Lo que suena cuando suena Uribe
Su discurso p¨²blico ha sido el cruce impune de l¨ªmites que van m¨¢s all¨¢ del insulto
Lo que Uribe le dijo a Petro. Lo que Petro le contest¨®. Lo que Petro hab¨ªa dicho antes de que Uribe lo insultara. Lo que Uribe dijo antes de insultar a Petro.
El rifirrafe de maltratos, ecos del pasado, sentencias y miradas inquisidoras entre los senadores fue grabado desde todos los ¨¢ngulos, y publicado en todos los sentidos, y titulado hasta inundar. Y luego desapareci¨®.
No pod¨ªa ser de otra manera: inundar y desaparecer; es la frecuencia respiratoria de los tiempos.
Esta nueva oleada de maltrato ocurri¨® en el Congreso de la Rep¨²blica, en el marco de la primera discusi¨®n de procedimiento en torno a las objeciones presentadas por el presidente Duque a la Ley Estatutaria de la JEP. Fue el martes 23 de abril, d¨ªa del idioma.
El reporte de los hechos enfatiz¨® el sentido del desvar¨ªo del senador del Centro Democr¨¢tico tanto como el sustantivo ofensivo que eligi¨®: ¡°Prefiero ochenta veces al guerrillero en armas que al sicariato moral difamando¡±, y mientras dejaba que semejante neoconsigna antidemocr¨¢tica colmara los o¨ªdos enardecidos de los dem¨¢s senadores y asistentes, Uribe tom¨® asiento, desaboton¨® el saco de su vestido, guard¨® la pluma que siempre sostiene cuando habla y pronunci¨® en clave de coro el insulto exaltado.
¡°Sicario¡ Sicario¡ Sicario¡¡±.
He visto el video de este simulacro de insulto decenas de veces, pregunt¨¢ndome cada vez qu¨¦ es lo que escucho, porque desde el primer momento supe que aquello que all¨ª suena no es un insulto.
Esa pregunta, su sensaci¨®n, entend¨ª entonces, llevamos a?os mastic¨¢ndola:
?Qu¨¦ es lo que suena cuando suena Uribe?
Recuerdo el 2007, cuando era presidente de la Rep¨²blica y resolvi¨® defender el proceso de paz con los paramilitares se?alando de ¡°terroristas¡± a la bancada entera de parlamentario de un partido de oposici¨®n donde militaba un reinsertado del M-19: ¡°pasaron de ser terroristas de camuflado, a terroristas de traje civil¡±.
Recuerdo el caso de Rub¨¦n Dar¨ªo Pinilla, exmagistrado de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medell¨ªn. Dicho Tribunal, junto a la Corte Suprema de Justicia, compulsaron copias en 2013 para investigar a Uribe penalmente. La respuesta de Uribe fue empapelar y vilipendiar al exmagistrado tach¨¢ndolo de ¡°guerrillero¡±.
Recuerdo a los humoristas que ha difamado diciendo que son ¡°violadores de ni?os¡±; a los periodistas que ha tachado de ¡°extraditables¡±; a los activistas de derechos humanos, a quienes ha estigmatizado desde el principio de los tiempos; a sus propios colaboradores, amenazados de ser golpeados ¡°en la cara, marica¡±, en llamadas telef¨®nicas que fueron pantomimas de indignaci¨®n (probablemente grabadas por ¨¦l mismo) ante el destape de los hedores de corrupci¨®n emanados de su administraci¨®n.
Recuerdo ese decir suyo de vor¨¢gine incendiaria y regreso al presente del ¨²ltimo exabrupto:
La pausa controlada luego de declarar aquello que sabe es una se?al antidemocr¨¢tica inaceptable; el tempo y el volumen exactamente iguales entre una y otra repetici¨®n; la mirada fija, sobre su presa, mientras enuncia, una mirada que no consigue ser mordaz porque brilla en exceso.
Entonces comprend¨ª: lo que ocurre en este ¨²ltimo agravio de Uribe es la actuaci¨®n sonora de algo que no quiere agotarse en palabras.
All¨ª suena, all¨ª se escucha, en el esmero escalofriante con el que pronuncia el sustantivo tres veces, el ¨¢nimo de quiengolpea; la conciencia r¨ªtmica de quien domina el sonido de sus palabras como amenazas de terror.
Por eso es escalofriante: porque Uribe sabe, puede leerse en la expresi¨®n de su rostro enajenado en odio, que no est¨¢ insultando al repetir tres veces el sustantivo ¡°sicario¡±; est¨¢ cruzando la raya que quiere cruzar a partir del uso impune de un artilugio sonoro.
Su discurso p¨²blico ha sido el cruce impune de l¨ªmites que van m¨¢s all¨¢ del insulto.
Luego, de inmediato, all¨ª en el mismo encuadre, al tiempo que suena el ¨²ltimo si - ca - rio, el brote de la sonrisa radiante de la senadora Paola Holgu¨ªn, autora y defensora de la valla infame para difamar a la JEP, una sonrisa que es la met¨¢fora cruel de lo que seguimos empe?ados en convertirnos: especies que r¨ªen cuando presencian la actuaci¨®n sonora de un deseo de muerte.
En la pausa calculada que existe entre cada sustantivo desadjetivado, en el ¨¢nimo rabioso con que van siendo articulados cada uno de estos se?alamientos, puedo escuchar el eco de nuestra desgracia sustancial:
Los 263.000 muertos de m¨¢s de 50 a?os de conflicto armado; los 7.7 millones de desplazados internos desde 1985; una crisis humanitaria agravada desde 2018 pese al acuerdo de paz con las FARC, y alimentada recientemente por la inestabilidad en Venezuela.
Hay ma?anas que te levantas y es como si te hubieran crecido las orejas; o como si la grasa que te sale de all¨ª adentro fuera m¨¢s fina, y condujera mejor las frecuencias, porque escuchas distinto: puedes distinguir artilugios sonoros; puedes comprender, con escalofr¨ªo y horror, la manera en que el expresidente ejerce el dominio de sus sonidos en clave de amenaza; puedes o¨ªr, al fin y con fatiga, la violencia ac¨²stica en las entonaciones sic?rio¡ sic?rio¡ sic?rio¡
Porque no ocurre all¨ª, en esas fisuras, el sentido del sustantivo homicida, sino el espectro audible de impactos que se esconden en la articulaci¨®n de palabras.
?lvaro Uribe V¨¦lez lleva 20 a?os despertando y alimentando un sentimiento uribista cifrado entre el embrujo del tono firme y el sentido del mensaje b¨¦lico.
Y se reporta, a diario, con hiperventilaci¨®n casi, los embrujos y sentidos de su decir, pero no el espectro audible que subyace a sus articulaciones de sentido y a sus desvar¨ªos.
Y tal vez, en el manejo diestro de ese espectro audible, en los artilugios sonoros impunes que se permite, en la manipulaci¨®n de los linderos de la sintaxis enredadora, en la pr¨¦dica de tono y timbre de padre fren¨¦tico, habita el n¨²cleo del disturbio: una m¨¢quina especializada en emitir el principal ruido que impide el discurrir del debate democr¨¢tico franco en Colombia; una m¨¢quina diestra en ensordecer.
Lo que suena cuando suena Uribe, creo empezar a comprender, es el espectro audible de nuestra historia reciente de violencia.
Juan ?lvarez es escritor colombiano
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.