Colombia regresa a los incentivos que propiciaron ejecuciones extrajudiciales, seg¨²n ¡®The New York Times¡¯

La comandancia del Ej¨¦rcito colombiano ha ordenado a sus tropas duplicar la cantidad de bajas y capturas en combate desde comienzos de este a?o, unas nuevas directrices que tienen alarmados a varios oficiales de alto rango, seg¨²n ha se?alado este s¨¢bado un reportaje de The New York Times. De acuerdo con los documentos y testimonios citados por el peri¨®dico, en el gobierno de Iv¨¢n Duque el ambiente es ¡°notablemente similar¡± al de la d¨¦cada pasada, cuando estall¨® el esc¨¢ndalo de los llamados falsos positivos ¡ªejecuciones extrajudiciales de civiles presentadas como bajas en combate¡ª.

¡°Ahora, otra encarnaci¨®n de esa pol¨ªtica est¨¢ siendo impulsada por el nuevo gobierno contra los grupos criminales, guerrilleros y paramilitares del pa¨ªs¡±, apunta el Times, con presentaciones internas que muestran a diario el n¨²mero de d¨ªas que las brigadas han pasado sin estar en combate. Los comandantes son amonestados cuando no realizan operaciones con la suficiente frecuencia. ¡°A inicios de a?o, los generales y coroneles colombianos se reunieron y se les pidi¨® que firmaran un compromiso por escrito para intensificar los ataques¡±, apunta la publicaci¨®n, respaldada por testimonios confidenciales de tres altos oficiales y titulada Las ¨®rdenes de letalidad del ej¨¦rcito colombiano ponen en riesgo a los civiles.

En una de las reuniones que reconstruye el reportaje, ¡°un general orden¨® a los comandantes ¡°hacer lo que sea¡± para mejorar sus resultados, incluso si eso significaba ¡°aliarse¡± con grupos criminales armados para obtener informaci¨®n sobre objetivos¡±. Los superiores, apunta el Times, ofrecen incentivos como vacaciones adicionales en un patr¨®n similar al de los falsos positivos.

Seg¨²n el peri¨®dico, el general Nicacio Mart¨ªnez Espinel, comandante del Ej¨¦rcito, reconoci¨® haber dado las nuevas ¨®rdenes que apuntan a aumentar dr¨¢sticamente las campa?as militares contra los grupos armados ilegales, apenas dos a?os y medio despu¨¦s de la firma del hist¨®rico acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, hoy desarmada y convertida en un partido pol¨ªtico con participaci¨®n en el Congreso.

¡°Estas pr¨¢cticas sugieren que el actual Ej¨¦rcito y el Ministerio de Defensa no han aprendido nada de uno de los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de la historia de Colombia, el de los falsos positivos. Estos incentivos ponen en serio riesgo a la poblaci¨®n civil¡±, se?al¨® en Twitter Jos¨¦ Miguel Vivanco, director para las Am¨¦rica de Human Rights Watch (HRW), en una de las primeras reacciones a la publicaci¨®n. ¡°El gobierno debe dar explicaciones¡±.

La ONG ha denunciado con insistencia los obst¨¢culos que los sucesivos gobiernos colombianos han puesto a las pesquisas sobre las ejecuciones extrajudiciales. Tambi¨¦n que Duque ha situado en puestos clave del Ej¨¦rcito a generales sobre los que existen ¡°evidencias cre¨ªbles¡± que los vinculan a los falsos positivos, entre ellos el general Mart¨ªnez Espinel.

Un ministro de Defensa cuestionado

La publicaci¨®n de The New York Times llega en un momento en que se acumulan los cuestionamientos sobre el ministro de Defensa, Guillermo Botero. Sus err¨¢ticas declaraciones sobre el asesinato del exguerrillero Dimar Torres a manos de un cabo del ej¨¦rcito, el pasado 22 de abril, provocaron un agitado debate que a¨²n no se disipa. Congresistas de oposici¨®n hab¨ªan citado para el pasado mi¨¦rcoles una moci¨®n de censura en la C¨¢mara de Representantes, pero a ¨²ltima hora la retiraron para volver a presentarla e incluir ¡°nuevas pruebas absolutamente graves¡±, seg¨²n explic¨® la representante Katherine Miranda, una de sus promotoras, sin entrar en detalles. Las nuevas directrices que emergieron este s¨¢bado probablemente ser¨¢n incluidas en una nueva propuesta de moci¨®n de censura.

Tanto la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n (FARC, el partido surgido de la extinta guerrilla) como los lugare?os denunciaron el asesinato de Torres y el intento de un grupo de militares por enterrar el cad¨¢ver. El general Luis Villegas Mu?oz incluso pidi¨® perd¨®n p¨²blicamente ante la comunidad de Convenci¨®n, en la regi¨®n del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander. Sin embargo, el ministro Botero sostuvo en un primer momento que hab¨ªa muerto en un forcejeo al intentar arrebatarle el fusil al cabo, acusado de homicidio por la fiscal¨ªa. El general Villegas Mu?oz tambi¨¦n est¨¢ implicado en una investigaci¨®n por el homicidio de un campesino en 2008, de acuerdo con HRW.