La ultraderecha europea corona en Mil¨¢n a Salvini como su nuevo l¨ªder
El l¨ªder de la Liga re¨²ne en la ciudad italiana a una docena de fuerzas de la corriente ultranacionalista europea para lanzar un mensaje de unidad
Matteo Salvini quer¨ªa que la fiesta fuera en su casa. Mil¨¢n, ciudad donde comenz¨® su carrera pol¨ªtica como concejal, epicentro de la regi¨®n que vio crecer a la antigua Liga Norte, reun¨ªa todos los mimbres para una coronaci¨®n pol¨ªtica. Ninguno de los 11 socios de las corrientes ultranacionalistas que hab¨ªa invitado a la cumbre, entre los que estaban Marine Le Pen y el holand¨¦s Geert Wilders, puso pegas. Tras una manifestaci¨®n que recorri¨® el centro de Mil¨¢n y un acto pol¨ªtico en el que se bram¨® contra el Islam, la inmigraci¨®n y los ¡°tecn¨®cratas de Bruselas¡±, el ministro del Interior y l¨ªder de la Liga fue proclamado de facto como nuevo l¨ªder de los soberanistas.
La plaza del Duomo se convirti¨® el s¨¢bado en la primera postal que envi¨® a Bruselas el movimiento que amenaza con cambiar los equilibrios de fuerzas de la Uni¨®n Europea y dinamitar desde dentro sus cimientos. La cita cont¨® con los 11 partidos invitados (menos los espa?oles de Vox) y un amplio despliegue de la Liga. Justo antes de Salvini, sin rubor a ejercer de teloneros, hablaron Marine Le Pen, l¨ªder de Reagrupamiento Nacional franc¨¦s, y Geert Wilders, jefe del Partido para la Libertad holand¨¦s. Tambi¨¦n representantes de otras corrientes ultras europeas como Alternativa por Alemania (AfD), los Verdaderos Finlandeses, el Partido del Pueblo Dan¨¦s o el partido ultranacionalista austriaco FP?. "Es un d¨ªa hist¨®rico. Lo esper¨¢bamos desde hace mucho tiempo y finalmente se ha dado bajo el cielo de Italia", lanz¨® Marine Le Pen, recibida en Mil¨¢n como una gran estrella y la principal aliada.
La lluvia desluci¨® la buscada fuerza del desaf¨ªo a la UE. La plaza del Duomo apenas pudo llenarse ¡ªqued¨® muy lejos de los 100.000 seguidores esperados¡ª y los paraguas rompieron el ambiente de ¨¦pica que tanto entusiasma a la Liga. Las noticias que llegaban de Austria, donde el vicecanciller de extrema derecha austriaco, Heinz-Christian Strache, amigo de Salvini, hab¨ªa dimitido tras la divulgaci¨®n de un v¨ªdeo que muestra c¨®mo se deja corromper por una oligarca rusa, gener¨® cierto runr¨²n. Los teloneros hablaron uno a uno con la habitual ret¨®rica ultra contra Bruselas, los "tecn¨®cratas", los inmigrantes o a "la islamizaci¨®n de Europa", como bram¨® con rabia Wilders antes de rendirse al anfitri¨®n. "Matteo sabe decir basta, Europa necesita m¨¢s Salvinis".
El acto pretend¨ªa unir corrientes europeas en un clima de alianza. Pero la paradoja ultranacionalista quiso que el ¨²nico nombre que anunciaban los carteles sobre el escenario fuera el del l¨ªder de la Liga. ¡°Primero los italianos¡±, rezaba la gran bandera. Ni franceses, ni holandeses, ni b¨²lgaros. Las tornas han cambiado, record¨® el l¨ªder de la Liga nada m¨¢s pisar las tablas mientras sonaba el aria Nessun Dorma de Turandot de Puccini. "Antes los pol¨ªticos italianos iban al extranjero para aprender c¨®mo se hac¨ªan las cosas. El cambio empieza hoy en Mil¨¢n". Ninguno de sus socios parece dudarlo.
El liderazgo de Salvini, pese a la fuerte personalidad pol¨ªtica de sus aliados en esta aventura, es hoy incuestionable. El ministro del Interior de Italia es quien m¨¢s consenso y poder real acumula en un pa¨ªs con peso espec¨ªfico en la econom¨ªa europea. Es el ¨²nico¡ªm¨¢s all¨¢ de Viktor Orb¨¢n en Hungr¨ªa, del PPE¡ª que ha podido desarrollar casi con toda la libertad el sue?o h¨²medo ultra del cierre de puertos y una pol¨ªtica autoritaria que empieza a cristalizar en la vida cotidiana (esta semana una profesora de bachillerato siciliana fue suspendida de empleo y sueldo dos meses por permitir que unos alumnos criticasen la pol¨ªtica migratoria de Salvini en un trabajo). ?l, sin embargo, neg¨® ayer que su programa y su platea sean extremistas. "En esta plaza no hay fascistas, racistas ni fascistas. La diferencia est¨¢ entre quienes hablan del futuro y quienes hablan del pasado porque no tienen ni idea del futuro. No es ultraderecha, sino sentido com¨²n".
Cr¨ªticas al Papa y a otros l¨ªderes europeos
El nuevo pr¨ªncipe de la ultraderecha europea despleg¨® toda la artiller¨ªa ret¨®rica. Cit¨® a Churchill, a Chesterton, puso como ejemplo a Margaret Thatcher y a De Gaulle, y termin¨® compar¨¢ndose con Galileo por la incomprensi¨®n que suscitan los cambios que plantea ahora su familia pol¨ªtica. ¡°?Nos trataban como a unos locos!¡±, lanz¨®. En una ampliaci¨®n del campo de batalla, parafrase¨® indisimuladamente algunas ideas de Steve Bannon invocando los valores del "occidente judeo-cristiano" y atacando frontalmente al papa Francisco ¡ªel pont¨ªfice fue ins¨®litamente abucheado por el p¨²blico¡ª por su discurso sobre la migraci¨®n. Hurgando en la herida, defendi¨® el legado de sus predecesores (Juan Pablo II y Benedicto XVI) y se aline¨® con la corriente ultra de la Iglesia invocando el nombre del cardenal conservador Robert Sarah, que hace las delicias de los opositores a Francisco.
El ministro del Interior italiano dedic¨® el resto del discurso a tirar sus cl¨¢sicos contra "las ¨¦lites", la socialdemocracia o Emmanuel Macron y Jean Claude Juncker. Porque en realidad hay pocas cosas que unan a los soberanistas europeos, diametralmente contrarios en algunos casos particulares, como la pol¨ªtica fiscal o la regulaci¨®n de los par¨¢metros que est¨¢n en la base del euro. La inmigraci¨®n, en ese caso, es el comod¨ªn que nunca falla. ¡°Si hac¨¦is que seamos el primer partido en Europa, la pol¨ªtica antiinmigrantes la llevaremos a toda la UE y aqu¨ª no entra ni uno m¨¢s¡±. Y las encuestas no son malas.
La Liga, seg¨²n todos los sondeos, ganar¨¢ las elecciones europeas en Italia. En Italia est¨¢n en liza 73 diputados y goza de una estimaci¨®n de voto de alrededor del 30%, ocho puntos por encima de sus perseguidores (PD y Movimiento 5 Estrellas). Incluso habiendo perdido cuatro puntos en el ¨²ltimo mes a causa de un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, sigue siendo casi el doble de lo que obtuvo en las elecciones legislativas de hace poco m¨¢s de un a?o. Una cifra que le permitir¨ªa so?ar con ser el partido con mayor representaci¨®n de la UE. Y eso, piensa Salvini, permitir¨ªa que su coronaci¨®n de Mil¨¢n fuese ya incuestionable.
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