El primer ministro indio se juega la reelecci¨®n en los Estados del norte
Los resultados electorales dependen de las regiones superpobladas y subdesarrolladas del 'cintur¨®n hind¨²', donde priman los discursos que enfrentan a religiones, castas y clases
Durante estas semanas, y hasta el 19 de mayo, alrededor de 900 millones de indios elegir¨¢n nuevo Gobierno en la sexta econom¨ªa del planeta (la quinta, si se cumplen las previsiones, este a?o). El futuro de m¨¢s de una octava parte de la poblaci¨®n mundial depender¨¢ de la decena de Estados que forman el cintur¨®n hind¨² de la India; as¨ª viene sucediendo en la democracia m¨¢s grande del mundo desde su creaci¨®n, en 1947. La llave, concretamente, est¨¢ en los 200 millones de habitantes del superpoblado y subdesarrollado Estado de Uttar Pradesh, que eligen m¨¢s esca?os en el Parlamento nacional que ninguna otra regi¨®n: 80 asientos de un total de 552. Su demograf¨ªa, mayoritariamente hind¨² pero con notable presencia de musulmanes y de castas bajas (el 20% de la poblaci¨®n, cada uno de los grupos), ejemplifica la divisi¨®n sociorreligiosa del pa¨ªs, que se ha manifestado en violentos enfrentamientos entre estas comunidades.
Las ¨²ltimas elecciones generales, en 2014, fueron precedidas por una revuelta entre hind¨²es y musulmanes al oeste de Uttar Pradesh, que se sald¨® con 60 muertos y 50.000 desplazados. Entonces, m¨¢s del 40% de los electores de ese Estado apoyaron al partido conservador nacionalista hind¨² Bharatiya Janata Party (BJP) y a su l¨ªder, Narendra Modi, a quien se atribuye haber instigado la violencia sectaria contra miles de musulmanes durante su mandato en el Gobierno regional de Gujarat, diez a?os antes. As¨ª, los comicios de 2014 auparon a Modi como primer ministro del pa¨ªs gracias, en buena medida, a la mayor¨ªa aplastante de 73 esca?os conseguidos en Uttar Pradesh, que hundieron en un 8% los votos regionales del opositor Partido del Congreso.
Aunque los resultados de las regionales de 2018 ¡ªcon la victoria del Congreso en tres Estados vitales¡ª y las actuales encuestas sugieren que la crisis del campo y el desempleo han sustituido a la cuesti¨®n identitaria como los factores que decantar¨¢n la balanza electoral, la divisi¨®n religiosa es lugar com¨²n en Uttar Pradesh. El Estado septentrional es el que m¨¢s ataques a musulmanes ha registrado: 50 v¨ªctimas mortales desde 2014. El Gobierno regional del BJP, liderado por el predicador ultranacionalista Yogi Adityanath, centra su pol¨ªtica en la protecci¨®n de la vaca como animal sagrado hind¨² y en la promesa de construir un templo sobre las ruinas de una mezquita. ¡°Si el Congreso, el Samajwadi Party y el BSP creen en Al¨ª, nosotros creemos en Bajrang Bali¡±, dijo Adityanath hace una semana. El comentario, castigado con la prohibici¨®n de hacer campa?a durante 72 horas, vinculaba a sus tres rivales regionales con el sucesor del profeta del islam y al BJP con uno de los dioses hind¨²es.
A comienzos de a?o, la principal formaci¨®n opositora nacional, el Partido del Congreso, agit¨® el tablero pol¨ªtico con el nombramiento de Priyanka Gandhi como candidata en Uttar Pradesh, donde el partido tiene una representaci¨®n minoritaria. Descendiente de los Nehru-Gandhi, Priyanka ¡ªprescinde del apellido paterno en la escena p¨²blica¡ª no solo es bisnieta de Jawaharlal Nehru, primer dirigente de la India y mano derecha del Mahatma Gandhi. Tambi¨¦n es nieta e hija de primeros ministros, Indira y su hijo Rajiv, respectivamente, ambos asesinados. As¨ª, su hermano y l¨ªder del Congreso, Rahul Gandhi, arranc¨® su campa?a electoral junto a Priyanka en el mismo pueblo donde su abuela, su padre y su madre, Sonia, empezaron su ascenso al poder.
Regionalismo y fragmentaci¨®n
A comienzos de a?o, una hist¨®rica manifestaci¨®n a la que asistieron cerca de medio mill¨®n de personas en Calcuta uni¨® a l¨ªderes de 18 partidos de diferentes tendencias y regiones bajo el objetivo com¨²n de derrotar al Gobierno del BJP en estas elecciones. A la cabeza figuraba una mujer, Mamata Banerjee, la rival m¨¢s fuerte del primer ministro Narendra Modi y l¨ªder del Gobierno regional de Bengala Occidental, tercer Estado indio con mayor n¨²mero de esca?os en el Parlamento nacional.
Elegida entre las personas m¨¢s influyentes de la pol¨ªtica y la econom¨ªa globales por la revista Times y Bloomberg, Banerjee ocup¨® diferentes carteras en varios Gobiernos del Partido del Congreso hasta que form¨® su propio partido en 1997. El All India Trinamool Congress (AITC) acab¨® con m¨¢s de tres d¨¦cadas de poder del Partido Comunista, en lo que fue el Gobierno de un grupo marxista democr¨¢ticamente elegido m¨¢s largo de la historia. Didi (hermana mayor) Banerjee, como se la conoce de forma respetuosa, representa al mismo tiempo la fragmentaci¨®n de India en decenas de partidos regionales y el populismo que caracteriza a sus l¨ªderes.
Su nombramiento ha sido criticado como el retorno del nepotismo de la familia que gobern¨® India durante cuatro d¨¦cadas y bajo cuya gesti¨®n se desat¨® una corrupci¨®n rampante en el pa¨ªs. Otros, sin embargo, ven en ella la fuerza de la voz de las mujeres; una tendencia a la que el subcontinente indio no es ajeno. Aunque profundamente patriarcal, India tuvo su primera dirigente nacional en su abuela, Indira Gandhi, que lleg¨® al poder diez a?os antes de que Margaret Thatcher se convirtiese en la primera l¨ªder de una democracia occidental. Tan cuestionada como su hom¨®loga brit¨¢nica por su mano de hierro, Indira centraliz¨® el poder y convirti¨® a India en una potencia regional. Parecidos aparte, sus seguidores aspiran a que la probada dial¨¦ctica de Priyanka conquiste el voto del desencanto y supere ¡ªy suceda, en el futuro¡ª la falta de carisma de su hermano.
Otra mujer es tambi¨¦n palad¨ªn de las determinantes minor¨ªas del vasto Estado de Uttar Pradesh. Cabeza del Gobierno regional en los noventa con el apoyo del BJP, Mayawati es l¨ªder del Bahujan Samaj Party (BSP), tercer grupo pol¨ªtico nacional en votos y representante de las comunidades tribales, musulmanas y las castas bajas. Aunque Mayawati no se presenta a estas elecciones, sigue dictando el rumbo del BSP; que ha formado alianza con el socialista Samajwadi Party (SP) para derrotar la mayor¨ªa de Modi y su representante regional, Yogi Adityanath. Tan populista como este ¨²ltimo, la megaloman¨ªa de Mayawati le hizo construir una enorme estatua de s¨ª misma junto a la de Ambedkar, padre de la Constituci¨®n india y l¨ªder hist¨®rico de los dalits (intocables). La estatua, que cost¨® 83 millones de euros ¡ªla mitad del presupuesto regional en educaci¨®n para ni?as¡ª, se levanta en el centro de Lucknow, capital del Estado cuya composici¨®n sociorreligiosa determina el futuro de India.
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