Remos por fusiles en la Colombia profunda

Luego de recibir unas breves indicaciones, el grupo de excombatientes y campesinos, con los remos en alto, lanza un inesperado grito de batalla antes de enfrentarse a las corrientes del r¨ªo Pato en este paraje selv¨¢tico y monta?oso del departamento de Caquet¨¢: ?Pura vida! La frase, prestada de los instructores costarricenses que llegaron hasta el espacio de reincorporaci¨®n de Miravalle a capacitarlos como gu¨ªas de rafting, es una peque?a muestra de la transformaci¨®n que ha representado el acuerdo de paz para los miembros de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Ya en el agua, se dedican a perfeccionar la remada y otra serie de detalles t¨¦cnicos en un deporte que es, como su tr¨¢nsito a la vida civil, un trabajo de equipo.

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Bajo el lema ¡°remando por la paz¡±, un pu?ado de exguerrilleros en esta jurisdicci¨®n de San Vicente del Cagu¨¢n, en el sur del pa¨ªs, crearon una empresa de rafting que ofrece descensos por los r¨¢pidos del r¨ªo Pato. El mismo que en tiempos de guerra les serv¨ªa como retaguardia militar para esquivar los pasos del ej¨¦rcito. ¡°Ahora representa para nosotros el futuro de Miravalle, el futuro de la reincorporaci¨®n, hace parte de esos proyectos que nosotros queremos sacar adelante¡±, explica Hermides Linares, uno de los exguerrilleros que cambi¨® los fusiles por los remos. De los 27 a?os que estuvo en las FARC, pas¨® 12 en la c¨¢rcel. Sin embargo, desborda optimismo. ¡°Cuando hay dificultades a ratos se pone como interesante porque hay que buscar alternativas, eso nos pone a pensar, a proyectarnos, entonces las dificultades no solamente son negativas¡±.

Como con tantos otros hitos de los acuerdos firmados en noviembre de 2016, el empuj¨®n de la comunidad internacional fue decisivo. Con el apoyo de la Misi¨®n de Verificaci¨®n de la ONU, echaron a andar el proyecto. La empresa R¨ªos Tropicales de Costa Rica, un pa¨ªs pacifista que no tiene ej¨¦rcito desde hace 70 a?os y es conocido por el desarrollo sostenible del ecoturismo, envi¨® dos instructores para certificarlos a finales del a?o pasado. Y la Federaci¨®n Internacional de Rafting invit¨® al equipo conformado por cinco exguerrilleros y tres campesinos de la zona a competir en el Mundial que se celebra este mes en el r¨ªo Tully, en Australia.

¡°Nos han dicho que es muy similar al r¨ªo Pato, la misma temperatura de agua, entonces nos vamos a adaptar bien¡±, afirma confiado Duverney Moreno, el capit¨¢n del equipo, pese a nunca haber salido del pa¨ªs. Ya ha estudiado las caracter¨ªsticas del Tully, con abundantes piedras como el Pato, y prepar¨® un croquis detallado del recorrido. Sin haber siquiera tocado el agua, ya han sorteado obst¨¢culos como los visados y el permiso para viajar de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz ¡ªel sistema de justicia transicional¡ª.

La puerta al sur

Miravalle est¨¢ coronado por una larga y solitaria calle de coloridas casas en el filo de una empinada monta?a donde viven un centenar de personas. Es uno de los 24 espacios territoriales de capacitaci¨®n y reincorporaci¨®n, o ETCR en la jerga institucional derivada del acuerdo de paz, distribuidos en la Colombia profunda donde la guerrilla sol¨ªa hacer presencia. Abajo serpentea el r¨ªo, en el que los excombatientes ponen sus esperanzas como eje de un emprendimiento para abrir la regi¨®n al ecoturismo. Como complemento a la adrenalina de los r¨¢pidos, ofrecen un paquete m¨¢s calmado para visitar Los cajones, una zona de aguas mansas con abundantes cascadas. Unas 50 personas han llegado este a?o por cuenta del rafting a pesar de que la poblaci¨®n m¨¢s cercana es San Vicente del Cagu¨¢n, a algo m¨¢s de una hora por carretera.

La implementaci¨®n atraviesa un momento delicado. La violencia persiste en varias regiones, las disidencias acechan en otras y algunos de los antiguos comandantes guerrilleros se encuentran en paradero desconocido. Hern¨¢n Dar¨ªo Vel¨¢squez Saldarriaga, alias El Paisa, abandon¨® Miravalle a mediados del a?o pasado ¡ªjunto con el exjefe negociador Iv¨¢n M¨¢rquez¡ª y dej¨® de comparecer ante la JEP. El mes pasado el tribunal dej¨® claro que no admitir¨¢ incumplimientos al ordenar su arresto. Aunque su liderazgo era palpable, las din¨¢micas de Miravalle han ganado impulso. Aqu¨ª, el rafting acapara las conversaciones.

Los exguerrilleros tambi¨¦n vislumbran ofrecer actividades como senderismo y avistamiento de aves, en un espacio pensado para autoabastecerse. Los proyectos productivos que tienen en marcha incluyen una granja integral, proyectos pisc¨ªcolas, paneles solares y un hidrotornillo para producir energ¨ªa. La figura jur¨ªdica que le da vida a los ETCR expira en agosto, pero este enclave hace parte de la decena que el Gobierno contempla mantener.

Los serviciales anfitriones, ¨¢vidos por causar una grata impresi¨®n, pertenec¨ªan en armas a la columna m¨®vil Te¨®filo Forero, una de las estructuras m¨¢s temidas de las FARC, a la que se atribuyen ataques como el carro bomba contra el club El Nogal de Bogot¨¢. Cuando no visten los cascos y chalecos, sus camisetas exhiben el logo de su naciente empresa: Cagu¨¢n Expeditions. Para la mayor¨ªa de los colombianos, El Cagu¨¢n es sin¨®nimo de la llamada zona de distenci¨®n o de despeje, un ¨¢rea del tama?o de Suiza de la que se retiraron las autoridades durante las fallidas negociaciones del Gobierno de Andr¨¦s Pastrana (1998-2002). M¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, Juan Manuel Santos (2010-2018) sell¨® el acuerdo que cobija a 13.000 miembros de las FARC, hoy desarmadas y convertidas en partido pol¨ªtico.

Santos se esforz¨® en presentar el pacto como una oportunidad para transformar la Colombia profunda y llegar a los territorios antes inaccesibles. Su sucesor, Iv¨¢n Duque, un f¨¦rreo cr¨ªtico del proceso, ha mantenido la apuesta por el turismo como motor de desarrollo, y suele repetir el eslogan de que es ¡°el nuevo petr¨®leo¡±. La semana pasada exalt¨® al Caquet¨¢ como la ¡°puerta de entrada a la Amazon¨ªa y a todo el sur de Colombia¡±. El rafting encaja en esa visi¨®n. ¡°En el Caquet¨¢ hay un potencial de turismo, pero en tiempos de la guerra qui¨¦n iba a venir por aqu¨ª¡±, coincide Duverney. La llegada de visitantes cambia la manera en que los perciben, ¡°ya hemos roto la barrera de la estigmatizaci¨®n¡±, valora. Al Mundial de Australia lleva un mensaje sencillo: ¡°Nos la estamos jugando toda por la paz¡±.