?Por qu¨¦ Bolsonaro ha querido resucitar el milagro de su atentado?
El presidente brasile?o desempolva la idea de que la mano de Dios estuvo presente en su elecci¨®n
En pol¨ªtica nada es inocente. No ha debido serlo el hecho que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en uno de los momentos m¨¢s conturbados de su reciente mandato, con ¨ªndices m¨ªnimos de popularidad y en el que se habla abiertamente hasta de un posible impeachment, haya querido resucitar la leyenda del atentado que lo coloc¨® al borde de la muerte.?
Y quiso hacerlo de forma espectacular en la red televisiva SBT el jueves, donde se levant¨® la camisa para ense?ar la cicatriz de las operaciones quir¨²rgicas sufridas a ra¨ªz del cuchillazo que recibi¨® durante un acto de la campa?a electoral en Juiz de Fora, en Minas Gerais. El presidente justific¨® el gesto de mostrar la herida porque dijo, ¡°a¨²n hay quien dice que fue una fake¡±.?
El agresor, un pe¨®n de la construcci¨®n, Adelio Obispo, confes¨® a la polic¨ªa que hab¨ªa acuchillado al entonces candidato ¡°por inconformismo pol¨ªtico¡±. A m¨¢s de seis meses del atentado, ni siquiera ahora con la polic¨ªa bajo el mando de Bolsonaro se ha llegado a una conclusi¨®n sobre la personalidad del agresor o sobre los motivos del atentado.?
Desde el primer momento pulularon en las redes las hip¨®tesis m¨¢s desbaratadas, desde que no hubo cuchillada, pues no exist¨ªa una sola foto del momento del atentado que muestre la sangre del cuchillazo hasta un fantasioso complot de los m¨¦dicos de los hospitales que lo atendieron y m¨¢s tarde lo operaron, para fingir que hubo un atentado.?
Sobre lo que no ha habido nunca duda es que Bolsonaro y los suyos vieron el atentado y el haberse salvado de ¨¦l como una intervenci¨®n directa de Dios para que pudiera ganar las elecciones. Lo que s¨ª es cierto es que, con Dios o no, el atentado ayud¨® no poco al entonces candidato asegurarse los 57 millones de votos, sea por el victimismo y la milagrosidad que se cre¨® a su alrededor, como por haberlo librado de participar en los debates, algo para lo que parec¨ªa poco preparado.?
El hecho es que ahora, a pocos meses de un Gobierno que hace aguas por todas partes y en el que nadie sabe qui¨¦n es de verdad quien manda, ha sido el propio Bolsonaro quien quiso traer a la memoria la historia ¡°milagrosa¡± de su misterioso atentado. Est¨¢ creando una serie de comentarios y conjeturas que vuelven a desempolvar la idea de que la mano de Dios estuvo presente en su elecci¨®n.?
Adem¨¢s del gesto televisivo de mostrar la cicatriz de las operaciones, el presidente ha querido, el mismo d¨ªa, asistir al famoso encuentro anual de los evang¨¦licos en Gideoes, en Cambori¨², en Sata Catarina. Ante m¨¢s de 5.000 fieles volvi¨® a recordar que fue salvado ¡°por un milagro de Dios¡±. Y a?adi¨®: ¡°conseguimos un objetivo que considero una misi¨®n de Dios, que a vuestro lado, personas de bien, temerosas de Dios, cumpliremos esa misi¨®n¡±.?
Justamente estos d¨ªas, se ha resucitado tambi¨¦n un episodio emblem¨¢tico ocurrido en la edici¨®n anterior de dicho encuentro evang¨¦lico. Bolsonaro, quien no era a¨²n ni candidato a las presidenciales, pidi¨® a los fieles que ¡°eligieran a alguien parecido a ellos¡±. Les record¨® entonces que ¨¦l era ¡°de origen cat¨®lico, pero que se ha casado con una evang¨¦lica¡±. En aquel momento, uno de los pastores hizo una oraci¨®n con todos los presentes ¡°con problemas de est¨®mago¡±, mientras su esposa Michelle colocaba las manos sobre el abdomen del entonces diputado federal.?
Hoy los evang¨¦licos siguen defendiendo que Bolsonaro se salv¨® del atentado porque hab¨ªa tenido ¡°el est¨®mago blindado¡± en el acto de Gideoes. Y Bolsonaro, considerado fruto de un milagro de Dios, necesita hoy m¨¢s que nunca del apoyo del 80% de los evang¨¦licos que le asegur¨® la victoria.?
?Ser¨¢ capaz, a este punto del desprestigiado Gobierno Bolsonaro, fuera y dentro de Brasil, reavivar su popularidad haciendo revivir, de repente, la leyenda de su milagro?
Desde los inicios de la Historia, desde los hechiceros a los pol¨ªticos carism¨¢ticos, ha sido siempre una constante el revestirse de Dios y sus milagros en los momentos cr¨ªticos del declive pol¨ªtico. Ahora mismo, el dictador venezolano Nicol¨¢s Maduro, que est¨¢ contra las cuerdas, ha querido recordar que ¨¦l ¡°es cat¨®lico y cristiano, que practica su fe cada d¨ªa y que Jesucristo est¨¢ a su lado¡±. En sus momentos de gloria, como en la victoria de las ¨²ltimas elecciones, hab¨ªa llegado a decir que ¡°ni Jesucristo las hubiera ganado¡±.?
Los peligrosos gobernantes populistas saben manejar, como pocos, a los dioses con los que sue?an con identificarse y hasta emular. Bolsonaro no se quiso colocar por encima de la divinidad y acu?¨® como lema aquello de ¡°Dios por encima de todos¡±. Y por tanto, todos bajo el manto de Dios. Sus ministros y gur¨²s espirituales pretenden resucitar el Dios de la Edad Media. No un Dios de esperanza y salvaci¨®n sino de cruzadas y hogueras para quienes pretenden resist¨ªrsele.
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