a la primera ministra a que d¨¦ un paso adelante y ofrezca cambios genuinos en su plan, en un esfuerzo por dar con una alternativa que logre el apoyo del Parlamento y vuelva a unir a este pa¨ªs¡±, dijo Starmer.
Theresa May ha dado muestras sobradas de su inflexibilidad en cada giro nuevo que ha experimentado el drama del Brexit. Su mano tendida al ala dura de los conservadores, a la C¨¢mara de los Comunes o a Bruselas nunca ha venido acompa?ada de cesiones en su estrategia. Pasado el efecto sorpresa ante cada nuevo paso, todo se reduc¨ªa al mismo mensaje: aprueben mi plan, y ya habr¨¢ luego tiempo para cambiar las cosas.
Esta vez, el l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn, quien ha dado un paso arriesgado al aceptar el abrazo del oso de la primera ministra, no se f¨ªa. El principal partido de la oposici¨®n se ha mostrado dispuesto a entrar en el juego propuesto por May.
El acuerdo de retirada pactado con la UE, cuya aprobaci¨®n es necesaria para evitar que el Reino Unido salga de un modo abrupto de las instituciones comunitarias, podr¨ªa permanecer intacto. Ambas partes son conscientes de que Bruselas ya ha advertido de que su modificaci¨®n es imposible. Por eso May propuso, al pedir ayuda al Partido Laborista para salir de este enredo, que las conversaciones se centraran en la declaraci¨®n pol¨ªtica que tambi¨¦n se acord¨® con la Uni¨®n Europea. Es el texto que perfila, en trazos gruesos, c¨®mo deber¨ªa ser la futura relaci¨®n pol¨ªtica y comercial de los dos bloques. La base sobre la que comenzar a hablar una vez arranque el periodo de transici¨®n previsto para un Brexit ordenado y acordado. El propio negociador europeo, el comisario Michel Barnier, ya indic¨® que estaba abierto a modificaciones r¨¢pidas en el texto.
Los laboristas han acudido estos d¨ªas a las reuniones con el listado de exigencias que, seg¨²n ellos, facilitar¨ªa su respaldo a un acuerdo: permanencia del Reino Unido en la uni¨®n aduanera, alineamiento con las reglas del Mercado Interior y equiparaci¨®n de la legislaci¨®n brit¨¢nica con la europea en materia laboral, medioambiental o de protecci¨®n de los consumidores.
Hasta ahora, denunciaron ayer los negociadores laboristas, el Gobierno no ha ofrecido ning¨²n compromiso en estas materias. Simplemente, seg¨²n fuentes negociadoras, el equipo de May puso sobre la mesa un documento ¡°clarificador¡± de lo que supone la declaraci¨®n pol¨ªtica firmada en Bruselas y de c¨®mo interpreta su alcance.
Respuesta inmediata
La respuesta de Downing Street lleg¨® de inmediato: ¡°Hemos puesto sobre la mesa propuestas serias, y estamos listos para incluir cambios en la declaraci¨®n pol¨ªtica que propicien un acuerdo aceptable para ambas partes. Seguimos dispuestos a mantener las conversaciones durante el fin de semana y alcanzar esos cambios, antes del pr¨®ximo Consejo Europeo del mi¨¦rcoles. El Gobierno tiene la determinaci¨®n de trabajar de un modo constructivo para alcanzar el Brexit que vot¨® la ciudadan¨ªa, y evitar una futura participaci¨®n en las elecciones al Parlamento Europeo¡±, dijo un portavoz de May. La primera ministra admiti¨® ayer, en su carta a Bruselas, que la participaci¨®n en esos comicios puede acabar siendo inevitable.
El tiempo se agota, pero a¨²n hay margen para los tiras y afloja propios de un proceso negociador, as¨ª como para los ¨®rdagos de los que se suele echar mano en los arranques. ¡°Por supuesto que va a haber tensi¨®n, pero la realidad es que los dos partidos est¨¢n muy muy cerca en sus planteamientos, y si hay buena voluntad deber¨ªa ser posible alcanzar un acuerdo y hacerlo r¨¢pidamente¡±, explic¨® a la BBC el ministro de Prisiones, Rory Stewart, uno de los miembros del Gobierno que se ha posicionado de modo m¨¢s firme a favor de la estrategia de May.
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