Assange, el pirata inform¨¢tico que conspiraba (o no) con su fuente
La imputaci¨®n contra el fundador de Wikileaks sienta un peligroso precedente, seg¨²n los expertos, para el periodismo de investigaci¨®n en EE UU
Animar a una fuente a que entregue m¨¢s informaci¨®n, hacer lo posible para que su identidad no trascienda, y usar un sistema encriptado para que la transferencia de documentos o material sensible no deje huella. Estas tres acciones son parte del d¨ªa a d¨ªa de un periodista de investigaci¨®n, de su rutina a la hora de contactar y establecer v¨ªnculos con personas dispuestas a filtrar documentos. La novedad es que desde el jueves tambi¨¦n pueden servir para armar un caso penal en Estados Unidos, tal y como se desprende del texto de los fiscales en el que el fundador de Wikileaks, Julian Assange es imputado por conspiraci¨®n. ¡°Esto constituye un riesgo considerable para los periodistas estadounidenses, porque significa que el Departamento de Justicia puede ir detr¨¢s de ti por hacer cosas que son muy habituales¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica Matthew Ingram del Columbia Journalism Review.
Tras hacerse p¨²blico el texto de la imputaci¨®n contra Assange, media docena de organizaciones en defensa de las libertades civiles alzaron la voz alertando de los peligros que para los periodistas en EE UU entra?a y el precedente que sienta. Aunque no hay cargos contra Assange por difundir la informaci¨®n clasificada (esto habr¨ªa abierto un frente complicado porque si as¨ª hubiera sido todos los medios que publicaron esos documentos tambi¨¦n podr¨ªan ser imputados), sus interacciones con su fuente en 2009, el soldado Chelsea Manning, se presentan en el texto legal como parte de una conspiraci¨®n criminal.
Las especulaciones sobre c¨®mo y en base a qu¨¦ juzgar a Assange y la implicaci¨®n que esto tendr¨ªa para los medios y los periodistas llevan largo tiempo sobre la mesa. La Administraci¨®n Obama estudi¨® con detalle la posibilidad de abrir cargos contra el fundador de Wikileaks y decidi¨® abstenerse, en parte por los conflictos que podr¨ªa plantear a la libertad de prensa. El temor expresado en editoriales y art¨ªculos durante este tiempo ha sido que la acusaci¨®n contra Assange se basara en el Acta de Espionaje, una ley aprobada en 1917 para castigar traiciones en tiempo de guerra y filtraciones, que criminaliza la difusi¨®n de secretos de Estado potencialmente da?inos para la seguridad del pa¨ªs. Durante m¨¢s de 90 a?os, hasta 2009 esta ley solo se us¨® en tres casos, pero en la ¨²ltima d¨¦cada suma ya 11 imputados, todos ellos empleados de la Administraci¨®n, ninguno periodista. En 2010 el Committee to Protect Journalists (CPJ) dirigi¨® una carta al fiscal general y al entonces presidente Obama pidiendo que no se usara el Acta de Espionaje en el caso contra Assange y que la acusaci¨®n no fuera por la publicaci¨®n y difusi¨®n de documentos clasificados.?
Assange ha sorteado los cargos basados en el Acta de Espionaje por el momento (a¨²n podr¨ªan ampliarse los delitos que le imputan antes de la extradici¨®n), pero esto no ha despejado la preocupaci¨®n en los medios estadounidenses. ¡°No es el peor escenario posible porque la acusaci¨®n central es de hacking y esto escapa a las tareas de un periodista, pero el texto legal de la acusaci¨®n detalla la relaci¨®n que Assange mantuvo con su fuente: sit¨²a en un marco conspirativo actividades normales para un periodista¡±, apunta al tel¨¦fono Alexandra Ellerbeck del Committee to Protect Journalists, y se pregunta: ¡°?La acusaci¨®n trata de ir a por Assange por publicar informaci¨®n clasificada y usa el asunto del hacking como excusa? ?Qu¨¦ modelo crea esto?¡±
El caso contra Assange acaba de empezar y la respuesta de los medios ha sido r¨¢pida y firme en defensa de las libertades, pero Ingram de CJR se muestra esc¨¦ptico sobre una mayor implicaci¨®n de los periodistas en su defensa. ¡°Deber¨ªan hacerlo pero no estoy convencido de vaya a ser as¨ª, porque a muchos les repugna y ha hecho cosas con las que est¨¢n en desacuerdo. No es un buen h¨¦roe¡±. El pol¨¦mico abogado y periodista Glenn Greenwald sosten¨ªa en un art¨ªculo que Assange es "el verdadero test" para comprobar realmente qu¨¦ postura se tiene realmente en temas como la transparencia, la libertad de expresi¨®n y la libertad de prensa. La reticencia de algunos medios a salir en defensa de Assange, asegura, se basa en una falsa dicotom¨ªa entre Wikileaks y el verdadero periodismo: "Esta distinci¨®n es peligrosa. Si solo el verdadero periodismo es defendido por la Primera Enmienda, alguien tendr¨¢ que decidir qu¨¦ es verdadero periodismo". La pol¨¦mica en torno a los cargos contra Assange va mucho m¨¢s all¨¢ de los titulares.
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