El Gobierno franc¨¦s quiere bajar impuestos tras la crisis de los ¡®chalecos amarillos¡¯
Macron prepara nuevas propuestas tras la conclusi¨®n de tres meses de 'gran debate nacional'
La principal conclusi¨®n del Gobierno franc¨¦s tras casi cinco meses de protestas de los chalecos amarillos es que los franceses sienten una "gran exasperaci¨®n" por la presi¨®n fiscal, y que esta requiere medidas urgentes. "Debemos bajar los impuestos lo m¨¢s r¨¢pido posible", dijo este lunes el primer ministro, ?douard Philippe, al presentar los resultados del gran debate nacional, la macroconsulta ideada por el presidente Emmanuel Macron para salir de la peor crisis de su presidencia. Estos resultados dibujan un pa¨ªs complejo: no prerrevolucionario, como pod¨ªan sugerir las im¨¢genes m¨¢s vistosas de los chalecos amarillos, pero s¨ª descontento con el statu quo.
M¨¢s de un mill¨®n y medio de franceses han contribuido al gran debate, participando en m¨¢s de 10.000 reuniones locales entre mediados de enero y mediados de marzo, enviando sus contribuciones por internet o escribiendo sus peticiones en los cuadernos de quejas ¡ªt¨¦rmino con el que se design¨® la consulta similar en 1789, al inicio de la Revoluci¨®n Francesa¡ª disponibles en los municipios. En un acto en el Grand Palais, el pabell¨®n acristalado del siglo XIX en Par¨ªs, los organizadores del gran debate, los expertos encargados de procesar el alud de datos e informaciones, y el primer ministro ofrecieron una primera s¨ªntesis.
El gran debate revela una Francia que quiere menos impuestos. Considera que estos pesan demasiado sobre las clases medias y que ahora la carga fiscal est¨¢ mal repartida. Cree que quienes ganan m¨¢s deben contribuir m¨¢s. Al mismo tiempo, asume la necesidad de recortar el gasto p¨²blico. Los recortes deber¨ªan centrarse en el gasto militar y las ayudas a la vivienda, seg¨²n el informe. En Francia el gasto p¨²blico representa el 56,8% del producto interior bruto, el segundo m¨¢s elevado de la OCDE, y este es el que m¨¢s impuestos recauda respecto al PIB, un 46,3%. Tambi¨¦n es uno de los pa¨ªses con pol¨ªticas fiscales m¨¢s redistributivas.
El balance de Phillippe provoc¨® de inmediato cr¨ªticas a izquierda y derecha. Se le acusa de sacar las conclusiones err¨®neas. ¡°Los franceses no tiene una ¡®tolerancia fiscal cero¡¯¡±, dijo, citando una frase del primer ministro, el diputado ?ric Coquerel, del partido populista de izquierdas La Francia Insumisa, citado por la agencia France Presse. ¡°Tienen tolerancia cero por los privilegios¡±. Otros critican que el gran debate nacional haya sido un ejercicio electoralista del presidente Macron, que ha participado en 15 reuniones con m¨¢s de cien horas de intercambios con alcaldes y ciudadanos.
La revuelta de los chalecos amarillos estall¨® en noviembre de 2018 como una protesta contra la tasa al carburante. El aumento de la tasa perjudicaba especialmente a los franceses que viven en ciudades peque?as y medianas y necesitan el autom¨®vil para vivir. La prenda fluorescente que es obligatorio tener en el coche se convirti¨® en su s¨ªmbolo. Con bloqueos en carreteras y rotondas y manifestaciones cada s¨¢bado, poco concurridas pero algunas de ellas violentas, pusieron patas arriba la agenda del reformista Macron, en el poder desde 2017. Como respuesta, el presidente se sac¨® de la manga la idea del gran debate, un ejercicio de democracia deliberativa con pocos precedentes en este pa¨ªs.
Es llamativo que la inmigraci¨®n, obsesi¨®n recurrente en la discusi¨®n p¨²blica francesa, apenas haya sido tema en el debate. La lecci¨®n, para el Gobierno, es la necesidad de escuchar m¨¢s a los ciudadanos: el ejercio del gran debate podr¨ªa prolongarse bajo otras formas. "Ya no podremos gobernar como antes", dijo Philippe.
Adem¨¢s de querer pagar menos impuestos, los franceses se quejan por el desmantelamiento de los servicios p¨²blicos en las zonas rurales, por la complejidad de la burocracia y la lejan¨ªa de los funcionarios. No cuestionan el centralismo del pa¨ªs, pero quieren al Estado m¨¢s cerca. El primer ministro Philippe lo resumi¨® en t¨¦rminos psicol¨®gicos. "Es el aislamiento, el abandono, la indiferencia, la falta de atenci¨®n y de consideraci¨®n", dijo. "Vivimos en un pa¨ªs en el que ya no nos vemos, ya no nos hablamos". A estos se a?ade la desconfianza creciente en las ¨¦lites pol¨ªticas: no tanto el alcalde sino el diputado. Cuanto m¨¢s lejan¨ªa, mayor el desencuentro.
Muchas de las medidas que, durante estos meses, han refrendado los participantes en el gran debate ya figuran en el programa del Gobierno franc¨¦s. La bajada de impuestos, por ejemplo, o la reducci¨®n del n¨²mero de parlamentarios. El problema para Macron, que en las pr¨®ximas semanas empezar¨¢ a desgranar sus propuestas, ser¨¢ cuadrar el c¨ªrculo: bajar impuestos y encontrar d¨®nde recortar el gasto sin causar una nueva sublevaci¨®n. O conjugar la lucha contra el cambio clim¨¢tico, una exigencia que en Francia cuenta con un respaldo amplio, con la negativa de las mismas personas a pagar m¨¢s por la gasolina o el gas¨®leo. Reclamaciones estelares de los chalecos amarillos, como una reforma constitucional para permitir un refer¨¦ndum de iniciativa ciudadana, apenas han aparecido en el gran debate.
Y esta diferencia tiene una explicaci¨®n. Los franceses que han participado en el gran debate?no son los mismos de las protestas de los chalecos amarillos. Entre los primeros hab¨ªa muchos ciudadanos con t¨ªtulo universitario; no as¨ª entre los segundos. Es la brecha educativa, que en Francia es una brecha de clase. El programa que emerge del gran debate podr¨ªa describirse como reformista; algunas de las exigencias de los chalecos amarillos cuestionaban el sistema de arriba abajo. Ni unos ni otros son toda Francia. El pueblo, tan invocado, no se deja apresar en definiciones sencillas.
Un debate en clave de campa?a
El esperado anuncio, por parte del presidente Emmanuel Macron, de las primeras medidas derivadas del gran debate nacional coincidir¨¢ con el tramo final de las elecciones europeas del 26 de mayo. La campa?a puede acabar convertida en un debate sobre el gran debate. Los sondeos pronostican una carrera igualada entre la exministra de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, candidata de la lista macronista, bautizada como Renacimiento, y Jordan Bardella, el joven cabeza de lista de la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Un sondeo publicado ayer por Le Figaro da un 23% de votos a Renacimiento y un 20% al RN. Las europeas se plantean como un choque, por candidatos interpuestos, entre Macron y Le Pen, y una revancha de las presidenciales de 2017.
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