Indonesia opta en las elecciones presidenciales entre el islam moderado y el radical
El presidente Joko Widodo es el favorito para la reelecci¨®n en unos comicios en los que ciudadanos tambi¨¦n elegir¨¢n el legislativo
Indonesia decide entre dos tipos de Islam este mi¨¦rcoles: el liberal, sello de la casa del pa¨ªs con m¨¢s musulmanes del mundo, o una versi¨®n conservadora, que pondr¨ªa en peligro la atesorada secularidad nacional. Lo har¨¢ en las urnas, al elegir entre el actual presidente, el moderado Joko Widodo ¨C¡°Jokowi¡±-, y el exgeneral Prabowo Subianto, que se presenta de la mano de facciones islamistas. ¡°Prabowo es m¨¢s religioso. ?l es mi elegido¡±, afirma Onah a las puertas de una mezquita yakart¨ª.
Lo dice mientras aprieta la mano de su peque?a, de cuatro a?os, cubierta como su madre por un colorido hiyab (velo musulm¨¢n). Caminan apresuradas para recoger al hijo mayor de la vecina madrasa (escuela musulmana), donde se juntan con un grupo de mujeres, testas tambi¨¦n cubiertas, que corean casi al un¨ªsono su apoyo a Prabowo. ¡°Los ulamas?[l¨ªderes religiosos] le apoyan, y nosotras tambi¨¦n. ?l nos devolver¨¢ la esperanza¡±, apunta Indah, de 37 a?os.
La carta religiosa es casi la ¨²nica esperanza de Prabowo, de 67 a?os, de ara?ar votos a Jokowi, diez primaveras m¨¢s joven, contra quien ya perdi¨® en 2014 por un escaso 6%. M¨¢s de 192 millones de indonesios est¨¢n llamados a participar el mi¨¦rcoles en las mayores elecciones del mundo en una sola jornada, junt¨¢ndose por primera vez los comicios presidenciales con los legislativos. Aunque las encuestas vuelven a dar a Jokowi como favorito, no se descartan sorpresas, con el pol¨ªtico lejos de la imagen que le encumbr¨®: la de pol¨ªtico hecho a s¨ª mismo, alejado de las ¨¦lites, defensor de las minor¨ªas.
Ahora Jokowi es casta, y tiene que jugar cartas nuevas. Consciente de que uno de sus lastres es no convencer a la parte m¨¢s conservadora de la sociedad, el presidente ha elegido como n¨²mero dos al cl¨¦rigo Maruf Amin, presidente del Consejo de Ulemas de Indonesia (MUI), la mayor organizaci¨®n isl¨¢mica del pa¨ªs. ¡°Hoy ning¨²n pol¨ªtico indonesio puede permitirse decir algo en detrimento del Islam¡±, asegura Irman Gurmilang, de la Universidad Padjadjaran de Indonesia. Gurmilang afirma que? la ¡°islamizaci¨®n¡± nacional se debe a un cierto desencanto con los valores occidentales, a la creciente influencia de Arabia Saud¨ª y al dominio de las redes sociales por parte de algunos cl¨¦rigos radicales.
Jokowi lo sabe, habi¨¦ndolo vivido de cerca. El que fuera su n¨²mero dos cuando gobernaba Yakarta, el pol¨ªtico cristiano de origen chino Basuki Purnama ¨C¡°Ahok¡±-, acab¨® en prisi¨®n acusado de blasfemar contra el Islam por referirse a un vers¨ªculo del Cor¨¢n cuando se presentaba para gobernador de la capital en 2017.
Desde entonces, Jokowi, en su d¨ªa acusado falsamente de comunista, ha hecho lo posible por dejar constancia de su fe, alej¨¢ndose de Ahok e incluso yendo a la Meca esta semana, en v¨ªsperas de los comicios. Prabowo, yerno del dictador Suharto (1967-1998), ha dado un paso m¨¢s: pese a provenir, como Jokowi, de una familia liberal, se ha aliado con grupos islamistas como Hizbut Tahrir o el Frente de Defensores del Islam (FPI), detr¨¢s de la ca¨ªda de Ahok. ¡°Se trata de un matrimonio de conveniencia, pero el problema es qu¨¦ debe a esos grupos y qu¨¦ les va a dar a cambio si gana¡±, anticipa Irman.
Si Jokowi ha elegido a un cl¨¦rigo para pulir su imagen religiosa, Prabowo ha seguido la t¨¢ctica contraria: el exgeneral ha escogido como n¨²mero dos a Sandiaga Uno, un joven y exitoso hombre de negocios, esperando que le aleje de su perfil de candidato del viejo r¨¦gimen. Con ¨¦l pretende acercarse a una parte fundamental de la sociedad, los menores de 35 a?os, alrededor del 40% del electorado.
Aunque los j¨®venes fueron parte del ¨¦xito de Jokowi en 2014, su respaldo ahora no est¨¢ claro. ¡°Creo que la mayor¨ªa de j¨®venes urbanitas votar¨¢n a Jokowi, pero los que tienen formaci¨®n religiosa prefieren a Prabowo¡±, resalta Alldo Felix Januardy, del Instituto de Ayuda Legal (LBH) de Yakarta.
Jokowi se enfrenta a otro obst¨¢culo: organizaciones que antes le apoyaban como el LBH o grupos pro LGBT han secundado el llamado golput?(voto en blanco o abstenci¨®n) por su disconformidad con ambos candidatos, especialmente ante el desd¨¦n de Jokowi por los derechos de las minor¨ªas.?¡°Ma?ana, golput. Me voy a Bali¡±, responde airada Diane, con modernas mechas rosas en el pelo, lentillas azul celeste y tacones de v¨¦rtigo, mientras hace compras en un lujoso centro comercial de Yakarta.
Religi¨®n aparte, es quiz¨¢s la econom¨ªa la que m¨¢s juega a favor del actual dirigente. Jokowi ha cumplido con su promesa de invertir en infraestructura ¨Cen parte con ayuda de China-, muy necesaria en el archipi¨¦lago de m¨¢s de 17.000 islas, y ha impulsado un plan de cobertura sanitaria nacional. Aunque el crecimiento no ha logrado llegar al 7% anual al que aspiraba, se mantiene en un nada desde?able 5%.
¡°La situaci¨®n econ¨®mica favorece a Jokowi. Pero estas elecciones no son solo una batalla entre los candidatos: el Islam moderado est¨¢ en juego¡±, advierte Andreas Harsono, de Human Rights Watch (HRW).
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